La pandemia consolidó una tendencia de las fintech cómo dinamizador de la economía

La pandemia consolidó una tendencia de las fintech cómo dinamizador de la economía

La consolidación del sector durante 2021 lo transformó en un actor al que todos miran cuando se habla de crecimiento, empleo e inversión

Con unas semanas de perspectiva que permiten hacer una lectura más integral del año que acaba de concluir, es indudable que 2021 fue una bisagra para el ecosistema fintech. Este universo, que tiene la particularidad de estar conformado por negocios muy disímiles que incluyen, entre otros, pagos digitales, créditos, inversiones y criptomonedas, es complejo de analizar por la evolución particular de cada uno de sus verticales. Sin embargo, resulta innegable que fintech en su conjunto se ha convertido en un dinamizador de la economía, un actor al que todos miran cuando se habla de crecimiento, empleo e inversión.

Sin dudas, este segundo año de pandemia consolidó una tendencia que comenzó en el 2020 cuando, con la irrupción del COVID-19, todo el sistema respondió de manera rápida y eficiente a las demandas de una sociedad que necesitaba continuar cobrando un salario, pagando bienes y servicios, transfiriendo dinero o solicitando un préstamo en un contexto de confinamiento. La infraestructura estaba lista: solo hacía falta esa oportunidad para demostrarlo. Y todo el sector respondió con creces.

Son innumerables los hitos que podríamos enumerar para describir este año fenomenal. Pero, a fin de simpiflicar el análisis, estos son los 5 highlights: indiscutidos:

– Fintech como generador de empleo. Según un estudio presentado por la Cámara Argentina de Fintech, el sector genera 20.000 puestos de trabajo directos. Y hacia fines de 2022, tiene una proyección de crecimiento del 50%. Si tenemos en cuenta la complejidad de este tema en el contexto actual, estos números adquieren una relevancia indudable.

– El dinero electrónico no para de crecer. Se triplicó la cantidad de CVU´s: hoy existen 25 millones de cuentas. En un país donde, por diversas razones, el uso del efectivo es un verdadero problema, esta es una excelente noticia. Que la digitalización, que implica eficiencia y simplicidad pero también trazabilidad y formalización, continúe avanzando plantea un horizonte esperanzador en el futuro no muy lejano del dinero tal cual lo conocemos hasta ahora.

– Competencia y cooperación, las dos caras de una misma moneda. En un sistema en el que hay tanto por hacer, alimentar una guerra o -para utilizar un concepto muy actual- una grieta entre bancos y fintech no es una planteo inteligente. Asistimos en los últimos meses del año a la confirmación de esta hipótesis. La exitosa implementación del plan Transferencias 3.0 (que ya registra 50.000 operaciones diarias) es una prueba incontrastable de que la solución es la coopetición. Esta ecuación incluye también la colaboración con el sector público, para lograr entre todos las mejores soluciones para los usuarios.

– De Argentina a la región. Varias empresas del sector han logrado atraer inversiones muy destacadas y también expandirse, convirtiéndose en referencia indiscutida más allá de nuestras fronteras. Mercado Libre, Ualá, VuSecurity, Pomelo, por nombrar solo algunas de ellas, lograron desembarcar en países claves, consolidando su negocio y diversificando sus servicios. Muchos otros jugadores importantes planean seguir los mismos pasos en los próximos meses.

– El boom del mundo cripto. Con más de dos millones de cuentas de criptomonedas, nuestro país se perfila como uno de los de mayor adopción del mundo. Si bien operan localmente varios exchanges internacionales, la Argentina fue cuna de muchas empresas que han captado la atención de importantes fondos, logrando inversiones destacadas. Proliferación de proyectos DeFi, boom de NFT´s y hasta la visita de Vitalik Búterin, fundador de Ethereum, en los últimos días del año, son indicadores de que nuestro país se consolida como unos de los protagonistas de esta revolución cripto.

Esperamos que en 2022 se profundicen estas tendencias. Y sobre todo, que algunos movimientos regulatorios, como a los que asistimos hacia fines de diciembre, no las opaquen, restringiendo el clima de innovación. Apoyamos un marco normativo que proteja a los usuarios. Pero necesitamos que sea lo suficientemente flexible como para permitir que los grandes avances que describimos en esta columna sigan encontrando un campo fértil y propicio para continuar este desarrollo. Y que sea en nuestro país.

Fuente: Infobae