El ingreso asalariado cayó entre el 2,13% y el 6,77%

El ingreso asalariado cayó  entre el 2,13% y el 6,77%

Efecto inflación. Se redujeron 2,13% en el tercer trimestre; en los estratos más bajos la caída se triplicó; desde 2017 llega a 18,7%

En un contexto de alta inflación, pero de rebote de la economía y el empleo (con cambios cualitativos), los ingresos de los asalariados siguen sufriendo como en los últimos tres años y volvieron a ser la variable de ajuste en el mercado laboral.

Según datos que se desprenden del informe de Distribución del Ingreso, que publicó el jueves pasado el Indec, los ingresos de los asalariados cayeron 2,13% en el tercer trimestre del año frente al mismo período de 2020. Sin embargo, los ingresos de los asalariados del estrato más bajo tuvieron una baja todavía más pronunciada, que llegó al 6,77%.

Entre 2017, cuando todavía gobernaba Juntos por el Cambio, y la actualidad, lo que reciben los sectores asalariados se redujo un 18,7%, según el organismo estadístico.

En los estratos más bajos la pérdida de poder adquisitivo fue mucho mayor: 23,45% en ese mismo lapso.

Sin embargo, si en vez de mirar solo a los asalariados se toma la masa total de ocupados, que incluye a los cuentapropistas, o sea, a muchos de los que recibieron ayudar gubernamental en la pandemia (que se extendió este año), los ingresos mejoraron 3,07% en el año. Se trata de un alza aún muy por debajo de lo que perdieron desde 2017 (19,7%).

Los estratos más bajos entre los ocupados mejoraron su posición 2,6%, pero en cuatro años vieron erosionarse sus ingresos un 25%.

Un dato clave, además, muestra que, en doce meses, los estratos me- dios perdieron en ambas dimensiones, tanto en la de los ocupados en general como en la de los asalariados.

Los primeros tuvieron ingresos que cayeron 0,06%; los segundos perdieron 2,75%.

Muchos especialistas en el mercado laboral y en el estudio de la pobreza estimaron durante este año que, si bien el empleo se recuperó de la mano de la actividad (gracias fundamentalmente a las flexibilizaciones de las restricciones impuestas por la pandemia), la pobreza no tuvo un marcado descenso por la erosión de los ingresos por efecto de la inflación.

Por caso, el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA indicó que en 2021 el 28,2% de la población ocupada de 18 años y más no lograba que el trabajo la sacara del flagelo de vivir bajo la línea de pobreza. Se trata del nivel más elevado desde que esa universidad comenzó la estadística diez años atrás. En 2010, en cambio, ese número era de 17,6%, lo que implica que en once años esa situación mostró un alza de más de diez puntos.

Según el análisis realizado por la UCA, entre 2019 y 2021 el poder adquisitivo de los ingresos laborales del total de los ocupados disminuyó 7,4%. «Las particularidades del proceso de crisis sanitaria y el cambio de composición del empleo llevaron a que, entre 2019 y 2021, los ingresos laborales mensuales de los ocupados del sector microinformal casi no hayan tenido variación en su capacidad de compra (+1,8%), mientras que la de los trabajadores del sector privado formal disminuyó 7,7% y la de los del sector público, 12,3%», estimó el documento coordinado por Agustín Salvia.

El informe de Distribución de la Riqueza es la contracara del dato del Mercado de Trabajo, que la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec publicó la semana pasada. En él se remarcó que la desocupación bajó en el tercer trimestre a 8,2%, pero los analistas insisten en que eso se da en un proceso de marcada precarización del mundo del trabajo. Según un análisis de la consultora Idesa, el 80% de los casi 1,8 millones de ocupados nuevos en doce meses son informales o cuentapropistas. Sin embargo, la mayoría coincide en que el ajuste en el mercado laboral se dio en los últimos años más por precio (el poder adquisitivo de los trabajadores) que por cantidad (la tasa de empleo), pese al impacto de la pandemia.

Fuente: La Nación