El petróleo a merced de los resultados electorales

El petróleo a merced de los resultados electorales

El petróleo a merced de los resultados electorales. Las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos están contribuyendo a la incertidumbre a la que se enfrentan los mercados.

Durante cuatro meses, el mercado del petróleo básicamente se ha detenido, esperando noticias sobre si el coronavirus va a mejorar o empeorar, si las medidas de confinamiento del Gobierno terminarán o se volverán más estrictas y, lo que es más importante, si la economía mundial se está recuperando o no.Oil Weekly ChartOil Weekly Chart

Ahora que faltan menos de dos semanas para las elecciones del 3 de noviembre, veamos cómo reaccionarán probablemente los precios del petróleo a corto plazo ante los diferentes escenarios electorales:

1. Relección del presidente Trump

Si el presidente Trump consigue la reelección, y nos enteramos del resultado en la noche del 3 de noviembre o temprano la mañana del 4 de noviembre, se considerará una señal positiva para la economía, ya que Trump se opone a los cierres económicos y apoya una menor regulación y menos impuestos. Además ha presidido un período de crecimiento económico durante su primer mandato.

Un segundo mandato de Trump daría continuidad al estatus quo con altos niveles de producción en Estados Unidos y sanciones contra Venezuela e Irán, pero es poco probable que estas políticas impulsen el mercado inmediatamente después de las elecciones. Más bien, la noticia de una victoria de Trump indicaría al mercado que es probable que el aumento de la demanda continúe en el futuro inmediato. Los traders probablemente considerarían esta noticia una señal positiva para los precios del petróleo en las semanas posteriores a las elecciones.

2. Victoria del vicepresidente Biden

Si se declara ganador al vicepresidente Biden en la tarde del 3 de noviembre o en la madrugada del 4 de noviembre, esta claridad también se considerará un signo positivo a corto plazo para la economía. A pesar de que sabemos menos sobre lo que supondría para la economía una presidencia de Biden, su victoria pondría fin a la incertidumbre en torno a las elecciones y calmaría a los inversores y traders.

A largo plazo, una presidencia de Biden podría significar una subida de los precios del petróleo porque no tienen tan claro su apoyo a la producción nacional de petróleo y gas en Estados Unidos. También es probable que cancele las sanciones contra Venezuela e Irán que han lastrado —aunque no del todo— las exportaciones de petróleo de estos países. Sin embargo, las políticas energéticas de Biden no son lo que impulsará los contratos a corto plazo en las dos primeras semanas de noviembre. Un resultado electoral claro probablemente bastaría para tener un efecto positivo en los precios a corto plazo.

3. Un ganador poco claro

Si en la noche del 3 de noviembre y la mañana del 4 de noviembre no se anuncia un ganador claro, es posible que no sepamos quién ganará las elecciones presidenciales durante varias semanas, como sucediera en las últimas elecciones de 2000.

Este año, un número de votantes mayor de lo habitual hará uso del voto ausente y el voto por correo, que en algunos estados puede tardar días o semanas en contarse. Además, debido a lo disputado de esta campaña y a las denuncias de irregularidades que se espera se presenten, Estados Unidos se prepara para posibles batallas legales por el resultado de las elecciones. (En 2000, los múltiples recuentos en Florida y los obstáculos legales hicieron que el ganador de las elecciones no se conociera hasta finales de noviembre).

Si el resultado de las elecciones sigue sin conocerse antes de que los estadounidenses despierten el 4 de noviembre, la incertidumbre podría causar una seria volatilidad en los mercados financieros. En este caso, probablemente prevalecería el miedo a los problemas económicos.

No hay ninguna razón específica por la que la incertidumbre en torno al ganador de las elecciones provoque una caída de la demanda de petróleo parte de un breve impacto negativo en la economía general, pero la espera de un resultado tendrá un impacto negativo en los mercados financieros y de materias primas. Todos los involucrados en los mercados estarán nerviosos por un posible escenario de pesadilla. Esa posibilidad sigue siendo real.

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