La falta de competitividad y la escasa capacidad tecnológica frustran la reindustrialización europea

La falta de competitividad y la escasa capacidad tecnológica frustran la reindustrialización europea

La falta de competitividad y la escasa capacidad tecnológica frustran la reindustrialización europea; debate abierto sobre la inflación.

La Unión Europea (UE) seguirá dependiendo de las importaciones chinas. La fortaleza del euro frente al dolar americano, que se ha disparado tras la crisis del coronavirus Covid-19, entorpece la recuperación de las exportaciones e impide la reindustrialización estratégica de la Unión Europea –que pidieron los líderes comunitarios en abril– por la falta de competitividad y la escasa capacidad de innovación tecnológica de sus industrias.

Los últimos datos de comercio exterior muestran que en la Zona Euro, las exportaciones se redujeron un 13,1% en el primer semestre, mientras que en el conjunto de la UE cayeron un 12,5%. Sin embargo, los datos de la industria china muestran que sus exportaciones han recuperado ya los niveles previos a la crisis del coronavirus.

Según Eurostat, la composición de las importaciones por parte de la UE desde China muestra, incluso, que algunas categorías de productos experimentaron aumentos importantes durante la crisis. Incluso en el punto más bajo de marzo de 2020, las importaciones de la UE de productos chinos cayeron solo un 16%, mientras que los productos llegados de Estados Unidos, Japón o los países del este de Europa –que forman la región de Europa central, oriental y sudoriental (CESEE, por sus siglas en inglés)– llegaron a caer hasta un 40%.

Las importaciones por parte de la UE desde China muestra, incluso, que algunas categorías de productos experimentaron aumentos importantes

Las cifras contradicen las expectativas de industrialización estratégica de la Unión Europea. Los líderes europeos, entre ellos el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, abogaron en marzo por favorecer la fabricación de ciertos productos dentro de la Unión Europea para evitar depender del exterior, en concreto de la industria china.

Sin embargo, los expertos en mercados internacionales e industrialización ven difícil esta posibilidad. Además de la escasa competitividad por la fortaleza del euro, los expertos creen que la escasa innovación y capacidad tecnológica de la industria europea impide esta reindustrialización.

Un estudio reciente del FMI concluye que es el comercio relacionado con las cadenas de valor mundiales, y no el comercio convencional, el que tiene un impacto positivo en el ingreso per cápita y la productividad, aunque tales ganancias parecen más significativas para los países de ingresos medios altos y altos.

La región de los países del CESEE es la más atractiva para relocalizar la industria europea por su mayor competitividad respecto a los países de Europa Occidental. Sin embargo, no han avanzado en la cadena de valor. El cuadro de indicadores de innovación de la Unión Europea concluye que, con la única excepción de Estonia, los países del CESEE se ubican muy por debajo de la media de la UE en 2019. Es decir, Europa Oriental cumple con el requisito de competitividad, pero no con el tencológico. Y en Europa Occidental sucede exactamente lo contario.

“Este es un problema clave, porque con el rápido crecimiento continuo de los salarios y el deterioro de las perspectivas demográficas, la ventaja de la región del Este como proveedora de bajos salarios de las redes de fabricación de Europa Occidental está disminuyendo gradualmente”, apunta Zsolt Darvas, analista del Instituto Europeo Bruegel, presidido por el expresidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude

Trichet. “El impacto económico de Covid-19 y el colapso comercial asociado deberían servir como una llamada de atención para los responsables de la formulación de políticas en estos países”, añade.

Acuerdos pendientes Además, el comercio exterior se resiente también por el retraso en los acuerdos comerciales con Estados Unidos y el Brexit. Aún se encuentra en negociación, desde 2013 la Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés), la propuesta de tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos.

La Unión Europea todavía tiene pendiente la negociación del nuevo acuerdo comercial con Reino Unido, tras su salida de la Unión Europea a través del Brexit. Esta incertidumbre también se traslada a la industria europea.

Lane, contra la deflación El economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Philip Lane, insiste en que la apreciación de la divisa está presionando a la baja a la inflación y que no debe haber lugar para la complacencia. El economista jefe ha reconocido a través de su blog que los esfuerzos del BCE para levantar las perspectivas de inflación se están viendo “significativamente atenuada por la apreciación del tipo de cambio del euro”.

Advierte además que la evolución de la divisa sí “importa” en la política monetaria. Este aviso sirvió para relajar euro. Su postura había dejado la puerta a que el BCE volviera a tomar la iniciativa para profundizar en las medidas desplegadas para amortiguar el impacto de la crisis del coronavirus.

Lane asegura que “el Consejo de Gobierno está dispuesto a ajustar todos sus instrumentos, según corresponda, para asegurar que la inflación avance hacia su objetivo de manera sostenida”.

Bruselas aún tiene pendiente los acuerdos comerciales con EEUU y Reino Unido

Fuente: El Economista, España