La semana en pocas palabras

Con la mirada centrada en la evolución de la inflación, el Banco Central intervino esta semana en el mercado de cambios para moderar la suba del dólar por primera vez desde agosto pasado. La primera intervención, el día lunes, se produjo cuando el tipo de cambio llegó a ubicarse en torno a $20,40, marcando una suba de 1,4% respecto al cierre de febrero y 8,7% en lo que va del año.
La semana anterior, en su último comunicado de política monetaria, el BCRA ya había resaltado el impacto de la depreciación del peso sobre los precios mayoristas, los cuales registraron una suba de 4,6% durante enero, indicando que estos se vieron impulsados por los productos primarios e importados, sobre los que actuaron también el aumento en los precios del petróleo y el agro a nivel internacional.
Esto se da, a su vez, en un contexto en el que los incrementos en las tarifas de los servicios públicos ponen un piso elevado a la inflación en los primeros meses del año, apuntando los indicadores adelantados de inflación de febrero a que esta se habría ubicado por encima de los valores de enero y del último trimestre de 2017, tanto en lo que hace al nivel general como al componente núcleo.
Ante este escenario, el BCRA había decidido mantener inalterada la tasa de referencia de la política monetaria, señalando que “extremará la cautela, aguardando señales de desinflación compatibles con el sendero buscado antes de relajar su política monetaria”, y (siendo coherente con esta mirada) es que apunta ahora a moderar las variaciones excesivas en la cotización de la divisa que puedan tener un impacto en los precios, evitando recurrir a nuevas subas de tasas.
En lo que tiene que ver puntualmente con las intervenciones en el mercado de cambios, estas resultaron las primeras en 6 meses, aunque de una magnitud inicialmente menor en relación a los volúmenes que se transan en el mercado mayorista (que alcanzan un promedio diario de USD 850 millones aproximadamente) y a sus intervenciones anteriores, previas a las PASO.
La primera operación, el día lunes, fue por USD 30 millones, seguida luego por un martes sin intervenciones y la posterior venta de USD 20 millones el miércoles, USD 123 millones el jueves y USD 212 millones el viernes, totalizando USD 385 millones en la semana. En comparación, en agosto del año pasado el BCRA había vendido divisas por unos USD 1.800 millones a lo largo de dos semanas, con un pico diario cercano a los USD 600 millones.
Con sus intervenciones, el BCRA consiguió contener la cotización del dólar a lo largo de la semana, manteniéndose en promedio por debajo de los valores alcanzados al momento en el que la autoridad monetaria había salido a ofrecer divisas, y cerrando el viernes el tipo de cambio mayorista en $20,24, con un descenso de 10 centavos respecto a la jornada previa, ubicándose prácticamente en los mismos valores de 7 días atrás.
Con reservas por más de USD 60.000 millones y stocks agrícolas que podrían ayudar a compensar al menos parcialmente los efectos de la sequía sobre la nueva cosecha, es factible que un accionar inicialmente más decidido de la autoridad monetaria hubiera ayudado a frenar más rápidamente la escalada del dólar de esta semana.
El mercado pareció estar buscando descifrar hasta donde el BCRA se encontraba dispuesto a intervenir, abandonando al menos transitoriamente su esquema de libre flotación cambiaria. En este contexto se retrajo la oferta de dólares del mercado y se potenció la demanda, manteniéndose bajo presión la plaza cambiaria.
Con todo, no creemos que el BCRA esté buscando un valor determinado para el dólar, en un escenario en el que era esperable una corrección alza del tipo de cambio tras las bajas de tasas que siguieron al cambio de metas de inflación de enero, los ruidos externos de febrero y el posterior agravamiento de la sequía durante marzo, dejando hasta esta semana la autoridad monetaria que el valor de la divisa buscara su nuevo nivel, fiel a su consigna de libre flotación cambiaria.
Lo que sí parece estar sucediendo es, al menos, la búsqueda de moderar el ritmo de depreciación del peso, luego que el valor del dólar acumulara un incremento de 18% desde mediados de diciembre, sumando presiones a una inflación ya impactada por las subas tarifarias, en un momento clave para la definición de la inflación 2018 como es el inicio de las negociaciones paritarias. Con un amplio poder de fuego, creemos que la pelota está del lado de la autoridad monetaria.
Fuente; Prensa Banco Ciudad