FMI: Pesce bogó por más plazos y menos tasas

FMI: Pesce bogó por más  plazos y menos tasas

Señal. Abogó por más plazos y menos tasas o poder acceder a créditos en DEG de otros países; agregó que se negocia intensamente

El presidente del Banco Central (BCRA), Miguel Pesce, reclamó ayer que el Fondo Monetario Internacional (FMI) flexibilice las condiciones de préstamos extraordinarios como el que le brindó a la Argentina, en especial, porque «no hay que descartar que se repitan circunstancias similares, en otros países».

«Hay que adecuar los plazos y las tasas de interés a los volúmenes de asistencia que puedan requerir los países miembros del Fondo, especialmente los países en vías de desarrollo», señaló Pesce, repitiendo un reclamo del Gobierno al exponer en el cierre de las Jornadas Monetarias y Bancarias 2021, El funcionario justificó su pedido tras recordar que los países menos desarrollados tuvieron menos posibilidades de realizar políticas de apoyo a la actividad en la pandemia, lo que ralentizará una recuperación que en los países desarrollados ya se está viendo antes, «porque pudieron invertir en eso el doble».

Pidió vía libre par a los DEG

Pesce consideró «valioso» que en paralelo se exploren «mecanismos bilaterales de asistencia a través de los bancos centrales y swap de monedas», o se dé vía libre a la utilización de los derechos especiales de giro (DEG) o la ampliación de los DEG que se dio este año a aquellas naciones que no los requieran para «poder canalizar estos recursos vía multilateral, pero también vía bilateral a aquellos países que requieren asistencia y que no necesariamente son países pobres».

Así dejó una pista más al mercado sobre las alternativas que explora el Gobierno, en caso de no poder avanzar en un acuerdo con el organismo, al mencionar oficialmente opciones sobre las que algunos funcionarios oficiales ya realizaron sondeos.

Asistencia del FMI y al G20

En especial, por el particular señalamiento que hizo respecto a que se habilite este esquema de asistencia a países que no sean necesariamente «pobres» y enfrenten situaciones de «estrés financiero», en obvia alusión a la situación local, cuando es sabido que tanto en el FMI como en el G-20 cuando se analizó la posibilidad de generar esos mecanismos de ayuda se excluyó taxativamente a los países considerados de «ingresos medios», como la Argentina.

Las definiciones, surgidas en una ponencia moderada por el subgerente de Investigaciones Económicas de esa entidad, Germán Feld- man, y difundida por un video en la página del BCRA, provocaron tal revuelo en el Gobierno que Pesce se vio obligado unas horas después a realizar algunas aclaraciones mediante un comunicado.

En él indicó que al hacer el pedido para «adecuar los plazos y las tasas de las líneas de crédito del FMI» se refería a las reformas que están en debate «en ámbitos como el G-20» y «sin referirse particularmente a la negociación que la Argentina lleva adelante con el organismo».

«Más allá de estas esperadas reformas, la Administración Nacional y el BCRA están trabajando intensamente para la definición de un programa con el FMI», concluyó.

Un Plan B

Sondeos de un plan «B» La ponencia de Pesce confirmó que, como ya había trascendido, el Gobierno analiza alternativas para acceder a financiamiento internacional con dinero ocioso que algunos de los países miembros del FMI recibieron de la última ampliación de capital que realizó ese organismo. La iniciativa apuntaría a conseguir recursos que podrían aportar países como Rusia o China, y que el Gobierno usaría para ir cancelando deuda con el FMI y cambiar de «acreedor».

El objetivo final de esa apuesta sería librarse de la necesidad de definir programas fiscales o monetarios con metas explícitas para los próximos años, algo a lo que la administración Fernández no es afecta, como proclamó más de una vez.

Los dichos de Pesce, que no hizo mención alguna al problema inflacionario local pese a su gravedad manifiesta, llegaron en momentos en que el mercado aguardaba algunas pistas para entender por dónde el Gobierno planea acercarse a un acuerdo con el FMI, tras haber postergado toda posibilidad de buscarlo por casi dos años. En especial, dados los límites que está encontrando la política cambiaria y monetaria oficial toda vez que el BCRA vuelve a mostrar reservas internacionales endebles y cuando agotó su capacidad para generar recursos y seguir asistiendo al fisco, según lo que plantea su Carta Orgánica.

Pesce, ayer, en las jornadas monetarias del BCRA