La transcripción confirma que Trump pidió al presidente ucraniano investigar a Biden

La transcripción confirma que Trump pidió al presidente ucraniano investigar a Biden

El presidente estadounidense, Donald Trump, sí le pidió a su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelensky, que investigará al exvicepresidente Joe Biden y los negocios en Kiev de su hijo, Hunter Biden. Así lo ha confirmado la transcripción de la llamada telefónica entre ambos mandatarios que ha hecho pública este miércoles la Casa Blanca.

La conversación se produjo el pasado 25 de julio y duró una media hora. El presidente estadounidense señaló que “Biden se jactó de haber detenido la acusación, por lo que si pudieses investigarlo… Suena horrible».

Esta fue la única vez que nombró a su potencial rival para las elecciones de 2020, según se puede leer en el memorando de cinco páginas.

Sin embargo, un funcionario de la Casa Blanca, citado por la CNN, apunta que no es una transcripción «palabra por palabra».

Justo antes se refirió a su hijo. «Tenemos mucho que hablar sobre el hijo de Biden, sobre que Biden detuvo la instrucción, y mucha gente quiere averiguar sobre esto, por lo que cualquier cosa que puedas hacer con el fiscal general estará genial», dijo durante la llamada.

«Haré que Giuliani te llame y también que el fiscal general te llame y llegaremos al fondo del asunto. Estoy seguro de que lo resolverás», añade.

Trump habría usado las ayudas estadounidenses a Ucrania para presionar a Zelensky, reteniendo más de 200 millones de dólares desde el momento de esta conversación.

Finalmente los entregó en septiembre y durante la llamada no se hace referencia directa a este asunto, lo que permite al presidente estadounidense a considerar una «basura» estas acusaciones. Aún así, dejó caer que «Estados Unidos ha sido muy, muy bueno con Ucrania» e insinuó que la relación no es recíproca «porque las cosas que están pasando no son buenas».

Cómo se gesta el «Ucrania-Gate»

El presidente Barack Obama encargó a su vicepresidente Biden enderezar el rumbo de Ucrania. En esa gestión también se coló el joven Hunter Biden. Fue uno de esos aventureros del mundo de los negocios que llegaron a ese país impredecible que empezaba a desconectarse de Rusia.

Los viajes de su padre empiezan en la primavera del convulso 2014: un nuevo Gobierno tras haber sido derrocado el anterior por una revuelta popular, una península ocupada por Rusia y una sublevación incubándose en varias regiones del este. En estas aguas revueltas Hunter Biden pasó a formar parte del consejo de dirección de Burisma, una de las compañías de gas más importantes de Ucrania. Con su padre convertido en el ‘virrey’ de Obama en esta ex república soviética, ya entonces saltaron las alarmas por un posible conflicto de intereses.

Hunter Biden sabe lo que es la política no sólo por lo que contaba su padre cada noche en la cena. Trabajó en la administración de Bill Clinton desde 1998 hasta 2001 como director en el Departamento de Comercio. Pero en Kiev los límites de su nuevo trabajo eran más difusos. Hunter Biden presentó su nuevo empleo como algo totalmente legal, desconectado de cualquier intento de influir en la administración de Obama. La propia compañía colgó un comunicado de prensa en la que el propio Hunter presumía de sus dotes para mejorar la transparencia de las empresas. El link que lleva a ese comunicado ha dejado de funcionar.

Con la injerencia rusa en el este de Ucrania Kiev y Washington se acercaron más que nunca y el vicepresidente Biden no dejó de viajar al país. En junio de 2014 estuvo en la toma de posesión del presidente Petro Poroshenko. A partir de ese día podía hablar con Poroshenko por teléfono hasta cinco veces al mes, según la revista ‘Time’.

En Kiev, el joven Biden empezaba de nuevo, después de su patinazo cuando se alistó con 44 años en el ejército para ser tiempo después rechazado por dar positivo en cocaína. Después de divorciarse de su primera esposa y la madre de sus tres hijas, Kathleen, Biden reconoció que estaba saliendo en secreto con Hallie Biden, la viuda de su hermano Beau. Su padre se enteró cuando una página de cotilleos lo llamó para que comentase la noticia. Rompieron poco después y este año Hunter se casó con una modelo sudafricana.

Guerra con los fiscales

Como recuerdan estos días los medios de EEUU, la Administración de Obama apoyó una investigación sobre la compañía de gas ucraniana porque el propietario, Mykola Zlochevsky, era cercano al presidente ucraniano derrocado en febrero de 2014, Viktor Yanukovich, y ambos habían huido del país. Joe Biden pidió la destitución del principal fiscal ucraniano, Viktor Shokin, por no investigar la corrupción generalizada. Sus críticas llegaron cuando Shokin ya era muy impopular en Ucrania por tener multitud de casos atascados.

