El mercado espera conocer la letra chica de las medidas

Los tiempos se van acelerando y los mercados empiezan a actuar en consecuencia. La semana pasada ocurrieron tres acontecimientos de importancia para las inversiones, dos externos y uno interno: avanzó otra etapa el acuerdo comercial entre Estados Unidos y China, ganó la posición de Boris Johnson y el Brexit ocurrirá el 31 de enero, y Alberto Fernández asumió la Presidencia y desplegó una batería de medidas que levantarán mucha polvareda.

Los dos acontecimientos externos modificaron por completo la dirección internacional del dólar.

En el balance de la semana el dólar subió 0,8% en Japón contra el yen (que pierde ventaja si chinos y norteamericanos dejan de pelearse), pero el billete verde bajó contra el resto de las monedas: retrocedió 0,5% contra el euro, 0,6% contra el franco suizo, 0,7% contra el yuan, 0,8% contra el rea, 1,2% contra el chileno y nada menos que 1,5% contra la libra esterlina, que se convierte en la mejor moneda de este año. Y a nivel interno, el mercado local tuvo una evolución partida en dos. Sucedió una cosa entre el lunes y el viernes al mediodía, y algo completamente diferente en las dos horas finales de la semana financiera.

Tal como últimamente, Alberto hizo anuncios al filo del cierre del viernes, como para que el mercado sienta un impacto un par de horas, pero que se asimile sin poder hacer negocios a lo largo de todo un fin de semana en el que las medidas presentadas intentan aplacarse.

Hacia las 15 del viernes empezó a conocerse que Alberto vuelve al ruedo con exactamente la misma música que planteó Néstor Kirchner durante su gobierno de 2003-2007. Le pone freno a algunos precios, duplica el costo para poder despedir, sube impuestos y coloca un dólar turista, con un sobrecosto del 30% para los que tienen planeadas sus vacaciones en el exterior.

Con todo eso, punta contra punta, la primera semana con Alberto Fernández en el poder encontró al valor del dólar completamente bajo control. El dólar oficial subió 13 centavos, de $ 62,94 a $ 63,07, el dólar blue bajó $ 4,25, de $ 71 a $ 66,76, y el contado con liquidación bajó $ 2,59, de $ 76,66 a $ 74,07.

Pero las tasas de los plazos fijos ya se siguen enfriando: el último viernes de Macri los bancos pagaron 43% anual por plata chica y 46% anual por plata grande y el primer viernes de Fernández la cota fue 41% y 43%, respectivamente. Alentados por la expectativa de que haya una renegociación de la deuda acordada con los acreedores, a los bonos argentinos les fue muy bien en la semana.

En promedio anotaron una suba de nada menos que el 5%, logrando el mejor precio de los últimos cien días, con un salto semanal del 10% al 15% para bonos como TC21, TC20, PUM21, DIA0, A2E2 y DICP. Y la Bolsa de Buenos Aires también tuvo lo suyo. En general el clima bursátil global fue bueno por el acercamiento entre Trump y Xi Jinping (veremos si esto avanza en serio, o es más de lo mismo), pero en la semana la Bolsa de México saltó 5,5%, la de Chile mejoró 3,4%, Tokio avanzó 2,9%, Madrid, 1,9%, San Pablo 1,3% y Frankfurt 0,9%. En el fondo de la tabla quedó una Bolsa de Nueva York que ya está gastada de los “sí pero no” de Trump, por eso el Nasdaq subió 0,9% y el Dow Jones avanzó apenas 0,4%.

Y el análisis de la Bolsa de Buenos Aires merece un capítulo especial. El volumen operado subió (se duplicó desde el pozo poselectoral) pero el índice Merval medido en pesos acumuló en la semana un alza de apenas 0,6% y 0,3% si es medida en dólar oficial, pero con un salto del 7% si se mide en dólar blue. Y con algunos papeles que hicieron abrir los ojos: Bodegas Esmeralda, por ejemplo, tuvo una suba semanal del 119%, Domec subió 35%, Grimoldi 27%, Banco Francés 25% y Grupo Valores 22%, con alza del 16% para Consultatio, Irsa, Morixe y Mirgor, espectacular.

Todas estas lecturas, ciertamente positivas, se asentaron desde que Alberto Fernández asumió en el Congreso el martes, hasta el viernes a las 15. Con esa foto los principales analistas dijeron sentirse bastante bien con las medidas planteadas.

Fragmento del análisis de Luis Varela, en El Economista