El Presidente apuró en soledad los cambios de Gabinete y la agenda agrega un dato de peso: la inflación

El Presidente apuró en soledad los cambios de Gabinete y la agenda agrega un dato de peso: la inflación

Alberto Fernández resolvió junto a su reducido círculo de confianza una nueva modificación del Gabinete. Desde el punto de vista político, lo hizo en soledad interna, sin consulta con Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa, a diferencia de las reestructuraciones anteriores. El punto en común es que el cambio de ministros fue precipitado por disputas internas en el oficialismo y el desgaste de funcionarios. Esta vez fue el turno los ministerios de Trabajo, de Desarrollo Social y de Mujeres, Géneros y Diversidad.

En la sensible cartera de Desarrollo Social fue designada Victoria Tolosa Paz, alineada con el Presidente. La diputada reemplaza a Juan Zabaleta. Enfrenta un verdadero desafío en su debut como ministra: no llega con un equipo propio de funcionarios y encuentra una estructura de secretarías a cargo de diferentes organizaciones sociales. También debe lidiar con las organizaciones conducidas por la izquierda, en permanente movilización.

Otro frente que deberá acomodar el Gobierno es Trabajo. El lugar de Claudio Moroni será ocupado por Kelly Olmos, actual funcionaria del BICE. Tiene larga trayectoria en el PJ porteño, y en ese marco, buena relación con el sindicalista Víctor Santa María. Sin embargo, desde la CGT dejaron trascender malestar por la falta de consulta sobre el tema.

La nueva ministra expuso de entrada un mensaje de buena predisposición al diálogo con los jefes sindicales. En medios del Gobierno se estima que podría trabajar una buena relación con el sector mayoritario de la conducción de la CG (gordos, independientes, barrionuevistas), representados por Héctor Daer y Carlos Acuña. En cambio, parece más difícil el vínculo con los sectores duros y kirchneristas.

La mayor sorpresa de los anuncios oficiales fue la designación de Ayeléz Mazzina en el ministerio de Mujeres. Es funcionaria del gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá. Y reemplaza a Elizabeth Gómez Alcorta.

Precisamente, este recambio ministerial fue forzado por Gómez Alcorta, que descalificó públicamente la decisión de desalojar tierras tomadas por grupos “mapuches” violentos en Río Negro. Y renunció de manera indeclinable, a pesar del intento presidencial para retenerla.

Fernández debió cambiar ya 13 de los 20 integrantes del equipo ministerial con el que asumió, reducido a 18 con la llegada de Massa, que concentró tres áreas económicas. En el camino quedó una amiga y socia en la abogacía, Marcela Losardo, y dos de los funcionarios más golpeados por el kirchnerismo: Martín Guzmán y Matías Kulfas. Además, para sostener a Santiago Cafiero, lo corrió de la Jefatura de Gabinete a Cancillería, con costo adicional por la salida de Felipe Solá.

Moroni venía siendo cuestionado desde hace meses por Cristina Fernández de Kirchner. También, por jefes sindicales duros o directamente alineados con el kirchnerismo. Tenía tomada la decisión de alejarse del cargo y ahora se precipitó el cambio. Lo mismo ocurre con Zabaleta, que ya había anticipado su intención de retomar la intendencia de Hurlingham, con la mirada puesta en las elecciones del año que viene.

En medio de esa renovada tensión política, que incluyó el cruce de facturas con Sergio Berni a raíz de la represión en La Plata, se esperan además novedades en materia económica, desde los postergados anuncios sobre el dólar hasta el tratamiento del Presupuesto en Diputados.

El dato otra vez potente será la inflación. Hacia fines de esta semana será difundido el IPC de septiembre, que según consultoras privadas rondaría el 7%. Las perspectivas para octubre son también inquietantes, de acuerdo con las primeras mediciones del mes.

Massa ya recibió mensajes de advertencia desde el kirchnerismo y la propia Cristina Kirchner le reclamé medidas concretas para frenar la suba de precios, sobre todo en alimentos. El ministro también debe resolver el alcance del bono prometido para atender a los sectores indigentes.