Jorge Faurie, nuevo titular de la Cancillería Argentina

Designan a un diplomático de carrera para reemplazar a Susana Malcorra en la Cancillería. La ministra dijo que su salida se debe a razones personales; asesorará al Gobierno desde España y conservará el rango; asume Jorge Faurie, actual embajador en Francia (La Nación)
Por Jaime Rosemberg
Apenas pasadas las tres de la tarde, el presidente Mauricio Macri irrumpió ayer de manera sorpresiva en la sala de conferencias de la Casa Rosada para dar lo que él mismo describió como “una mala noticia”. Lo acompañaban el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y la canciller Susana Malcorra, que luego de un año y cinco meses de gestión anunció su renuncia al cargo.
“Nuestra canciller nos abandona, no al equipo, pero sí como canciller. Por temas estrictamente personales va a dejar de ejercer este rol tan importante (…) en este año y medio en el que nos hemos insertado rápidamente en el mundo, tal vez como nunca antes”, dijo Macri con tono serio.
Un rato después, fue el jefe de Gabinete quien confirmó que Jorge Faurie, vicecanciller durante la gestión de Eduardo Duhalde y actual embajador en París, ocupará el cargo a partir del 12 de junio.
“Estoy tomando una decisión que tiene tensiones entre lo que ha sido el orgullo y la responsabilidad de representar a la Argentina en el mundo y lo que son mis responsabilidades familiares”, dijo Malcorra, que será asesora “con rango de ministra” desde Madrid, donde vive su familia.
Renunció Malcorra a la Cancillería y la reemplaza un diplomático de carrera
La ministra dijo que su salida se debe a razones personales; asesorará al Gobierno desde España y conservará el rango; asume Jorge Faurie, actual embajador en Francia
Diplomático de carrera y de origen peronista, Faurie es embajador extraordinario y plenipotenciario desde 1998. Luego de ser vicecanciller en 2002, estuvo once años como embajador en Portugal y trabajó en la Secretaría de Coordinación y Cooperación Internacional, desde la cual tuvo a su cargo los detalles del polémico traspaso de mando entre Cristina Kirchner y Macri.
Si bien Malcorra lo definió como «parte» de su equipo, Faurie tiene una relación más añeja dentro del gabinete: la que lo une con el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, que también estuvo en la cancillería durante la gestión Ruckauf y que responde sin dudar al jefe de Gabinete. «Es el número uno en el ranking de los diplomáticos argentinos», lo definió Peña durante la conferencia. El jefe de Gabinete prefirió no profundizar cuando un periodista le recordó que Faurie dejó ese cargo acusado de tener una sociedad no declarada con Ramón Hernández, el secretario privado del ex presidente Carlos Menem. «Fue aclarado en su momento», dijo Peña sobre el asunto.
A pocos meses de asumir su cargo, en diciembre de 2015, Malcorra comenzó su campaña para ser la sucesora de Ban Ki-moon (de quien fue colaboradora) al frente de las Naciones Unidas, un dato que disparó los primeros rumores sobre su salida. En octubre pasado, ese cargo quedó para el portugués Antonio Guterres, y Malcorra prometió continuar al frente de la diplomacia nacional sin plazos para su salida.
«Estoy muy contento con la decisión que tomé antes de la segunda vuelta (de 2015), la de sumar a la gente más preparada (…) Me cuesta encontrar en la historia una canciller como Susana. Espero que sigamos haciendo cosas juntos por el país», elogió el Presidente antes de dejar a Malcorra y Peña ante las preguntas de los periodistas.
«Ustedes saben que mi familia está en Madrid, y ya hace muchos años que estamos separados, y los años acumulan la distancia», afirmó Malcorra, aunque trascendió que la enfermedad de algún miembro de su entorno familiar habría precipitado su decisión de no continuar, que comentó al Presidente antes del viaje a Quito, el miércoles pasado. Desde el Gobierno afirmaron que «no era la primera vez que Malcorra planteaba la posibilidad de un part time»; desde hacía mucho la distancia con su familia la complicaba.
La elección de Faurie también tuvo sus idas y venidas. El nombre de Alfonso Prat-Gay también estuvo en danza y, según pudo saber LA NACION, hasta le ofrecieron el cargo de Malcorra. Pero en el Gobierno se inclinaron finalmente por el perfil técnico del embajador en Francia, ante los desafíos que representan la reunión de la OMC, a fin de año, y la del G-20 en 2018. A diferencia de la embajada en los Estados Unidos, el ex ministro de Hacienda no habría rechazado el ofrecimiento.
¿Habrá cambio de rumbo con la salida de Malcorra? La funcionaria saliente y el jefe de Gabinete se empeñaron en negarlo. «Toda la agenda va a tener una continuidad, el Presidente cree que lo que se está haciendo se está haciendo bien. Estaremos todos para dar una mano», dijo la canciller saliente.
Venezuela, un tema en el que la posición moderada de Malcorra chocaba con las ideas más radicales del propio Macri en torno al régimen de Nicolás Maduro, seguirá al tope de la agenda.
«Estamos trabajando en la misma posición, buscando un acuerdo en la OEA para un cronograma electoral confirmado, incluidas las elecciones presidenciales y la liberación de los presos», afirmó la canciller. Ante una pregunta de LA NACION, se mostró muy optimista sobre un eventual acuerdo UE-Mercosur hacia fines de año y confirmó que la propuesta de José Octavio Bordón como próximo secretario general de la Unasur «es aceptada por muchos países, no por todos».
En torno a su nuevo rol, Malcorra afirmó que intentará colaborar «desde una perspectiva de largo plazo, que hay que adaptar a la coyuntura, y que es complementaria con la visión de la cancillería. Una visión del siglo XXI para la Argentina», dijo Malcorra, que hoy viajará a Washington en uno de sus últimos viajes como canciller argentina.
Anoche, invitada al programa Odisea Argentina, de Carlos Pagni, a Malcorra relató que le presentó a Macri su carta de renuncia después de Semana Santa, debido a su situación familiar. Se comenzó entonces a trabajar en su reemplazo. Valoró, además, su tarea del último año y medio como un enorme esfuerzo de reinserción de la Argentina en el mundo, y afirmó que en respuesta hubo una «rápida reacción» de parte de otros países. «Cerrar las puertas es el peor error», afirmó.