El Gobierno proyecta un crecimiento del 4% para 2022

El Gobierno proyecta un crecimiento del 4% para 2022

El Gobierno espera un alza de 4% en 2022, el FMI y los analistas de la city uno de 2,5%. Así, en el peor de los casos el oficialismo entrará al último año de gestión con un alza acumulado de 1,4% desde que asumió a fines de 2019. Es decir, una caída de 1,5% del PBI per cápita. En cambio, si se cumple la proyección oficial, ese indicador clave entrará al 2023 con un virtual empate respecto a lo que recibió.

La clave que determinará el nivel del repunte de la actividad, tanto en términos absolutos como per cápita, será lo que ocurra con el dólar lo que, a la vez, estará sujeto al destino de las negociaciones con el FMI. En eso también hay cierto consenso aunque algunos analistas señalan que, como contrapartida, un mal acuerdo con el Fondo puede golpear por el ajuste fiscal que se intentará imponer. Además de no traccionar al PBI por el lado del gasto público, un incremento de tarifas podría golpear a la inflación y, de esa forma, erosionar un poco más al salario y al consumo.

Crecimiento de las importaciones

Un dato histórico para la economía local es que, cada punto de crecimiento genera un incremento de las importaciones, tanto porque la suba del ingreso genera más demanda de consumo como, principalmente, porque implica una mayor demanda de compras de insumos y maquinarias para seguir produciendo a los nuevos niveles a los que la suba de la actividad lleva. Cuando suben las importaciones, las reservas empiezan a escasear y la economía se empieza a quedar sin ese lubricante para crecer: los dólares con los que se hacen las importaciones. Tanto por quedarse sin divisas para comprar insumos, como por empezar a retacearlas para no quedarse sin reservas, la famosa restricción externa obtura al crecimiento.

En el cierre del 2021 se viene observando algo de esa dicotomía. En agosto y septiembre la economía sorprendió por la velocidad del rebote de la actividad, con alzas mensuales de 1,4% y 0,9%. El costo: los pagos de importaciones volaron y el superávit comercial pasó de un promedio de USD1.720 millones mensuales a uno de USD462 millones en ese bimestre. No alcanzó para que hubiera superávit externo y la cuenta corriente cayó por primera vez en el año a ser deficitaria.

En octubre, el BCRA tomó cartas en el asunto y restringió los pagos de compras externas.

Tuvo éxito y el superávit comercial volvió a USD1.375 millones. Pero la sábana fue corta y el PBI cayó 0,8%. En noviembre hubo vuelta atrás y se espera una nueva recuperación de la actividad. Pero eso sí: hubo déficit comercial por primera vez desde mayo del 2018 y nuevamente un balance externo con rojo de cuenta corriente.

Crecer duele. Para poder incrementar la actividad, serán necesarios dólares. El director del CESO, Nicolás Pertierra, lo resumió con un cálculo que estimó que cada punto de crecimiento implicará utilizar USD2.000 millones. Es decir que para crecer serán necesarios USD8.000 millones. Casi todos los USD9.000 millones que entrarían por financiamiento de organismos internacionales según la expectativa oficial. En ese caso, serán pocas las divisas que quedarán para pagar deudas privadas, para sostener la fuga, el turismo (ambos batieron en noviembre sus récords para lo que va de pandemia) y la intervención en la brecha. “En 2022 el límite al crecimiento lo pondrá la disponibilidad de dólares y para crecer por arriba del 2,5% hará falta que entrén inversiones extranjeras o nuevo financiamiento”, señaló.
Fuente: BAE