Alberto Fernández apuesta a Guzmán y a un avance con la deuda para mejorar el clima económico y bajar la tensión política

Alberto Fernández apuesta a Guzmán y a un avance con la deuda para mejorar el clima económico y bajar la tensión política

La gira europea de Alberto Fernández, que incluyó reuniones con líderes de cuatro países (Portugal, España, Francia e Italia) y una visita al Papa Francisco, fue coronado ayer por su primer encuentro personal con Kristalina Georgieva. El Presidente reiteró el discurso oficial: dijo que su gobierno quiere llegar a un arreglo por la deuda que no signifique un ajuste profundo. Y en lo inmediato, ante los vencimientos múltiples que se avecinan, dio aire a la búsqueda de un compromiso mínimo que a la vez allane el camino para un entendimiento con el Club de París. Esa fue la señal económica, pero se registró además un claro mensaje político con la intención de respaldar a Martín Guzmán y recuperar centralidad en la interna oficialista.

El Presidente al igual que la directora gerente del Fondo dieron señales de la intención de avanzar con las tratativas. Hubo un gesto de Georgieva sobre la posibilidad de revisar las sobretasas que debe pagar el país, pero no avanzó más allá. Fuentes de la delegación argentina dejaron trascender que podría lograrse un primer y mínino compromiso del FMI que a la vez permita cerrar un entendimiento con el Club de París.

El Gobierno necesita postergar los vencimientos que se avecinan, en conjunto por unos 6.000 millones de dólares. El primer compromiso, por 2.300 millones de dólares, es con el Club de París, este mes. El punto es que para postergarlo debería cerrar una operación que involucra a los dos acreedores.

El Club de París no impone programas propios para renegociar la deuda. Y por esa razón, funciona como una virtual garantía el acuerdo previo con el Fondo. Con ese fin, debería ser cerrado algún compromiso mínimo en la perspectiva de un programa de facilidades extendidas. El objetivo del Gobierno es postergar para después de las elecciones los términos de un plan de esa naturaleza, que supone exigencias fiscales y reformas estructurales.

Alberto Fernández encaró este viaje en medio de un pico de tensiones internas. Incluso la participación de Guzmán como principal figura de la comitiva fue destacada como un gesto de respaldo al ministro, desgatado por una pulseada por las tarifas que lo dejó en mala posición ante la imposibilidad de desplazar al subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo.

Pero aún así, el jueves y en la previa a su reunión con Georgieva, el kichnerismo duro impuso en el Senado un proyecto de declaración que marca el terreno al ministro de Economía, reclamándole que al ampliación de DEG que recibirá el país desde el Fondo sea aplicada a atender los planes para enfrentar la pandemia y no al pago de deuda.

En ese marco, el capital de Guzmán parece atado a las tratativas con el FMI. Y eso impacta también en Olivos.