En marzo de 2016, Biden hizo uno de sus muchos viajes a Ucrania. Allí, en persona, les dijo a los líderes del país que tenían que deshacerse del fiscal si querían los mil millones de ayuda estadounidense. «Les dije que me iba en seis horas (…) si no lo despedían no recibían el dinero. Y, al final, el hijo de puta, fue despedido», contaría Joe Biden después en el Council on Foreign Relations.

La acusación de Trump se agarra a este hecho. Argumentan que Joe Biden quería que el fiscal fuese destituido para proteger a su hijo de ser investigado. Y que la llegada de Hunter Biden coincidió con el lanzamiento de una operación para presionar a los miembros del Congreso de EEUU de cara a relanzar el papel de la compañía en la búsqueda de la independencia energética de Ucrania.

Desde Burisma se insiste en que Biden no ha estado involucrado en contactar a miembros del Congreso o la Administración de Obama sobre la compañía. Pero sí un antiguo colaborador de John Kerry, el entonces secretario de Estado de EEUU, que a su vez fue socio de Hunter Biden en el pasado: David Leiter y su firma ML Strategies fueron la cara o mejor dicho la voz de la gasística ucrainiana en Washington, susurrando al oído de los legisladores.

La oportunidad para Donald Trump llegó en marzo de este año. El entonces fiscal general de Ucrania, Yury Lutsenko, dio a entender en una entrevista que Biden había presionado al Gobierno ucraniano para que despidiera a su predecesor, Shokin, precisamente para proteger a la empresa Burisma (y por extensión a su hijo Hunter Biden)

La aventura de los Biden

Ucrania necesitaba alcanzar la mayoría de edad energética y EEUU -como escribieron varios senadores- quería subvencionar ese crecimiento. Hunter Biden estaba bien colocado en esa ‘conquista’ del este. Oportunidad de negocio y respaldo a la independencia de Ucrania iban en el mismo paquete. Rusia, mientras, observaba como los ucranianos buscaban alternativas al gas ruso. Putin había ganado una península, Crimea, pero estaba perdiendo un cliente: Ucrania. Y el hijo del vicepresidente de EEUU estaba impulsando ese proceso trabajando a tiempo completo.

Hunter Biden renunció a su puesto en la compañía de gas este año, cuando expiró su mandato. Dice que rechazó una oferta para que seguir, reconociendo que iba a ser un problema en la campaña de 2020. Lo cierto es que nunca se investigó al hijo de Biden en Ucrania. Pero las autoridades ucranianas sí investigaron Burisma y sobre todo a Zlochevsky como dueño de la compañía, pero sin grandes frutos. Las investigaciones contra Zlochevsky y Burisma han estado languideciendo bajo todos los fiscales generales que Ucrania ha tenido desde 2014 (incluido Shokin) como detalla el periódico ucraniano ‘Kyiv Post’.

EL ‘UKRAINEGATE’

El origen del ‘caso Ucrania’ se encuentra en una llamada telefónica del 25 de julio entre el presidente de Estados Unidos y el de Ucrania. Trump pidió que se investigase al hijo de Biden a la vez que congelaba la ayuda militar prometida. Sobre esa base, la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU anunció ayer la apertura del proceso de ‘impeachment’ contra Trump.

El ex vicepresidente Joe Biden (dcha) con su hijo Hunter en 2009, en Washington. CARLOS BARRIA /REUTERS

Diversos medios tanto en EEUU como en Ucrania han publicado estos días que es probable que el Gobierno aquí reabra este caso y otros, aunque de momento el nombre de Biden no está en la mirilla de los investigadores. «[El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, no debe involucrarse en la campaña de Trump, ni sucumbir al chantaje de la ayuda militar», opina Konstantin Skorkin, del centro de análisis Carnegie de Moscú, que advierte de que «no es la primera vez que Ucrania se convierte en una moneda de cambio en el juego de los políticos estadounidenses».

Unas horas antes de entrevistarse con Trump en Nueva York, Zelensky mostró su cara más positiva: «Estamos preparados para todo. De EEUU esperamos apoyo. No necesitamos ayuda, somos el país más grande de Europa y tenemos gente preparada«, recordó el presidente ucraniano en declaraciones a ‘Voice of America’. «Queremos que EEUU nos ayude siempre en esta guerra contra esta agresión, y me parece que es así. Creo que mi reunión con el presidente Trump será muy cálida», anticipó.

El Mundo, España