Nuevas restricciones por el coronavirus: sigue la tensión política y también involucra a la Justicia

Nuevas restricciones por el coronavirus: sigue la tensión política y también involucra a la Justicia

El encuentro entre Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta estuvo lejos de aliviar el clima generado por las nuevas restricciones frente al coronavirus y en especial, la suspensión de las clases presenciales en la Capital y el Gran Buenos Aires. Por el contario, reafirmó las posiciones de cada uno y marcó un quiebre profundo en la relación entre ambos. El Presidente se mantuvo firme en su Decreto de Necesidad y Urgencia. Y el jefe de Gobierno porteño avanzó con una presentación ante la Corte Suprema para mantener abiertas las escuelas, con los protocolos de rigor.

Las expectativas sobre la resolución que tome el máximo tribunal de Justicia tiene que ver, en primer lugar, con una cuestión de tiempos. Queda apenas este fin de semana antes de que comience a ser aplicado el DNU, desde el lunes y hasta fines de mes. Después, se verá. Por lo pronto, fue consultada de inmediato la Procuración. Su respuesta, que no es vinculante, fue también rápida. Y ratificó que el tema es efectivamente competencia de la Corte.

Después de la reunión en Olivos, el Presidente rechazó los argumentos de la Ciudad para mantener las clases presenciales, apelando a cifras que luego fueron descalificadas por las autoridades porteñas. La señal política más importante fue el respaldo total de Alberto Fernández a Axel Kicillof. Avaló incluso las duras críticas del gobernador, que había colocado en la Capital la mayor responsabilidad por las cifras crecientes de contagios y había dicho que Rodríguez Larreta está condicionado por Mauricio Macri.

El jefe de Gobierno porteño también dio una conferencia de prensa, pero evitó responder a los cuestionamientos del gobernador y del Presidente. Como estrategia, se mantuvo centrado en la cuestión educativa y responsabilizó al Gobierno por el actual cuadro sanitario, que atribuyó a la falta de vacunas en los tiempos prometidos.

La relación entre Fernández y Larreta está definitivamente dañada. El jefe de gobierno ya había tenido que enfrentar el recorte de fondos de coparticipación de la Ciudad que dispuso el Ejecutivo nacional, tema por el que también fue a la Corte Suprema de Justicia. El Presidente se alineó con la posición del gobernador bonaerense, que responde directamente a la vicepresidenta Cristina Kirchner, y tomó la medida que él mismo definió como inconsulta de aumentar las restricciones en el AMBA y suspender la presencialidad en las escuelas.

El decreto incluyó otras actividades. Desde ayer, los locales comerciales deberán permanecer cerrados entre las 19 y las 6 horas. Locales gastronómicos (restaurantes, bares, etc.) tampoco podrán abrir al público entre las 19 horas y las 6 horas del día siguiente. Luego de las 19 podrán continuar bajo las modalidades delivery y «para llevar» (take away). Entre las 6 y las 19 horas sólo podrán atender a sus clientes en espacios habilitados al aire libre. Queda prohibido circular entre las 20 y las 6 de la mañana. Y, desde el lunes, se suspenden las clases presenciales en los todos los niveles hasta el 30 de abril inclusive.

Las medidas la tomé yo y me hago cargo yo y las fuerzas federales van a hacer cumplir esto. Yo mismo tuve discusiones dentro de mi equipo porque el ministro de Educación creía que había que tratar de insistir un poco más con las clases presenciales”, sostuvo el Presidente, el jueves. La decisión dejó en una posición delicada a su ministro de Educación, Nicolás Trotta, que horas antes del anuncio había ratificado la continuidad de la escolaridad en las aulas y que, según dejaron trascender algunas fuentes de la Rosada, amenazó con renunciar.

Larreta dio un discurso durísimo contra el Presidente. “El gobierno nacional decidió romper el mecanismo de diálogo y consenso que veníamos sosteniendo hace más de un año. Quiero ser claro: no fuimos consultados sobre ninguna de las medidas que se tomaron ayer. Es inexplicable que haya sido así, más cuando veníamos teniendo reuniones constantes durante los últimos días para hablar de qué medidas podíamos tomar para frenar la suba de casos”, sostuvo.

La decisión del presidente no sólo redobló la tensión con Larreta, sino con Juntos por el Cambio en general. Cristian Ritondo, el presidente del bloque del PRO en Diputados y de posiciones habitualmente negociadoras, presentó un  un proyecto para que la educación obligatoria sea declarada servicio público esencial. Además, las críticas llegaron desde la gran mayoría de los dirigentes de la coalición opositora.

También se agregó como dato político fuerte la posición crítica de Roberto Lavagna. El ex ministro de Economía y ex candidato a Presidente viene marcando distancias, lo cual resta al Presidente de una figura considerada aliada hasta hace pocos meses.