Energía estudia pesificar los contratos en el sector del gas

Energía estudia pesificar los contratos en el sector del gas

El secretario de Energía Javier Iguacel estudia una pesificación de los contratos en el mercado del gas. Los productores les venden a los distribuidores en dólares y la suba de esa moneda provocó un desequilibrio, de complicada solución.

Sin embargo los contratos en moneda local son inusuales en el mercado regional del gas. En Brasil, Chile y Uruguay, son en dólares, como en cualquier país que recurre a importaciones. Si bien a la Argentina le sobra gas en verano, sigue habiendo escasez en invierno: se requiere comprar afuera hasta un tercio de lo que se consume en los meses fríos.

Escenario

Según publica el diario Clarín de este martes, «durante 2015, el kirchnerismo destinó US$ 5.700 millones a subvencionar a la industria del gas. El sector tenía una producción decreciente y casi un 30% de lo que se consumía se importaba. Desde 2002 hasta 2015, las tarifas nunca reflejaron los costos. La ley del gas, de 1992, no fue aplicada porque se le antepuso la ley de emergencia económica.»

«En diciembre de 2015, las petroleras locales cobraban dos precios: uno de producción bas», de US$ 2,49 por millón de BTU (la unidad de medida del sector). Y otro llamado de producción «incremental», una medida que habían avalado el ex ministro de Economía Axel Kicillof y el ex ministro de Planificación Julio De Vido. Allí, el kirchnerismo estampó que cobren US$ 7,33 por el gas nuevo».

«La fórmula para determinar ese gas nuevo era polémica: estimaciones hechas por las propias empresas sobre cuánto les iba a declinar la producción. Las principales productoras de gas son YPF, Total, Wintershall, Pan American Energy, CGC y, en los últimos meses, Teceptrol. A fines de 2015, el 30% del gas se costaba US$ 6 si se traía de Bolivia y hasta US$ 12 cuando llegaba por barcos. El sector estaba pendiente de los subsidios estatales.»

Para corregir esto, el ex ministro de Energía Juan José Aranguren propuso que los clientes comenzarán a pagar más por el gas y que hubiera menos subvenciones. En ese momento, las compañías cobraban por su gas un promedio de US$ 1,29. Era lo que las distribuidoras le traspasaban a comercios y hogares. El resto lo aportaba el Estado.

Aranguren estimó que si los usuarios de gas natural de redes abonaran más por el producto, las inversiones mejorarían. Eso se logró: desde 2016, comenzó a escalar la producción de gas. Como contraparte, los hogares y comercios pagaron un precio de gas de US$ 4,68 en millón de BTU. El plan de gas «incremental» fue un legado del kirchnerismo hasta 2017. Aranguren lo respetó, pero no le gustaba. En cambio, avanzó con un estímulo para producción de gas «no convencional», como el que se extrae en Vaca Muerta.

El objetivo de Cambiemos fue reducir las importaciones, bajar el déficit fiscal que generaran los subsidios y estimular la producción. Hasta mayo de 2018, lo había logrado. Pero llegó la devaluación. La suba del dólar del 100% hizo imposible que los contratos en esa divisa se pudieran cumplir, ya que las tarifas están en pesos.

El objetivo de Cambiemos fue reducir las importaciones, bajar el déficit fiscal que generaran los subsidios y estimular la producción. Hasta mayo de 2018, lo había logrado. Pero llegó la devaluación. La suba del dólar del 100% hizo imposible que los contratos en esa divisa se pudieran cumplir, ya que las tarifas están en pesos.

Desde octubre hasta marzo de 2019, los clientes de las distribuidoras (MetroGas, Gas BAN, Gasnor, Litoral Gas, GasNea, Camuzzi, Distribuidora de Gas Cuyana y Ecogas) abonarán el gas a US$ 3,80, una reducción (con respecto a los US$ 4,68 teóricos del invierno) que Iguacel se atribuye.

¿El gas argentino a US$ 4 es caro? En Chile, se lo importó a US$ 6,60, en septiembre y el costo final para los usuarios es varias veces superior. En Brasil, se lo compara afuera a US$ 7,49 y se lo paga entre US$ 7 y US$ 8 si es de producción nacional. Uruguay también es importador.

¿Las empresas locales cobran más por el gas que las estadounidenses? Sí. Suelen pedirles niveles de rentabilidad a los países emergentes que a los mercados maduros, donde los cuadros macroeconómicos son más previsibles.

Fuente Clarín