El rechazo al proyecto de reforma laboral une a la oposición

El rechazo al proyecto de reforma laboral que impulsa el Gobierno continúa funcionando como un imán para acercar posiciones entre la oposición y el sindicalismo. En particular, entre el núcleo más cercano a Cristina Kirchner y el camionero Hugo Moyano . «Es necesario un acercamiento con Hugo y todos los dirigentes sindicales para ponerle un freno a la reforma», sostuvo sin dobleces el diputado de La Cámpora Andrés Larroque .

Por tercer día consecutivo, La Cámpora envío un mensaje a Hugo Moyano para cerrar viejas heridas. «Con Hugo dejamos de lado las contradicciones secundarias para poder mirar las cosas que le importan a la gente», sostuvo ayer Larroque.
El jueves, a través de un comunicado, la organización juvenil kirchnerista había salido a respaldar al camionero, eje de varios expedientes judiciales que investigan los negocios del sindicato de camioneros con empresas de la mujer y los hijastros de Hugo Moyano: los movimientos de dinero en el club Independiente, que preside el sindicalista, y supuestas maniobras de lavado y evasión de la empresa postal OCA.
«La reforma laboral no es más que una ley de precarización laboral, por eso aprietan a los dirigentes sindicales. Hay una campaña de denostación de las organizaciones para debilitarlos y bajar el costo salarial», señaló ayer Larroque, en línea con el comunicado del jueves.
Hacia allí también apuntó el ex jefe del bloque de diputados del FPV, Héctor Recalde, quien se alejó de Moyano cuando el camionero se enfrentó a Cristina Kirchner. El abogado laboralista llamó a unificar posturas en la oposición para frenar la reforma laboral. «Cuando avanzan para deteriorar a los dirigentes sindicales, lo hacen para ir por las conquistas de los trabajadores», dijo.
«Cualquier reforma que se haga, por más mínima que sea, nunca va a ser en favor de los trabajadores. La previsional, laboral y tributaria no van en favor de los que menos tienen», acompañó Omar Plaini, titular del gremio de canillitas, ex diputado nacional y habitante de la frontera que unió y separó (según los años) al kirchnerismo de Moyano.
A fines de 2017, el Gobierno consensuó con la CGT un proyecto de reforma laboral más atenuado que el que pretendía la Casa Rosada. Pero los sindicatos no respaldaron luego esa iniciativa en el Senado, condición que exigió la bancada peronista que comanda Miguel Pichetto para «poner el cuero» y votar la reforma.
Desde entonces, el proyecto quedó estancado: no se tratará en sesiones extraordinarias en febrero y, sin un apoyo «cerrado» de la CGT y de Cambiemos, Pichetto advierte que tampoco lo votará el peronismo en las sesiones ordinarias de marzo. (Fuente: La Nación)