En 2025 la economía argentina no alcanzaría el PBI de 2019

En 2025 la economía argentina no alcanzaría el PBI de 2019

Si bien la actividad agregada ya recuperó el nivel de febrero de 2020, ese número es 3% menor al “potencial” y, además, la población crece 1% anual

La recuperación de la economía de 2021 será mayor a lo que se esperaba a comienzos del año y genera buenas expectativas en el Gobierno para un 2022 que, además, vendría sin pandemia.

Sin embargo, la consultora LCG consideró en su último informe que “todavía en 2025 la economía argentina no alcanzará a producir lo mismo que en 2019 en términos per cápita y continuará ampliando la brecha que nos separa de los principales países de la región”.

La actual reactivación, luego de dos años de recesión y uno completo de pandemia, no es sinónimo de crecimiento. Además, el estudio destacó que ese proceso está siendo apuntalado por sectores poco dinámicos y con una economía que nuevamente encuentra crecimiento impulsado por sectores primarios.

Datos Indec

El Indec informó que en agosto la actividad económica creció 1,1% mensual desestacionalizado, dato que se repitió en septiembre, y permitió alcanzar los niveles de febrero de 2020. La mejora tuvo que ver mayormente con el efecto reapertura de actividades o liberación de restricciones impuestas para controlar el avance de los contagios.

Es probable que ese efecto siga teniendo arrastre en los próximos meses, a lo que se sumará una política fiscal un tanto más expansiva luego de la derrota electoral. “Nuestra proyección de crecimiento para 2021 es de un crecimiento en torno a 8,5% anual promedio que, descontado los casi 6 puntos porcentuales (p.p.) de arrastre que dejó la recuperación económica de finales de 2020, se traduce en un crecimiento de apenas 5% anual medido entre puntas”, dijo LCG.

Estancamiento

Recuperar los niveles de actividad previos al comienzo de la crisis sanitaria no es un umbral muy positivo, ya que arrastra dos años consecutivos de caídas (2018 y 2019).

LCG, en base al “producto tendencial”, indicó que la economía opera todavía 3% por debajo de aquel momento.

La consultora explicó que el “producto tendencial” representa la performance promedio de la economía eliminando picos y caídas propias de la estacionalidad de la actividad y la volatilidad externa. Otras palabras, “suaviza la serie de datos de modo de extraer el crecimiento genuino del PIB”.

El efecto, objetó el trabajo, recuperar la dinámica de crecimiento previa tampoco debería significar una alternativa “auspiciosa”. En los 10 años anteriores a la pandemia (2010-2019), la economía, crecimiento “serrucho” mediante, creció a la modesta tasa promedio del 1,3% anual, que se tradujo en un aumento del PIB por habitante de apenas 0,2% anual, considerando un crecimiento poblacional de 1% anual.

“Recuperar esta tendencia, a diferencia del resto de los países de la región, implicará que todavía en 2025 la economía argentina no alcanzará a producir lo mismo que en 2019 en términos per capita y habrá continuado ampliando la brecha que nos separa de los principales países de la región”, proyectó LCG.

Recuperación heterogénea

La foto actual es de una recuperación a un ritmo mayor al esperado inicialmente y entusiasma al Gobierno. No obstante, esa dinámica esconde fuertes heterogeneidades al interior.

El informe detalló que del total de los 14 sectores productores de bienes o servicios que componen el Estimador Mensual de Actividad Económica (Emae), 6 todavía producen por debajo del nivel de producto tendencial. De ellos, hay 2 (pesca y transporte y almacenamiento) en una situación complicada porque todavía se mantienen en caída: -5,4% y -0,2% promedio mensual, respectivamente.

Estimador Mensual de Actividad Económica.

En cambio, construcción, intermediación financiera, hoteles y restaurantes y otros servicios, si bien no alcanzan aún el “producto potencial”, presentan una tasa de crecimiento positiva acortando lentamente la brecha. “Vale decir que la mediana de crecimiento de los últimos tres meses correspondientes al total de los sectores es del 0,9% mensual desestacionalizado, superada por todos ellos, salvo por el caso particular de intermediación financiera”.

