El Presidente se vio con la titular del FMI en medio de un clima interno que suma mensajes del kirchnerismo duro

El Presidente se vio con la titular del FMI en medio de un clima interno que suma mensajes del kirchnerismo duro

Alberto Fernández coronó la gira europea con una cita que fue trabajada especialmente por el ministro Martín Guzmán: su primer encuentro personal con Kistalina Georgieva, luego de otras contactos virtuales y en un momento crítico de la negociación por la deuda. El Presidente consideró positivos los resultados de las reuniones que mantuvo en Lisboa, Madrid, París y Roma. Pero la señal de la titular del FMI sería determinante en la búsqueda de un entendimiento que permita postergar los próximos compromisos con ese organismo y allanar el camino con el Club de París.

Con todo, el dato más llamativo e inquietante se produjo en Buenos Aires, como señal del kirchnerismo duro para marcar el terreno a Guzmán y de hecho a las tratativas encaradas por el Presidente. En la víspera de la conversación directa con Georgieva, el propio oficialismo impuso en el Senado un proyecto de declaración sobre el destino de los fondos que recibirá el país por la ampliación de los Derechos Especiales de Giro de FMI. Reclama que sean destinados a la asistencia frente al coronavirus y no al pago de deuda.

La iniciativa, que no impone ese criterio en forma de ley pero constituye un fuerte mensaje político, avanzó además en momentos de tensión interna por la pulseada en torno al subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, y por el alcance de la suba de tarifas.

También en las últimas horas, fue difundida una movida encabezada por Máximo Kirchner para recortar las tarifas de gas en municipios que padecen muy bajas temperaturas en invierno. Con aquella disputa como telón de fondo, el nuevo proyecto de ley fue interpretado como otro desafío al ministro de Economía.

Alberto Fernández necesitaba un éxito visible al final de este viaje de casi una semana y, en especial, un gesto del FMI que signifique un avance concreto en las negociaciones para postergar los pagos de este año y encaminar un programa de más largo aliento.

Sin ese paso, aparece además complicado el camino en las tratativas con el Club de París. Según trascendió y de modo amigable, ese punto fue señalado por el presidente francés, Emmanuel Macron. La misma señal ya había sido emitida por Alemania. Por eso mismo, la expectativa está puesta en alguna señal efectiva que a la vez opere como llave para postergar los pagos con el club de países poderosos.

La gira presidencial tuvo también un capítulo aparte con el papa Francisco. Fue una visita donde más que respaldo frente a los organismos internacionales, se buscó recomponer la relación luego de la legalización del aborto. El saldo fue destacado como positivo por los voceros oficiales, aunque estuvo por debajo de los niveles que había exhibido el vínculo en el inicio de la gestión presidencial.