La oposición respaldó el acuerdo, pero señala que es un «punto de partida»

La oposición respaldó el acuerdo, pero señala que es un «punto de partida»
El ex ministro de Economía, Hernán Lacunza, y el ex titular del BCRA, Guido Sandleris.

Mauricio Macri y ex funcionarios del área económica del gobierno de Juntos por el Cambio celebraron que el gobierno haya llegado a un acuerdo con los bonistas por la deuda, pero señalaron que se trata de un punto de partida que abre otros desafíos.

“¡Finalmente se cerró! Defaultear jamás puede estar bien”, fue la escueta reflexión del ex presidente Macri ante la consulta del sitio Infobae en Francia.

El jefe del interbloque de diputados nacionales de Juntos por el Cambio, Mario Negri, también celebró el acuerdo y lo consideró un «un paso importante para el país», pero advirtió que, «luego de ese paso, se espera que el Gobierno explicite el rumbo económico y presente los lineamientos de su política para el corto, mediano y largo plazo».

Guido Sandleris​, el último presidente del Banco Central de la era Macri, afirmó que «el acuerdo es razonable y es necesario para que nuestro país avance en la construcción de consensos económicos, objetivo más difícil de lograr estando en default».

Sin embargo, el economista, profesor de la Universidad Di Tella, dijo: «La estrategia de negociación elegida generó demoras innecesarias (el gobierno se refugió en la ambigüedad de no presentar un programa económico y tardó en iniciar conversaciones serias con los acreedores) que nos forzó a convivir muchos meses con la incertidumbre del default. El acuerdo es un paso adelante. Queda ahora el gran desafío de ordenar la macroeconomía: retomar el camino del equilibrio fiscal (este año tendremos el mayor déficit fiscal en casi 50 años), construir una moneda sana para no tener inflación, y ser más competitivos».

Hernán Lacunza, último ministro de Economía del gobierno de Mauricio Macri, afirmó en Twitter: «Un acuerdo ecuánime y razonable. Necesario, porque la alternativa del default era caos y pobreza». El ex funcionario destacó que el acuerdo es «sin quitas (solvencia), baja intereses y oxigena plazos (liquidez)», y subrayó que «es un punto de partida, no de llegada». «El futuro depende de la hoja de ruta. Sin dogmas, consensos», concluyó.

Alfonso Prat-Gay, otro ex ministro de Economía, fue más crítico que sus colegas: «Se podría haber logrado un acuerdo mejor. Como Ecuador: más rápido, mayor alivio de intereses, mayores plazos y quita de capital. Pero ya está: con acuerdo no alcanza; sin acuerdo no arranca. Ahora a ponerle todo el diálogo y toda la energía para salir de esta dolorosa recesión».