En el caso particular de hoteles y restaurantes, dijo LCG, la brecha había llegado a 85% a partir de las restricciones, pero a agosto último ya se había acortado la mitad de esa distancia, y “presumiblemente se siga recortando a partir de la apertura total de las actividades (ya sin aforo) y del incentivo que el programa Pre-Viaje genera para el sector”.

“En el caso de la construcción, si bien el nivel de producción de febrero de 2020 se había superado en 9%, todavía se ubica 3% por debajo de la tendencia 2010-2019 producto de que la actividad se movió a la baja en los últimos años”, agregó el estudio.

Agro, comercio y servicios públicos

Entre los sectores que ya recuperan los niveles previos y siguen creciendo, el agro, comercio y servicios públicos son los que “despuntan”. Los otros 4, entre ellos la Industria Manufacturera, comienzan a mostrar cierto amesetamiento del crecimiento luego de ser uno de los rubros más dinámicos en la recuperación.

Además, en términos de empleo los sectores que aún no recuperan el nivel de su producto lógicamente están entre los que más puestos de trabajo formal destruyeron respecto al pico previo y explican por sí solos más de la mitad de la caída de empleo registrado.

Pero LCG resaltó que “sólo la contracción en la industria y el comercio explicó la destrucción de 4 de cada 10 puestos de trabajo formales. Distintamente, se observa que la administración pública fue prácticamente el único sector demandante de mano de obra”.

Industria

En el caso de la industria, el estudio señaló que conviene hacer el mismo análisis al interior dada la disparidad entre los sectores que la componen. En principio, se destaca una “robusta” recuperación en el sector de químicos, caucho y plásticos, alimentos y bebidas y madera y papel, los cuales se encuentran operando por encima del nivel tendencial que venían presentando durante el período 2018/19 (11%, 6%, 5% y 4%, respectivamente), a la vez que presentan un gran dinamismo con tasas de crecimiento cercanas al 2% mes a mes.

Pero hay otros sectores que también producen por encima de los niveles previos, pero que no sostienen el crecimiento que los llevó hasta ahí. De hecho, algunos ya evidencian caídas. Entre ellos se encuentran los sectores de maquinaria y equipo, minerales metálicos y automotrices (31%, 6% y 0,4%, respecto al promedio tendencial, respectivamente).

Por último, de forma opuesta y en los cuadrantes inferiores, los sectores de metalmecánica, siderurgia, textiles y muebles se ubican entre los sectores industriales más golpeados, con brechas del 18%, 9%, 4,3%, 4% y 3% respecto de su tendencia, y todavía sin poder crecer de manera sostenida. Vale aclarar que dentro de este grupo, metalmecánica y siderurgia son dos de los sectores más relevantes de la industria por su tracción en el entramado productivo del país (de manera conjunta representan el 14,3% del total).

¿Qué se puede esperar?

A modo de conclusión, LCG dijo que puede decirse que la recuperación es dispar entre distintos sectores, y a nivel agregado el país lejos está de haber encontrado un nuevo sendero de crecimiento económico sino apenas recuperando niveles ya alcanzados previamente.

En paralelo, hubo un deterioro notorio en varias cuestiones como la mayor inestabilidad cambiaria producto del exceso de emisión y acumulación de pasivos no monetarios del Banco Central y la escasez de divisas, que hacen que el crecimiento no se perciba como “sostenible”.

Para la consultora, los intentos de corregir estos desequilibrios en el orden inadecuado es lo que más temor otorga respecto a la posibilidad de encontrar ese camino de desarrollo.

“Bajo este escenario no podemos ser muy optimistas respecto al desenvolvimiento de mediano plazo para la Argentina”, apuntaron. En 2022 se podrá exhibir una tasa de crecimiento positiva, pero “magra”.

“Una recuperación que no luce como crecimiento y que no encuentra las bases de un cambio de perfil para garantizar que la actividad pueda desarrollarse”, concluyó LCG.

Fuente: El Economista