El uso de efectivo se mantiene alto

El uso de efectivo se mantiene alto

En promedio, cerca de un tercio de las compras que se realizan en grandes supermercados se paga con dinero en efectivo. Pese al aumento de la inflación, que obliga a utilizar más billetes para cancelar un mismo ticket y a las ventajas de los pagos digitales, que parecen más seguros y cómodos, tanto para los comerciantes como para los clientes, hay una franja de argentinos que sigue priorizando el cash para sus compras.

Si se miran los datos que recaba el INDEC en su encuesta mensual de supermercados, en octubre pasado, el último dato disponible, las compras en cash representaban el 30,8% del total de las ventas del sector ese mes. Un año antes, en octubre de 2020 aún con las restricciones propias de la primera ola de la pandemia del Covid 19 en el país, esas compras representaban el 30,6%.

Es decir, que pese al boom de los pagos digitales, el aumento en la oferta de billeteras electrónicas tanto de fintech como de bancos y el avance de los pagos QR, hay una porción de la población que aún prefiere manejarse en efectivo. Lo cierto es que si se mira en los meses previos a la llegada de la pandemia, ese ratio era aún mayor: en febrero del año pasado el 33% de las ventas que se hacían en estos comercios eran pagadas en efectivo,

En abril de ese año, cuando las restricciones a la actividad eran más rígidas, el porcentaje de ventas en billetes físicos bajó a 29,6% y esa diferencia se había visto compensada por un mayor uso de la tarjeta de débito.

Datos de Prisma

Según datos que recopila Prisma Medios de Pagos, el uso de estos plásticos mostró un crecimiento exponencial en 2020, que se consolidó este año: casi el 46% del volumen total de las operaciones que se hacen con plásticos corresponden a este tipo de tarjetas.

Según la empresa Link, que elabora el índice UDE LInk, el dinero electrónico pasó de totalizar entre el 17% y el 20% del PBI en los meses anteriores a la pandemia a tocar el máximo del 30% a mediados de 2020. Pero a medida que se relajaron los controles y se reanudó la actividad, ese crecimiento se desaceleró y en octubre último, representó el 29,3% del producto bruto.

Para el economista Andres Borenstein, de Econviews, «la resistencia» a la baja del uso en efectivo tiene que ver con múltiples factores: «Es una hipótesis inicial: hay un sector de la sociedad que sí se está incluyendo más financieramente, ya sea por un avance de las fintech, o por la tarea que hizo el Gobierno con la Tarjeta Alimentar. Pero a la vez, los sectores medios se han volcado hacia una mayor informalidad».

Según Borenstein, la existencia de un «mercado blue» para el dólar incentiva a que más personas que compran o venden billetes en este segmento prefieran operar en efectivo. También influye la fuerte carga tributaria, que hace que en algunos comercios se sigan impulsando, con descuentos, los pagos en efectivo.

Fuente: 24 Argentina