El Gobierno quema reservas y se endeuda para frenar la corrida

El Gobierno quema reservas y se endeuda para frenar la corrida

Pudo tranquilizar los dólares locales pero el dólar fuga pegó un salto. La desconfianza crece, los bonos vuelven a caer y elriesgo país se acerca otra vez a 2.000 puntos. La Bolsa porteña sobrevive.

Por Luis Varela

Los mercados internacionales y especialmente el mercado argentino sufrieron la semana pasada un temblor, con altísima volatilidad y muchas sorpresas que dejaron a más de un especialista perplejo, con la boca abierta. Y ahora se abre la segunda parte de febrero, que tiene de arranque, varias vallas por saltar, las más comprometidas para el mercado local:

1 La primera ya se inició ayer

Con las primarias para elegir en Juntos por el Cambio a los candidatos a gobernador y demás cargos provinciales en La Pampa para los comicios del 14 de mayo, dentro de 90 días. Durante el año habrá una sucesión de test electorales que irán separados de la elección de las autoridades nacionales. Eso, sin duda, comenzará a ir mostrando lo que puede pasar dentro de apenas 27 semanas, en las PASO nacionales del 13 de agosto. Ese día habrá un antes y un después para las inversiones argentinas.

2 La segunda valla por saltar llega el martes con dos semáforos.

El Indec dará a conocer el IPC de enero luego de que la Ciudad marcara un 7,3%, con la mayoría de las consultoras estimando un número cercano al 6% mensual (la diferencia es porque en CABA hay muchos más restaurantes y hoteles que en todo el interior, y en ese rubro los precios de la Capital volaron.

Y el segundo semáforo, probablemente más encendido que el local será la difusión del IPC de EE.UU.: tocó en junio un 9,1% anual, la variación más alta en cuarenta años, y desde ahí viene descendiendo, tanto que en diciembre fue del 6,5%. Hay inquietud porque el viernes anterior se dio a conocer que el empleo crece de manera vigorosa y eso es un síntoma de que los precios seguirán volando alto durante más tiempo.

Por eso en los últimos diez días los especialistas elevaron su previsión sobre la tasa pico que colocará la Fed para la tasa corta; hasta fines de enero esperaban que Jerome Powell detuviera la suba en el 5% anual (ahora está en 4,75%), pero por los últimos datos primero comenzaron a estimar que puede ir al 5,5% y los estudiosos más agudos incluso hablan del 6%, una renta que aniquilará todo a su paso.

3 El tercer desafío por saltar llegará el miércoles

Con una nueva licitación de deuda en pesos que debe enfrentar Sergio Massa. No habrá problemas para superar el escollo, ya que este mes quedaron vencimientos por algo más de medio billón de pesos y el ministro los cubre con trampa. El BCRA emite pesos crocantes, recién impresos, sin fin, compra bonos en pesos en el mercado secundario a organismos oficiales, que con esos pesos le darán a Massa lo que pida. Con un pequeño problema: ni siquiera los amigos del Gobierno comen vidrio, ya que le prestan con tasas de interés cada vez más alta y con plazos cada vez más cortos. Todos están preparados para bajarse del tren antes de las PASO. Febrero y marzo vienen con vencimientos manejables, pero entre abril y septiembre hay vencimientos por $14 billones.

Evidentemente, este modelo de economía cerrada está provocando un oleaje de falta de confianza en la población. Y, mientras el Presidente repite que “somos el país del mundo que más crece después de China”, el nivel de actividad económica registrado por el Indec está barranca abajo desde agosto.

Hay menos negocios, la recaudación está empezando a reflejarlo y el titular de la Afip, Carlos Castagneto, acaba de anunciar que crearán un adelanto del 3% en el IVA, una nueva percepción obligatoria para el comercio entre empresas (cuando no se sabe si venderán mucho, poquito o nada).

Volatilidad en los mercados

Anticipándose a estas vallas por saltar, los precios de los mercados estuvieron sumergidos la semana pasada en volatilidad pura. ¿Por qué ocurre esto? Simple: un dato que no le guste al mercado, o alguno que le guste mucho, pueden disparar los valores hacia arriba o hundir todo todavía más. Con esta coyuntura, el contexto internacional se puso otra vez con viento de frente para Argentina. EE.UU. tiene empleo muy robusto, la expectativa de suba de tasas de la Fed se sostiene y eso hace que haya dólar global recuperando por tasas largas más altas. El viernes se pagó 4,9% anual a 1 año, 3,9% a 5 años, 3,7% a 10 años y 3,8% a 30 años.

Con esa renta corta con pago asegurado, el dólar volvió a subir la semana pasada contra casi todas las monedas del mundo. Aumentó 1,9% en Brasil, 1,1% contra el euro, 0,5% contra el yuan, 0,3% en Chile, 0,2% en Japón, no cambió contra la libra (el primer ministro inglés Rishi Sunak estrangula a la población con impuestos) y cedió 0,2% contra el franco suizo (con un gigantesco fondo árabe poniendo millones para salvar de la quiebra al Credit Suisse).

Datos de Estados Unidos

Este dólar más fuerte y la expectativa de una tasa corta de la Fed en la zona del 6% (algo que dependerá de la inflación y del empleo en EE.UU.) terminaron afectando a las acciones y a los bonos internacionales y sobre todo los de países emergentes, y entre ellos los argentinos, que ya son como cuasibonos, porque tienen valor de default, así como tenemos una cuasimoneda. Para peor, la Bolsa de Rosario dio expectativa de cosecha de maíz y soja aún más abajo. Esto significa que al menos en las próximas diez semanas no habrá dólares. Por lo que al Gobierno solo le queda la emisión, mientras los inversores privados se escapan por donde pueden.

