Informático en salud, la especialidad del futuro

Cómo es esta disciplina que cruza la tecnología con la medicina.

re 1966 y 1967, en el MGH (Massachusetts General Hospital) de Estados Unidos, Neil Papalardo desarrolló el primer lenguaje de programación médica, que integró en tiempo real la información de distintas áreas del hospital. El MUMPS (Massachusetts General Hospital University Multiprograming System) sentó las bases de la informática médica. Es un lenguaje y sistema operativo que ha sido diseñado para el manejo interactivo, procesamiento y análisis de datos, entre otros objetivos.

51 años después, la informática en salud crece en un mundo reinado por datos . ¿Qué pueden hacer los profesionales? Sin dudas, la capacitación es el eje central que atraviesa esta realidad. «Hay una disciplina, dentro de la medicina, que lleva más de 30 años. Inclusive, está reconocida en Estados Unidos y en países de Europa, y lo estará acá en breve, como una subespecialidad dentro de la medicina. Se llamainformático en salud o informático médico«, explica Daniel Luna, médico especialista en medicina interna, magister en ingeniería de Sistemas de Información y doctor en Ingeniería Informática.
Luna está a cargo del departamento de Informática en Salud del Hospital Italiano de Buenos Aires desde 2010. Explica que en la Argentina se aprobará pronto una especialidad multiprofesional (especialista en informática en salud), a la cual podrá aplicar un kinesiólogo, un enfermero, un médico o un bioquímico.
«En Estados Unidos lo aprobaron como una subespecialidad, como informático clínico. En el hospital tenemos hace 16 años, desde 2001, una residencia de informática médica, que tiene una especialidad reconocida por el ministerio de Educación. Y estamos dictando una maestría a distancia, que en su segundo año ya tiene 150 alumnos», completa Luna.

No es sólo para médicos

La especialización en el Hospital Italiano dura 3 años y la maestría, 2. Ambas reciben la demanda de alumnos no solo de la Argentina, sino a nivel regional. Tienen 3 ejes: Ciencias de la Computación (base de datos, programación, infraestructura); gestión (de cambios, de proyectos o sanitaria, por ejemplo); y Ciencias de la Informática Médica (sistemas de soporte para toma de decisiones y sistemas clínicos, entre otros). Análisis de datos e inteligencia artificial son materias que están presentes también en la cursada.
«El objetivo es que alguien que esté trabajando en salud, haciendo sistemas de información, conozca el ecosistema de la salud (no tiene que saber atender pacientes), y que los que vengan de la salud conozcan el ecosistema de la información también. La idea de la transdisciplina es reforzar los conocimientos de la disciplina opuesta. El informático, en términos generales, es un gran traductor para el diseño, desarrollo e implementación de sistemas en el campo de la salud. Entonces, como los médicos tienen mucho poder y se resisten bastante a que les cambien la forma de trabajo, el objetivo es nivelar conocimiento, para actuar como facilitadores», señala Luna, codirector de la maestría y de la residencia de informática en salud del Instituto Universitario Hospital Italiano.
En este sentido es importante entender que, probablemente, la informática en salud no esté destinada a médicos, sino a otros profesionales que trabajen (o estén interesados) en sistemas de salud. Esta especialidad atravesará el gerenciamiento de la salud, enmarcado en historias clínicas informatizadas, digitalización de imágenes, herramientas on line para facturación, control de gestión e integración de servicios de los distintos niveles de atención.
Esta especialidad comenzó con el manejo adecuado de bases de datos. Al pensar en su evolución, la informática en salud permitirá tener mayor información sobre los pacientes y ésto (en teoría) hará que el conocimiento se comparta de manera más democrática y accesible. Sin embargo la decisión final sobre la conducta diagnóstica o terapéutica seguirá siendo exclusivamente médica.
Así lo explica Luna: «Cuando una persona pierde la salud, todo lo demás se relativiza. En la esperanza de recuperarla, se deposita toda la confianza en el médico. En 10 o 20 años, no habrá médico que no necesite de un asistente para que le recomiende caminos. La decisión siempre va a ser del médico, no veo la decisión en una computadora. O sea, estos sistemas pueden servir para orientación, para que un paciente, hasta que llega al médico, pueda orientarse y bajar la ansiedad. Pero la decisión final, diagnóstico-terapéutica, va a seguir siendo humana».

Resultados

Según Luna, es difícil retener alumnos porque el mercado está muy demandante y son pocas las instituciones, al momento, que forman profesionales de este tipo. «Les ofrecen condiciones económicas y laborales que son muy atractivas afuera. En Chile, por ejemplo, reciben casi el triple de lo que ganan en la Argentina», explica.
Los profesionales egresados de la maestría o residencia podrían dedicarse a la investigación o ser jefes de departamento de un proyecto de informatización, entre varias posibilidades. Por ejemplo, Luciana Rubin es médica especialista en informática en salud y forma parte del staff del área de informática clínica (del departamento de informática en salud) del Hospital Italiano. Una de sus tareas, por ejemplo, es la generación y mantenimiento de alertas y recordatorios en la historia clínica electrónica.
Respecto del futuro de la medicina, considerando la digitalización del sistema de salud y la evolución de la inteligencia artificial y aprendizaje de máquina, dice: «Es un camino con una única dirección, hacia adelante. Puede variar la velocidad dependiendo de recursos y agenda propia de cada institución, pero la informatización del sistema de salud mejorará en muchos aspectos el cuidado de la salud de la población, su eficiencia, eficacia y seguridad».

Dónde estudiar

Desde el gobierno de la Ciudad han abierto la residencia de informática médica para tratar de emular el proceso educativo que ha comenzado el Hospital Italiano.
Programa de Informática en Salud del Hospital Italiano
Informático clínico en la Universidad de Columbia
Y en la Universidad de Maryland