Innovación: la clave para prevenir el lavado de activos en bancos e instituciones financieras

Innovación: la clave para prevenir el lavado de activos en bancos e instituciones financieras

Por Agustina Atlante, Head of Compliance de celeri

Adoptar la modernización de Prevención de Lavado de Activos y los procesos transaccionales de compliance a escala con soluciones SaaS hoy pasó de ser una opción a una necesidad en crecimiento. 

Las recompensas incluyen la reducción de costos en todos los ámbitos: una detección de delitos financieros más efectiva, un cumplimiento optimizado y un aumento en la confianza institucional protegiendo la buena reputación de la compañía y mitigando los riesgos de infracción regulatoria. 

Los bancos se hallan en la primera línea de la costosa batalla contra el lavado de dinero. En 2020, las instituciones financieras gastaron $213.9 mil millones en cumplimiento de delitos financieros a nivel mundial, un 18 % más que en 2019. 

De hecho, estimaciones recientes fijan el impacto del lavado de dinero entre el 2 y el 5 % del PBI mundial, es decir, alrededor de $800 billones. Esto significa que $2 trillones fluyen hacia manos de terroristas y de traficantes cada año (Naciones Unidas, “Lavado de dinero”). Y la cifra continúa creciendo.

La pandemia

Claro está que esta cifra fue incrementándose con la pandemia del COVID-19, al haberse incorporado al sector una digitalización obligada de los procesos internos, como así también externos, de cara al usuario, para protegerlo de los riesgos inherentes por el incremento mundial de las transacciones online y la adopción de nuevos activos digitales (en 2021, el nivel de bancarización aumentó en un 68 % en comparación con el 2017, según el Banco Mundial).

El crecimiento exponencial de las transacciones fraudulentas y de las nuevas formas de realizar operaciones cross-border llevaron a que las instituciones financieras, además, se encuentren expuestas y en la mira de fuertes multas. Esto puede generar daños significativos en su reputación, lo que puede afectar negativamente la confianza y la valuación de la compañía ante potenciales inversores y accionistas.  

Ante esta situación y la necesidad imperante de la digitalización de procesos, aumentan los costos y los riesgos, que saturan las áreas de sistemas de la banca. Por eso, estas instituciones necesitaron poner foco, por un lado, en eficientizar los productos que ofrecen, y, por el otro, en la protección de los usuarios. Para lograrlo, es clave incorporar herramientas SaaS (software as a service) que permitan resolver los dolores de cabeza que acarrea el compliance y la prevención de lavado, de manera simultánea.

PLAyFT

Durante muchos años, las organizaciones se han manejado de buena manera con sus entornos de PLAyFT (Prevención de Lavado de Activos y Financiamiento del terrorismo) o AML (procesos “Anti Money Laundering”) heredados, sopesando el costo y la interrupción de reemplazar plataformas sin ver la necesidad que impone el mercado de innovar. 

En cambio, hoy la ecuación ha variado, y las organizaciones de servicios financieros con visión de futuro están adoptando la modernización en todo el ciclo de vida de compliance y prevención de lavado. En esta dirección, algunos puntos clave son la debida diligencia de conoce a tu cliente o más conocido por su acrónimo en inglés: KYC, ‘Know Your Costumer’,  el monitoreo de las transacciones, las alertas para que los analistas focalicen su investigación bajo los parámetros de apetito de riesgo de cada uno, la gestión de casos y la presentación de informes.

Tomar la iniciativa de la digitalización e innovación desde el sector bancario

Para abordar todos estos desafíos, las empresas regtech juegan un rol fundamental. Deben poner en práctica la retroalimentación constante a fin de seguir creando plataformas eficientes que se ajusten a las necesidades particulares de cada compañía financiera.

Es de suma importancia que estas soluciones tecnológicas, que se centran en optimizar los procesos de compliance, puedan dar seguimiento a las diversas líneas del negocio —tanto minoristas, corporativas e institucionales— y dejar de lado las reglas de monitoreo aisladas, complejas y anticuadas que suelen utilizarse de forma global, un dolor que afecta a la mayoría de las empresas latinoamericanas. Y poder, asimismo, dar la solución a la centralización de los datos y a la disminución de los falsos positivos en las alertas, que realentizan los procesos, afectan la satisfacción de cliente a la hora de operar dentro de la entidad, aumentan los costos y, además, complejizan el área de compliance. 

Este año, de nuestro lado, buscamos centrarnos en abordar los problemas que surgen en las entidades, y aprovechar, en favor de todas las partes, el rápido avance de la tecnología para ser un aliado estratégico: 

Manejar el riesgo emergente y la detección de anomalías utilizando matrices de riesgo conforme el registro de transacciones y análisis de gráficos.

Ayudar al monitoreo específico de segmentos de clientes de alto riesgo.

Optimizar la automatización de la gestión de casos.

Ofrecer funciones sólidas de administración, documentación y gobernanza de modelos.

Optimizar la puntuación de riesgos utilizando técnicas algorítmicas para identificar patrones en base a la utilización de datos históricos de seguimiento de transacciones. 

Reducción de riesgos y ganancia de tiempo y de dinero

En todos los sectores, la tecnología en la nube ha transformado las empresas y el panorama de sistemas para siempre. La convergencia de la tecnología de compliance y prevención de lavado en conjunto con la nube ofrece una solución única e integrada de software como servicio (SaaS) que atiende a toda la cadena de valor del cliente en su experiencia financiera, incluidos el proceso de KYC (‘conozca a su cliente’), el monitoreo de transacciones e informes regulatorios.

Estas soluciones aumentan y simplifican los programas de cumplimiento al mismo tiempo que reducen el costo de los errores y las ineficiencias que se encuentran en la mayoría de los programas de prevención de lavado estándares. Finalmente, se resalta lo fundamental que resulta, actualmente, el acompañamiento de un partner estratégico que asista a las instituciones financieras mediante la implementación, la optimización y la automatización de herramientas tecnológicas en cada uno de los procesos que constituyen el compliance.