El Gobierno dice que ya negoció con los productores no hay marcha atrás

El Gobierno dice que ya negoció con los productores no hay marcha atrás

“Ellos quieren ganar siempre”, replicaron en la Rosada. Fernández enfrentará su primer conflicto sectorial.

La novedad cayó mal, de sorpresa y mal. El paro de comercialización por 4 días que convocó la Mesa de Enlace desacomodó al Gobierno que, hasta ayer al mediodía, no contemplaba el escenario de protesta que se anunció horas después.
Alberto Fernández se enteró camino a Olivos. Había participado de una misa privada, íntima, por el fallecido ex procurador Esteban Righi, y cuando viajaba a la quinta presidencial se enteró de la medida de fuerza.
De ese modo, a 85 días de asumir, Fernández se topa con el primer conflicto sectorial. En Casa Rosada interpretaron que “el impacto comercial de la medida no es importante” pero pusieron el foco en el peso político y simbólico del paro.

A media tarde, el ministro de Agricultura Luis Basterra le anticipó a Santiago Cafiero, el jefe de Gabinete la medida que se venía. Cafiero se lo transmitió al Presidente. La indicación fue puntual: no hay marcha atrás ni se reabrirán las conversaciones.

Un funcionario, usó un tono más aguerrido. “Ya negociamos. Pero ellos quieren ganar siempre”.

Sobre la posibilidad de volver a discutir el esquema de retenciones, la respuesta fue igual de firme: “Ya fue discutido. Escuchamos sus preocupaciones y cumplimos con la ley. Los que no quieren cumplirla son ellos”.

Ese es un eje argumental: la suba está contemplada en la ley de Emergencia – llamada de Solidaridad y Reactivación Productiva- votada por el Congreso, casi con unanimidad, en diciembre pasado.

La norma fija un techo de 33% para las retenciones. El proyecto original, redactado por Cafiero y Basterra, sugería 35 puntos pero Fernández ordenó bajarlo a 33. Por eso, en el albertismo hablan de que cumplen la ley.

En la cima del gobierno se combinaron la sorpresa con el malestar. “En las conversaciones que tuvimos nunca hubo clima de que se pueda tomar una medida asì”, confió.

“El aumento a la soja se sabía desde la campaña y en diciembre hasta se votó una ley” argumentaron en Gobierno y lo interpretaron como un conflicto interno del a Mesa de Enlace. “Federación Agraria y Coninagro representan a productores chicos y la mayoría no hace soja ¿por qué se suben a esa medida?”, analizó un funcionario, molesto.

Late, en paralelo, otro concepto político: en el Frente de Todos (FdT) se muestran seguros de que detrás de la protesta hay sectores políticos ligados al macrismo.

Sobre la mesa ponen un argumento técnico. La suba a 33% solo afecta a la soja, uno de los 25 renglones del complejo agroexportador, mientras que hubo dos medidas de compensación: baja para productores y economías regionales y segmentación entre los sojeros.

El 33% de retenciones solo aplicará para los que produzcan más de 1000 toneladas, seguirán en 30% para los que produzcan entre 501 y 1000, y habrá compensaciones para los que produzcan menos de 500.

En tanto, baja para actividades como el arroz, la pesca y la fruta. “La plata que se recauda por subir a 33 se queda en el campo, porque ayuda a otros sectores”, puntualizó un funcionario. “En lo fiscal el aumento es neutro: la suba no suma un solo peso para el Estado porque lo que ingrese por esos 3 puntos extra, irá a otros productores”, agregó.

La segmentación remite al 2008, la disputa con las entidades rurales por las retenciones durante el gobierno de Cristina Kirchner. En la Rosada dicen que “no van a cometer los errores” del pasado y por eso fijaron un esquema de segmentación, algo que no se hizo entonces. Anoche, en Olivos, Fernández siguió las repercusiones con sus funcionarios de mayor confianza.

Fuente: Clarín