La bajante del Paraná impacta en los negocios agropecuarios

La bajante del Paraná impacta en los negocios agropecuarios

Perdió caudal durante el fin de semana y ya está en la peor situación hídrica desde 1944. Preocupa por la situación del medio ambiente, los negocios agropecuarios y los 3 mil pescadores que viven del cauce, pero también por la disponibilidad de agua potable

El río Paraná bajó otros 13 centímetros el último fin de semana frente al puerto de la capital entrerriana, se mantiene con una altura de -33 centímetros (debajo del nivel del mar), lo que configura la peor situación hídrica detectada desde 1944, y espera que se acerque a esos registros y hasta podría superar esa emergencia histórica, se informó.

El secretario de Agricultura y Ganadería de Entre Ríos, Lucio Amavet, afirmó a Télam que la bajante «impactó fuertemente en acopiadores, fileteadores, transportistas y más de 3.000 familias de pescadores que viven de eso», registrando «el cupo de exportación más bajo de los últimos 15 años».

Durante el fin de semana circularon imágenes de la desolación y muchos vecinos comentaron en las redes sociales que se podía caminar sobre el lecho del río, un problema que no sólo afecta al medio ambiente y a los negocios agropecuarios, sino también la disponibilidad de agua potable.

Agua potable

«Esto genera mucha preocupación, es una bajante histórica que impacta en el agua potable y esto es lo más urgente que hoy nos ocupa, además de lo ambiental», dijo el gobernador Gustavo Bordet, y precisó que está «en contacto permanente con todos los intendentes» de la vera del río.

Bordet afirmó que «claramente hay un cambio climático, fundamentalmente en las nacientes de los ríos con la deforestación, y con un cambio en los suelos y en los sistemas de cultivos que modifica las condiciones ambientales».

Tres meses más

El Instituto Nacional del Agua (INA) indicó que la tendencia descendente «continuará predominando en los próximos tres meses» al menos.

Además, apuntó que julio será «especialmente crítico» y espera impactos en «las tomas de agua para consumo urbano, para refrigeración de centrales de generación eléctrica y de procesos industriales».

También alertó sobre problemas en «la navegación fluvial, fauna íctica, estabilidad de márgenes» y una «exposición a incendios en márgenes e islas».

Fuente: BAE