La recuperación está en marcha

La gran mayoría de los economistas reunidos en el Congreso Económico
Argentino vaticinaron un crecimiento del orden del 3% para este año. El proceso, sin
embargo, tiene sectores ganadores y otros francamente amenazados. Los riesgos del
nuevo escenario internacional.
 
El 2016 “fue un año de transición, con una economía hiperregulada, grandes problemas
de reservas, deudas, inflación y problemas cambiarios. Se intentó pasar de un esquema
disfuncional a otro que empiece a tener las condiciones para funcionar”, resumió el
economista de Econviews, Miguel Kiguel, quien se mostró optimista respecto al futuro del
país y vaticinó un “crecimiento moderado, del 3 o 4%” para este año y el 2018. “No será
espectacular, pero es una cifra sustentable” en el tiempo.
El economista, junto a otros 170 disertantes, expuso sus ideas en el marco de la edición
2017 del Congreso Económico Argentino que se desarrolló a principios de marzo en
Puerto Madero y que tuvo como objetivo deliberar acerca de las perspectivas económicas
de la Argentina para los próximos años y profundizar las relaciones comerciales del país
con el resto del mundo.
Kiguel justificó su mirada positiva en algunas medidas que adoptó el gobierno nacional
durante la primera etapa de gestión. “Sacó del camino las restricciones que frenaban la
economía, puso en marcha un solo tipo de cambio, que flota, ahora sobran las reservas,
hay crédito externo y está tratando de resolver los problemas energéticos”, afirmó.
Al participar en la mesa sobre “Actualidad económica: Análisis y perspectivas”, Kiguel
evaluó que esas medidas “permitirán que el sector privado lidere el crecimiento”, en tanto
sostuvo que “el gran desafío es lograr que haya expansión, para lo cual tiene que bajar la
inflación y aumentar el consumo”.
Con una mirada retrospectiva, cuestionó a las sucesivas administraciones que gobernaron
el país entre 2001 y 2015. “Hasta el 2001 hubo crecimiento y desde ese momento se
estancó, no creció el empleo, la actividad, la industria. Después vinieron el cepo, el
default, las reservas, créditos, los temas de energía y la falta de voluntad para atacar los
problemas”, enumeró.
Por su parte, Fernando Navajas, de la Consultora Fiel, estimó un crecimiento del orden
del 3% para este año ya que “terminaron las razones que llevaron a la recesión.
Mejoraron los salarios reales, hay acceso a los mercados de capitales, bajó la tasa de
interés y aumentó el crédito”.
Aclaró que esa mejoría “no llegó a todos” y mencionó algunos de los sectores favorecidos:
“El campo, el agro y la producción de cemento”. De todas formas, auguró un tiempo de
bienestar “para el resto, en el tercer trimestre” del año.
También tuvo algunas palabras críticas contra la gestión de gobierno que lideró Cristina
Fernández de Kirchner. “Salimos de un modelo de populismo tarifario, con un esquema
basado en Viaje ahora y Pague después”, graficó.
Ganadores y perdedores
Otro reconocido economista, Martín Redrado, coincidió en que el crecimiento de la
economía estará en el orden del 3%. “Nuestra proyección en la Fundación Capital va del
2,9 al 3,1%”, precisó. Luego se preguntó si esa proyección surge “por efecto rebote o si,
por el contrario, es el comienzo de un proceso de crecimiento. Todavía no hay respuestas
para eso”, indicó.
De todas formas, explicó a Bank que “estamos frente a un rebote sectorial de la
economía, donde hay sectores que empiezan a mostrar una mejor perspectiva, sobre todo
aquellos vinculados al agro, las energías renovables y las tecnologías de la información”.
“Hay otros sectores sometidos a la competencia internacional, con problemas en materia
de costos, como el papelero, metalmecánico, textil o calzado, que van a tener un año
complicado”, presagió.
