América Latina: necesitan us$117.800 M sólo en transporte y comunicaciones

América Latina: necesitan us$117.800 M sólo en transporte y comunicaciones

En 2015, Bolivia fue el país de América Latina con mayor tasa de inversión en infraestructura, con el 8,4% del PIB. Perú invirtió el 6,9%, Colombia, el 6,4%; Panamá, 4,5%; Chile, el 3,1%; Argentina, Uruguay y Brasil en torno al 1,6% y México el 1,4%

Si se pregunta a los ministros de Economía de los diversos países de América Latina lo que la región debe hacer para llegar a ser más competitiva globalmente, es muy probable que tengamos la misma respuesta: invertir más y mejor en infraestructura, corredores logísticos e integración regional y aumentar la la productividad. La explicación, argumentar, es que los proyectos de infraestructura tienen la capacidad de reducir los costos de logística y estimular la productividad entre los países, mientras que desarrollan cadenas de valor a través del comercio intrarregional e internacional. Donde ese consenso comenzaría a romperse es en la priorización de los proyectos y en la forma de financiarlos. Cada país tiene intereses específicos y necesidades propias de recuperación de inversiones para superar sus cuellos de botella de desarrollo nacionales, ya que, en general, los esfuerzos nacionales quedaron por debajo del 5% del PIB estimados para mantener los servicios de infraestructura en línea con los requisitos de la actividad económico. Ante este contexto, si queremos convertirnos en una región económicamente competitiva y socialmente inclusiva, en los próximos años tendremos que dar un salto evolutivo en nuestra comprensión de la agenda de infraestructura de integración regional. No se trata sólo de crear infraestructuras y corredores logísticos para tener conexiones físicas, sino de ser funcionales e integrar diferentes áreas de desarrollo, como clusters productivos, ejes de interconexión, travesías de fronteras, áreas metropolitanas o puertos. Sólo así será posible optimizar su función y tener un impacto directo en la productividad y competitividad de los países de la región.

Canadá, Asia Central y Europa han hecho progresos significativos en este campo y hoy se concentran en la digitalización de corredores por medio de tecnologías disruptivas. Con eso, están consiguiendo, entre otras cosas, reducir los costos de flete. En América Latina la situación es diferente. La digitalización de los corredores es limitada, especialmente cuando analizamos los corredonanciamiento res plurinacionales, y ejemplos en la logística de flete se limitan al acceso a los puertos más importantes, como Santos, Panamá y Cartagena. Esta situación refleja la necesidad de una mayor determinación y coordinación de los actores para generar una acción más coordinada que implique un mayor impacto en la productividad y la competitividad de los países y que priorice la funcionalidad de las infraestructuras. La región tiene un largo camino por recorrer y debe abordar las necesidades de inversión de esta nueva perspectiva. En los sectores de transporte y telecomunicaciones, por ejemplo, inversiones del orden de US $ 117,8 mil millones serán necesarias en los próximos 10 años. Por otro lado, en América del Sur, 453 proyectos de integración energética, de transporte y de telecomunicaciones deben ser ejecutados, sumando 163.200 millones de dólares. Además, hasta 2040, se estima que los sectores portuario y aeroportuario exigirán un combinado de unos 100.000 millones de dólares. En términos de países, de acuerdo con el Infralatam, en 2015, Bolivia fue el país de América Latina con mayor tasa de inversión en infraestructura, con 8,4% del PIB, mientras que Perú invirtió el 6,9%, Colombia, 6,4%; Panamá, 4,5%; Chile, el 3,1% (en 2014). Argentina, Uruguay; y Brasil invirtieron alrededor del 1,6% y México el 1,4%. Es evidente que, ante las modestas perspectivas de crecimiento de los países de la región para los próximos años, los gobiernos necesitan revisar sus estrategias de planificación y gastos, administrar recursos con mucha más eficiencia que en la última década y, sobre todo, priorizar proyectos que ofrezcan valor agregado, contribuyendo a la integración nacional y regional, y que sean funcionales.

Para abordar detalladamente estas cuestiones y otras relacionadas con la agenda estratégica de desarrollo de infraestructura regional, además de identificar oportunidades de inversión para el sector privado español y para Europa en general, la Conferencia del CAF sobre Infraestructuras se celebrará en Madrid el día 16 de con la participación de gobiernos, empresarios y sociedad civil, para generar consenso y conciliar políticas sectoriales para el desarrollo de nuestra región. Históricamente, ha sido difícil construir el consenso necesario para desarrollar grandes proyectos de infraestructura de integración regional. Lo que todos los actores saben hoy, sin embargo, es que, sin un stock adecuado de infraestructura, es difícil implementar políticas efectivas de desarrollo social o alcanzar tasas de crecimiento económico sostenido. Por lo tanto, en América Latina, la solución es repensar la función de la infraestructura.

Con información de Valor Econômico, Brasil