Un llamado a la unidad sindical pensando en la crisis y la poscuarentena

Un llamado a la unidad sindical pensando en la crisis y la poscuarentena

Alberto Fernández convocó a la unidad de la CGT y la CTA, algo que parece extremadamente difícil por las divisiones internas en cada central sindical y por los recelos y diferencias entre las dos vertientes gremiales. El mensaje habría apuntado en rigor a mantener el respaldo de los bloques sindicales al Gobierno, en medio de la grave crisis económica y social, y como elemento necesario para una confluencia con las entidades empresariales en la perspectiva de la poscuarentena.

                El Presidente pidió a los jefes sindicales “no aflojar” y no dividir al “gobierno de los trabajadores”. Lo hizo al encabezar por videoconferencia la apertura del plenario nacional de la Central de Trabajadores de la Argentina que encabeza Hugo Yasky. El Presidente también ha mantenido puentes con la conducción cegetista, y en sobre todo con Héctor Daer, así como con Hugo Moyano.

                La CGT mantiene en estado latente su disputa entre la actual mesa directiva, donde se alinean las franjas más tradiciones de los gremios, y la fracción que une al moyanismo y otras vertientes consideradas duras. En la otra central también hay divisiones, entre Yasky y la denominada CTA autónoma.

                “Tenemos que estar más juntos que nunca”, dijo Fernández. Y frente a las divisiones del sindicalismo peronista, contrapuso la  “unidad política” del Frente de Todos, que de todos modos enfrenta sus propios conflictos domésticos.

                Quizá por eso mismo, sus señalamientos fueron interpretados también como un gesto a la interna del oficialismo. “No hay que aflojar, que no nos dividan, que no nos separen”, reclamó Fernández y llamó a “hacer todo lo necesario para sacar de la pobreza a los argentinos y devolverles la dignidad a los que han perdido el trabajo”.