Por su parte, el ex ministro de Economía Ricardo López Murphy consideró que la
Argentina tiene “una apreciación cambiaria muy severa”, producto de “desequilibrios
concentrados en el déficit primario” de las cuentas públicas, pero puso de relieve que "hay
brotes verdes", que podrían comenzar a sentirse en los próximos meses.
Al disertar en un panel sobre Economía Internacional, Lopez Murphy recordó que el país
"viene de seis años de paralización" en materia económica y advirtió que si el presidente
de los Estados Unidos, Donald Trump, cumple sus promesas electorales, "aumentarán las
tasas y el dólar".
"Esa sería una noticia terrible para América Latina", puntualizó el economista, quien
además señaló que a la Argentina también podría complicarla "la desaceleración del
crecimiento de China y, sobre todo, los problemas políticos internos" que podrían darse en
ese país.
Fausto Spotorno, economista jefe de la consultora Orlando J. Ferreres, consideró que el
agro, la agroindustria, la energía, minería, el sector financiero y el comercio se erigen
como los sectores con mejor evolución en el corto plazo.
Aclaró, sin embargo, que “no sólo tenemos sectores que se van a beneficiar y otros que
se van a perjudicar, sino que dentro de cada uno va a haber cambios intrasectoriales, de
negocios poco eficientes a negocios con inversiones más productivas”.
Marcelo Elizondo, que también integró el panel con Spotorno, remarcó que “el sector
agropecuario es el de mayor potencial para exportar y el que tiene más capacidad de
inserción internacional en destinos diversos”.
“Si el Gobierno quiere recibir más inversión extranjera, tiene que aumentar el comercio.
Sin comercio, no hay inversión”, subrayó.
A su turno, el economista coordinador de Arklems, Ariel Coremberg, consideró que la
Argentina “no genera productividad, por eso estamos como estamos. Necesitamos
inversión que permita una mejora de la movilidad social, incrementar el producto per
cápita y evitar las crisis cíclicas”.
El ex ministro Lopez Murphy analizó también las perspectivas que se abren para la
Argentina, si existen posibilidades reales para su inserción comercial en el mundo y el
verdadero impacto de la política del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
“Hay que tener cautela por el nuevo presidente. Si fuera cierto lo que dice (lo que anticipó
en la campaña electoral), nos empujaría a un déficit fiscal enorme”, alertó.
Explicó que esa situación podría surgir “si (Trump) baja los impuestos en una economía
de pleno empleo y sube los gastos en infraestructura y defensa; eso va a generar tasas
de interés mucho más altas y un dólar apreciado”.
El economista Ricardo Arriazu también se refirió al contexto internacional y puso el foco
en la globalización y los medios de comunicación. “Hay peligro de que vayamos hacia
gobiernos populistas, autoritarios, sectarios, xenófobos y demagogos. Algo que el mundo
ya vivió y es extremadamente peligroso”, dijo.
Según su interpretación, Trump y el Brexit (en Gran Bretaña) “captaron el descontento y
pusieron culpables; los inmigrantes, las importaciones de China, los políticos y los grupos
concentrados. Es un típico discurso populista. Lo paradójico –prosiguió– es que la
economía mundial se está fortaleciendo, hay crecimiento en la mayoría de los países y
cae el desempleo”.
Finalmente, Elizondo remarcó que la inserción comercial argentina en ese nuevo mundo
se volvió cada vez más pequeña. “El comercio internacional se redujo desde hace un
lustro” y en ese marco “las exportaciones argentinas bajaron de 84 mil millones de dólares
en 2011 a unos 57 mil millones en 2015/6”.
“Hubo una pérdida de participación de Argentina en el comercio mundial. Del 0,45% hace
cinco años, llegó al 0,36% en 2015. Estamos abajo del promedio histórico.” Y agregó
otros datos ciertamente alarmantes: “Argentina explica apenas el 0,8% del producto
mundial, y el 0,4% del comercio mundial”. El desafío es enorme.