La banca abierta se afianza en el sistema financiero argentino

La banca abierta se afianza en el sistema financiero argentino

Con su implementación cada vez más frecuente. Sin embargo, el país está rezagado con respecto a otros y enfrenta barreras que limitan su potencial.

Un nuevo concepto emerge con fuerza en el sistema financiero. La tendencia, que ya es una realidad consolidada en otras partes del mundo, cobra protagonismo a nivel global.

Banca abierta

Se trata del open banking, conocido también como “la banca abierta”. Consiste en el intercambio de datos bancarios entre empresas (con el previo aval del cliente), en pos de ofrecer mejores servicios para optimizar la experiencia del usuario y dar respuesta a sus necesidades, y en línea con las demandas actuales de la sociedad.

De esa manera, esta metodología les permite a las entidades, tanto tradicionales como fintechs, compartir, de forma segura, información crítica de los consumidores para perfeccionar su oferta y desarrollar soluciones a medida. El objetivo es atraer y retener clientes en un entorno cada vez más competitivo.

Aunque se encuentra en una etapa incipiente, la implementación del open banking en la Argentina avanza a paso firme. Se plantea como un paradigma que llegó para quedarse, como parte de la estrategia hacia un nuevo modelo de negocios que tiende a ser cada vez más colaborativo.

El potencial es amplio. Así las cosas, el cambio en las reglas de juego de una industria que busca “aggiornarse” supone el establecimiento de un marco normativo que regule la actividad y fomente su crecimiento, como ya sucede en otros países del mundo. El sector pide definiciones en ese sentido.

Qué es y cómo funciona el sistema

Este nuevo sistema radica en un cambio de foco: en lugar de contar con los datos y guardarlos, las compañías que integran la industria financiera utilizan la analítica para sacar un mayor provecho, como ya lo hacen empresas exitosas de otros sectores, tales como Google, Instagram y Netflix. De esa forma, el open banking puede ayudar a los bancos a impulsar su crecimiento y seguir el ritmo de las firmas más innovadoras.

Según Juan Pablo Grisolía, socio de Digital & Transformation para la Industria de Servicios Financieros de Ernst & Young (EY) Argentina, el concepto se refiere, básicamente, a abrir los datos de los clientes para que puedan acceder a prestaciones optimizadas. “En otras palabras, es el intercambio y el aprovechamiento de los datos financieros en función de la creación de nuevos y mejores servicios”, explica.

Para Mauricio Fernández, director de Operaciones Américas de BPC, “este es un momento único para que la banca y el ecosistema fintech ofrezcan productos innovadores a una sociedad que aún tiene bajos niveles de bancarización, y en la que predomina el uso del dinero en efectivo”.

“Esta funcionalidad permite que empresas de servicios financieros, con el permiso dAPI

Pwce los bancos, accedan de forma segura a los datos de los usuarios.” Andrés García, solution engineer de F5 LATAM.

“América Latina cuenta con una población mayoritariamente joven, cada vez más nativa de las nuevas tecnologías y más lejana de los servicios financieros convencionales. En ese contexto, la banca abierta promueve un mayor acceso a productos financieros con grandes beneficios”, considera.

Hay dos formatos de open banking:

La banca como plataforma y la banca como servicio. En el primero, un banco agrega sus servicios a los servicios de terceros asociados e incorpora novedades en sus propios canales. En el segundo, las entidades bancarias utilizan la interfaz de programación de aplicaciones (API) para distribuir productos de servicios financieros básicos a través de canales de propiedad de terceros o de socios. Así, la información se comparte a través de este sistema, donde los bancos intercambian de forma ágil los datos de sus clientes a otras plataformas.

El éxito de ambos dependerá del valor que proporcionen, lo que genera un aporte directo o indirecto. “Esta funcionalidad permite que empresas de servicios financieros, con el permiso de los bancos, accedan de forma segura a los datos de los usuarios. Más técnicamente, se basa en las API, con el fin de proporcionar servicios adicionales”, afirma Andrés García, solution engineer de F5 LATAM.

“Tiene que ver con la posibilidad de suministrarles a otras empresas, con consentimiento y de forma segura, datos de los clientes que, esencialmente, están ‘abiertos’, a través de estándares tecnológicos comunes”, amplía Rosana Mazza, socia de PwC Argentina y especialista en servicios digitales.

Mayor impulso por la pandemia

El open banking está avanzando rápidamente, pero a un ritmo desigual en las diferentes regiones del mundo. Se distinguen dos tipos de modelos, según el grado de regulación por parte de los Estados.

“Los líderes del formato más regulado son los países europeos, como Inglaterra y Alemania, donde los bancos comenzaron abrir sus datos, especialmente, a las fintech. En su otra versión, encontramos un ejemplo en China, mercado en el que evolucionó la tendencia por promoción de la industria y sus consumidores, que son más propensos a compartir datos”, diferencia Grisolía.

De una u otra forma, la tendencia creció en los últimos meses con celeridad. “Con la irrupción de la pandemia, los bancos tuvieron que transformar más rápidamente de lo esperado sus sistemas. Con la presencialidad fuera de juego, debieron reemplazar todas las transacciones realizables de forma física en el banco por otras de carácter digital”, apunta García.

Open banking

“Contar con información de distintas fuentes contribuye a comprender las necesidades de los clientes y brindar servicios para mejorar su salud financiera. Ya se está trabajando no solo en open banking, sino también en open finance.” Juan Pablo Grisolía, Ernst & Young (EY) Argentina.

Al respecto, Juan Pablo Grisolía destaca que la necesidad de contar con datos específicos de los usuarios siempre estuvo presente, pero resalta que aumentó recientemente debido a los profundos cambios que implicó el brote del coronavirus. “Las instituciones financieras tradicionales fueron las más afectadas, por lo que se ven obligadas a cambiar su modelo de negocios”, analiza.

Finanzas abiertas

En un escenario vertiginoso, ya no se habla solo de la banca abierta, sino también de finanzas abiertas, con un ecosistema más amplio que apunta a continuar expandiéndose con el paso del tiempo en la medida en que se presentan nuevas oportunidades.

“Contar con información de distintas fuentes (como consumos, suscripciones, ingresos e impuestos) contribuye a comprender las necesidades de los clientes y brindar servicios para mejorar su salud financiera. Ya se está trabajando no solo en open banking, sino también en open finance. Se observa una evolución de la industria que es clave”, comenta Grisolía.

Desde la perspectiva de PwC, los efectos de la implementación en el ecosistema bancario están alineados con el rumbo en el que evoluciona la tecnología, volcada a mejorar la experiencia en otros sectores.

“Los clientes esperan transparencia, opciones y personalización de productos y servicios, lo que conduce a la innovación y una competencia saludable. La tendencia constituye una oportunidad de crecimiento e implica jugar en nuevos campos del negocio, que van más allá de la simple incorporación de nuevas tecnologías”, observa Mazza.

Fuente: NBS Bancos y seguros