La CGT ratificó la marcha del 22 de agosto a Plaza de Mayo, criticó el programa económico «que desalienta la producción, agudiza la pobreza y ejecuta despidos», pero no convocó a un paro. Los dirigentes de la central obrera también convocaron a un Comité Confederal, aún sin fecha, para definir un plan de lucha.

Tras un encuentro organizado en el micro estadio de Ferro,  los gremialistas advirtieron que «la quita o retroceso en los derechos fundamentales e históricos de los trabajadores no serán objeto de negociación alguna» y que defenderán «la plena vigencia de la legislación laboral, los Convenios Colectivos de Trabajo, los sistemas de seguridad social, la justicia laboral y el modelo sindical».

Respecto de la posibilidad de que el Gobierno de Mauricio Macri impulse una «flexibilización laboral» similar a la que se aprobó Brasil en las últimas semanas, la CGT aseguró que no permitirá que «se agiten nuevamente las banderas de una reforma que avasalle los derechos laborales conquistados».

«El sindicalismo argentino no puede aceptar que los trabajadores nuevamente seamos la variable de ajuste de un programa económico que desalienta la producción, agudiza  a pobreza, ejecuta despidos y suspensiones, mientras que, sin inversiones genuinas y productivas, se toleran altas tasas de interés haciendo crecer la especulación financiera», se quejó la central obrera.

En relación a las intervenciones de gremios (SOMU, Canillitas, Seguridad Privada y Azucareros) y allanamientos (Camioneros, Estaciones de servicios), la CGT instó «al cese de las abusivas intervenciones en los sindicatos y el intolerable e injustificado ataque a los dirigentes sindicales».

Juan Carlos Schmid y Héctor Daer, miembros del triunvirato conductor junto a Carlos Acuña, fueron los encargados de cerrar el acto, con discursos en los que se comprometieron a defender las conquistas y derechos laborales, en línea con el documento leído, pero plantearon la necesidad de «emprender una lucha organizada que nos lleve a un triunfo y no a aventuras».

A pesar de que en el plenario hubo mociones para reemplazar la marcha del 22 de agosto por un segundo paro general contra la gestión de Macri, esas posturas no se impusieron pero no se descarta que tomen fuerza tras las elecciones, cuando se realice el Confederal. El bancario Sergio Palazzo, líder de la Corriente Federal, otro sector cegetistas que se acaba de reincorporar a la central, y dirigente aliado a la ex presidente Cristina Kirchner, fue uno de los que exigió un paro durante su discurso, al igual que Omar Plaini (Canillitas) y Leonardo Fabré (APOPS).