FMI y Venezuela vuelven a los primeros lugares de la agenda externa y ponen el foco en las señales de Estados Unidos

FMI y Venezuela vuelven a los primeros lugares de la agenda externa y ponen el foco en las señales de Estados Unidos

El Gobierno renovó las expectativas de las negociaciones con el FMI, luego que el organismo expresara su voluntad de atender el objetivo de cerrar un acuerdo alrededor de mayo, según los plazos colocados como objetivo por el ministro Martín Guzmán. La señal generó cierto optimismo en medios oficiales, en momentos que Alberto Fernández busca comenzar a trazar una política exterior más activa y amplia, especialmente en la región. Al mismo tiempo, llegó otra señal relacionada con los primeros pasos de la gestión de Joe Biden. Desde el Departamento de Estado dejaron en claro la condena al régimen de Nicolás Maduro.

El Fondo confirmó que espera una posible visita de Guzmán, tal como habían dejado trascender fuentes de Economía.  El vocero del organismo, Gerry Rice, dijo que serán retomadas las tratativas, aunque de manera virtual, en lo que representarían la tercera misión formal en la gestión de Alberto Fernández. Rice también expresó predisposición para tratar de cerrar un acuerdo en mayo.

El objetivo del Gobierno es avanzar con las negociaciones y concluirlas ese mes, para afrontar de inmediato las tratativas con el Club de París. Se trataría de un programa de facilidades extendidas, aunque por ahora no se conocen los puntos concretos estarían en discusión para rearmar el pago de la deuda, de 45.000 millones de dólares.

El Presidente espera poder avanzar también en la relación con la nueva administración de Washington. Es decisiva la posición de Estados Unidos, por su peso en el FMI. El Gobierno quiere establecer un línea de relación sólida con Biden, aunque ha emitido algunas señales contradictorias, como la falta de interés real para permitir la entrada de una nave de la Guardia Costera estadounidense, parte de una misión contra la pesca ilegal. El amarre finalmente se vio frustrado.

También esta semana, el gobierno de los Estados Unidos envió un fuerte mensaje en materia de política exterior, con impacto directo en la región. Biden ha decidido realizar giros sensibles en temas tales como la oxigenación del multilateralismo y la agenda vinculada al medio ambiente, especialmente en cuanto a los compromisos para enfrentar el cambio climático.

Sin embargo, el trazo central de la política hacia Venezuela no registrará cambios significativos. El vocero del Departamento de Estado, Ned Price, condenó al régimen de Nicolás Maduro, dijo que no está previsto un diálogo directo para una salida democrática y ratificó el reconocimiento a Juan Guaidó como presidente provisorio.

Es el segundo gesto de peso en la misma dirección. El secretario de Estado, Antony Blinken, ya había apuntado contra Maduro, a quien calificó como “dictador”. Existe expectativa sobre la posibilidad de que sea abierta alguna instancia regional más amplia que el Grupo Lima, pero la condena a Caracas es clara.

Esto constituye desafío para la estrategia de Alberto Fernández, que busca hacer equilibrio en la interna oficialista. Es parte de la agenda central para intentar restablecer puentes políticos con otros países de la región, como Brasil, Chile y Uruguay.