En términos concretos, para parar una corrida cambiaria que está lanzada, Massa agiganta la hipoteca: vende reservas sin parar y negocia créditos internacionales en moneda dura con altas tasas de interés que deberá enfrentar el Gobierno que viene. El BCRA en términos brutos está por perforar el piso de US$ 40.000 millones (la mitad está integrado por el swap con China) y en términos líquidos Reconquista 266 está otra vez cerca de mínimos. Cada dólar que se quema para frenar la corrida es tragado por inversores y ahorristas, y nada de lo que compran se queda en los bancos: las divisas van a cajas de seguridad, al colchón o directamente en fuga hacia el exterior, sin importar el precio que deba pagarse.

El dólar en Argentina

Así, con sus habituales conejos “cada vez más marroncitos, parecen liebres” (sentenció la economista Marina Dal Poggetto), con aguda intervención con bonos, Massa logró apagar la suba de los dólares internos, pero el dólar fuga sigue escalando, hasta zonas históricas récord. En el balance de la semana pasada, el contado con liquidación subió 2,3%, el dólar oficial sigue siendo usado como ancla ya que subió 1,1% (cuando la inflación viaja más rápido), mientras que el blue cedió 0,5% y el MEP achicó 0,9%. Y esta ancla para los dólares oficiales son pan para hoy y hambre para mañana: por alta inflación en dólares, la ocupación en la costa atlántica bajó y cada vez más argentinos están yendo a veranear a Brasil, porque los precios ya no tienen diferencia.

El blue

Sin duda, como el dólar blue es el termómetro de la gente de a pie, sacarlo de la tapa de los diarios es para Massa un gran éxito de corto plazo. Pero la entrega de reservas, el uso de los bonos y una deuda que crece sin parar son a costa de una bomba de hidrógeno para el próximo Gobierno, si es que la explosión no le estalla a él mismo, pronto. De hecho, como las reservas líquidas del BCRA se achican, el equipo económico acaba de recibir un tirón de orejas de la auditoría presencial que envió el FMI.

Y la situación pone en duda incluso el pago de los US$ 1.150 millones que debe enfrentar el Gobierno el próximo 9 de julio por los cupones de los bonos que canjeó Guzmán en agosto de 2020. Por eso, luego de una gran suba, mientras los plazos fijos en pesos también se congelaron la semana pasada los bonos argentinos se desplomaron 6,2%: la semana pasada el riesgo país subió 167 unidades, hasta 1.962 puntos básicos, el nivel más alto en un mes, y los operadores afirman que esta misma semana puede superar los 2.000 puntos.

Las bolsas para abajo

Mientras eso pasa con las monedas y los bonos, los precios de las acciones de casi todas las bolsas del mundo pasaron un mal rato. Hay compañías con nombres cada vez más grandes que buscan refugiarse en el “artículo 11” para negociar sus posibles quiebras, y ver si evitan la bancarrota, y los inversores abandonan el riesgo y van a lo seguro. Así, la semana pasada la Bolsa de México cayó 2,9%, el Nasdaq de New York perdió 2,4%, Madrid achicó 1,2%, Frankfurt perdió 1,1%, San Pablo bajó 0,4% y el Dow Industrial de NY declinó 0,2% (solo se salvaron Chile y Tokio, con subas del 1,5% y 0,6%, respectivamente).

La gran sorpresa de todo este movimiento volvió a ser entregada por las acciones argentinas. La Bolsa de Buenos Aires subió en la semana 4,8% en pesos o 4,3% en dólares. Hasta ahora, 18 empresas de las 66 cotizantes presentaron sus números en detalle de los balances trimestrales y anuales completos con cierre a 2022.

Y hubo algunas apuestas renovadas porque después de un tercer trimestre durísimo, los números de octubre-diciembre fueron un poco menos malos. Pero para que se entiendan las diferencias, por lo presentado hasta ahora, medido en dólares blue, en el cuarto trimestre de 2021 estas empresas que ya cumplieron con sus estados contables habían ganado en promedio US$ 17,7 millones, contra apenas US$ 8,4 millones del cuarto trimestre de 2022, lo que significa un derrumbe del 52,6% en sus utilidades.

La emisión

Pero por la máquina de emisión sin fin que funcionó hasta agosto, en los balances anuales da que las compañías anualmente ganaron más dinero: en los 18 casos presentados, en 2021 habían ganado en promedio US$ 20,5 millones por empresa y en 2022 la utilidad fue de US$ 41,2 millones. Luego, en la parte final del año, con la corrida del dólar, todas esas ganancias se esfumaron.

Debajo de todo este escenario, el principio de recesión global y la estanflación argentina, más la sequía, están afectando el precio de los commodities. En lo que va de febrero el sorgo en Rosario sube 13,9%, el maíz trepa 6,2%, el trigo de ese mismo mercado aumenta 1,8%, el petróleo avanza 1% y la soja Chicago sube 0,4%. Todo lo demás cae: el oro pierde 3,4%, el cobre 4,4%, el Bitcoin 6,2%, el aluminio 7,1%, la onza de plata 7,2%, la soja Rosario 8,2%, el níquel 8,9% y el girasol Rosario se desploma 9,3%.

No vienen tiempos fáciles: las vallas electorales, la presión sobre los precios y los roleos de deuda en pesos harán que los números macro de Argentina puedan mostrar una radiografía más oscura. Frente a eso los expertos en inversiones advierten: hay que estar colocados en posiciones cada vez más cortas, que no estén atadas, para tener todo listo para desensillar del potro si la realidad argentina vuelve a mostrar temblores que todos tenemos bien guardados en la memoria.

Fuente: El Economista