La tasa de interés del 3.3% ralentiza al dólar

La tasa de interés del 3.3% ralentiza al dólar

En las última dos jornadas, el BCRA aceleró un poco más el ritmo del crawling peg, que ya de por sí venía al doble de velocidad respecto a la previa electoral. Si se mensualiza lo ocurrido el jueves y viernes se observa que llegó al 3% mensual. Si sobrepasa a la tasa de interés, de 3,3% nominal mensual, se corre el riesgo de que se retrase la liquidación de exportaciones y se adelante la cancelación de deuda en dólares de los privados. Además, con la inflación recalentándose, está el riesgo de una espiralización

El BCRA sigue acelerando la tasa de depreciación diaria. La dinámica del 2021 generó un atraso que, aunque no afectó a la competitividad, sí generó un tope: ya no se podrá repetir en 2022 una velocidad tan lenta. En las últimas dos jornadas el salto fue de 10 centavos, lo que implica una devaluación mensualizada de 3%. La tasa de interés en 3,3% mensual le pone un techo al ritmo del dólar ya que, si la tasa quedara atrasada se generaría un incentivo a retrasar la liquidación de exportaciones y atrasar importaciones. A la vez, aumentar la tasa tendría efectos negativos en el balance del BCRA y podría generar una espiralización.

Todo depende del recorte que se haga: en los últimos 20 días, la devaluación fue de 2% mensual, casi el doble de lo que ocurrió en la última parte del año pasado. Si se toman los últimos 5 días, en cambio, el ritmo fue de 2,6%, algo más rápido pero todavía por debajo de la tasa de interés de referencia, que se ubica en 3,3%, con una nominal anual de 40%. La aceleración de la suba en el precio del dólar, además de tener algún impacto inflacionario al aflojar parcialmente un ancla fundamental, obliga a la autoridad monetaria a volver a tocar la tasa si pretende seguir acelerando el crawling peg y a la vez evitar una baja en la liquidación de exportaciones y un alza en el adelanto de importaciones.

El economista de la consultora Empiria, Juan Ignacio Paolicchi, señaló: “¿Arranca la corrección del tipo de cambio oficial? En las últimas dos jornadas subió más de 10 centavos, lo que implica 3% mensualizado. Riesgos: que la tasa la corra de atrás, incentivando a que se demore la liquidación de dólares y se adelanten importaciones. Es decir, repetir la historia de 2013 y 2014”.

Guillermo Merediz junto a Gustavo Castel y Daniel Rosato de IPA

Al fenómeno lo explicó en un informe reciente al consultora PxQ: “Se puede suponer que el BCRA buscará una tasa de variación del tipo de cambio cercana pero inferior a la inflación mensual con el objetivo de que la apreciación real no sea tan profunda como en 2021. Si en ese contexto el crawling-peg queda por encima de la tasa de interés de referencia esto podría ser un incentivo para los exportadores a financiarse en pesos y demorar la venta de dólares, por un lado, y para los importadores y deudores en dólares para cancelar compromisos en moneda dura apalancados en moneda local”.

Para Federico Furiase, de Anker Latinoamérica, la tasa ya debería estar volviendo a corregir: “Para sostener un crawling al 3% mensual, la tasa debería subir otro escalón. Sobre todo con este nivel crítico de inercia inflacionaria, brecha y reservas. No está fácil mejorar el tipo de cambio oficial real partiendo de esta inercia y con esta distorsión de precios relativos”.

En la otra vereda, una suba de la tasa, como reacción a la aceleración inflacionaria y a la del crawling peg, podría implicar entrar en una dinámica de espiralización como la que se venía observando a fines del 2020 y principios del 2021, momento exacto en el que el BCRA decidió apretar el freno, aflojándole a ambas variables: dejó quieta la tasa un año entero y llevó el crawling peg al 1% mensual.

Además, una mayor suba de la tasa impactaría en los pagos a los bancos por los pasivos remunerados. El 2021 terminó con una emisión monetaria de $1,3 billones por ese concepto. La consultora LCG estimó que, ya con la suba de tasas reciente, y siempre a pesos del 2021, la factura anual treparía al menos otros $225 millones, equivalente a 0,5% del PBI, lo que llevaría a la emisión monetaria por pagos a bancos a los $1,6 billones (el número de 2022 treparía muy por encima, ya que habría que agregarle la inflación).

Fuente: BAE