El Vacunagate pega también en la agenda internacional del Gobierno y afecta el viaje del Presidente a México

El Vacunagate pega también en la agenda internacional del Gobierno y afecta el viaje del Presidente a México

El escándalo por el vacunatorio VIP alteró por completo la agenda política de Alberto Fernández. El viernes, borró de los medios el lanzamiento del Consejo Económico y Social y dejó realmente golpeado a su propio titular, Gustavo Beliz. Pero no sólo tiene efecto local, porque también afecta el viaje a México que acaba de emprender el Presidente. El refuerzo de esa alianza regional con esta visita había agregado la decisión de levantar el perfil frente a la pandemia del coronavirus y reclamar por el suministro de vacunas a los países de América latina.

Alberto Fernández fue invitado especialmente por su colega Andrés Manuel López Obrador al inicio de una serie de celebraciones por el bicentenario de la independencia de México. Para el presidente argentino, se había constituido además en un paso central de lo que fuentes oficiales difunden como una estrategia regional para posicionarse mejor frente a la nueva administración de Estados Unidos y buscar una salida sobre Venezuela. Este último es un punto en sí mismo complejo teniendo en cuenta que Joe Biden incluyó entre sus primeras señales internacionales una fuerte condena al régimen de Nicolás Maduro.

El desafío planteado por la pandemia también se agregó como punto saliente, según se dejó trascender luego de que por vía diplomática fuera ajustado el temario. La definición principal sería un reclamo a los organismos internacionales y a las naciones más desarrolladas para que sea garantizada de algún modo una provisión más igualitaria de las vacunas.

En ese contexto, el escándalo que estalló poco antes de iniciar este viaje afecta seriamente la exposición presidencial, porque quedó puesto el foco en el acomodo político y en el manejo de la vacunación. Además, hubo una dura condena de una organización de prestigio internacional como Human Rights Watch.

Otro dato político lo constituyen las bajas en la delegación armada para acompañar al Presidente. La oposición actuó con rapidez: decidieron no viajar las dos legisladoras de Juntos por el Cambio invitadas por Presidencia, Carmen Polledo y Jimena Latorre. Y al mismo tiempo, Alberto Fernández decidió que no sean parte del viaje los dos legisladores oficialistas que recibieron la vacuna en el ministerio de Salud: el senador Jorge Taiana y el diputado Eduardo Valdés.

Una derivación de esa decisión confluye que el hecho mayor de este escándalo: la decisión de hacer renunciar a Ginés González García. El ministro dejó trascender su malestar con el desenlace, que lo coloca como única baja. Algo similar ocurriría con el diputado oficialista.

Quedan en el medio muchas hipótesis sobre el real fondo del juego de Horacio Verbitsky. Y no está clara la estrategia final del Gobierno para tratar de acotar el costo político.

En lo inmediato, el Presidente intenta mostrar decisión política -también hacia el interior del oficialismo-, pero busca darle continuidad a la gestión con Carla Vizzotti, hasta el sábado virtual viceministra. Con ese fin, dijo que el caso era reprochable, y marcó la línea de calificar el caso como “excepcional”. Además, elogió al ex ministro y cuestionó el tratamiento mediático del escándalo. De todos modos, la inquietud por nuevas denuncias domina el escenario.