Con la pulseada por el subsecretario de Energía, la interna del Gobierno vuelve al centro de la agenda

Con la pulseada por el subsecretario de Energía, la interna del Gobierno vuelve al centro de la agenda

En medio de la segunda ola de coronavirus y la delicada situación económica que atraviesa el país, la interna del gobierno nacional volvió a quedar en el centro de la escena política nacional al inicio de esta semana. La debilidad del ala que responde al presidente Alberto Fernández quedó expuesta luego del intento del ministro Martín Guzmán de echar a un subsecretario que responde a Cristina Kirchner y a La Cámpora. La salida del subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, podría concretarse en los próximos días. Pero la nueva crisis política del Frente de Todos quedó abierta.

El viernes pasado, Guzmán acordó con el Presidente el despido de Basualdo quien, a contramando de los intentos del ministro de Economía por achicar el déficit en medio de las negociaciones con el FMI, puso en duda la necesidad de un aumento tarifario de la energía eléctrica. El enorme subsidio que requiere la actividad «obliga» al gobierno nacional a una mayor emisión monetaria y su consecuente presión sobre la inflación.

Pero, pese a que la salida de Basualdo fue informada por voceros del Ministerio de Economía y de la Jefatura de Gabinete a cargo de Santiago Cafiero, al subsecretario le alcanzó con un llamado al Instituto Patria, centro político de operaciones del kirchnerismo, para que Cristina Kirchner y La Cámpora pusieran en suspenso su despido. La vicepresidenta y el cristinismo bonaerense de Axel Kicillof consideran que, tan cerca de las elecciones, un aumento tarifario -por más negociación en curso que exista con el FMI- no es conveniente.

Desde Presidencia, aseguran las últimas horas que Basualdo dejará su cargo, pero que la salida no se concretaría antes del viaje del Presidente a Europa, hacia donde partirá el próximo lunes para buscar apoyos en medio de la negociación con el Fondo. Como suele hacer, Fernández intentó un equilibrio entre la postura de la vicepresidenta -que manifestó su fuerte enojo con Guzmán- y la posición que había sostenido él mismo con el ministro días antes. Pero, también como suele suceder, ese equilibrio terminó dañado por la respuesta de Cristina en defensa de sus funcionarios.

Así, en el inicio de la semana, el gobierno nacional vuelve a sumar la crisis política interna a un temario complejo, dominado por la delicada situación sanitaria y la crisis económica.