El FMI eleva previsión de crecimiento para 2023 por la reapertura de China y la fortaleza de EEUU y Europa

El FMI eleva previsión de crecimiento para 2023 por la reapertura de China y la fortaleza de EEUU y Europa

El Fondo Monetario Internacional elevó ligeramente el martes sus perspectivas de crecimiento mundial para 2023 debido a una demanda «sorprendentemente resistente» en Estados Unidos y Europa, a la relajación de los costes energéticos y a la reapertura de la economía china después de que Pekín abandonara sus estrictas restricciones por COVID-19.

El FMI señaló que el crecimiento mundial seguiría cayendo al 2,9% en 2023 desde el 3,4% de 2022, pero sus últimas previsiones de Perspectivas de la Economía Mundial suponen una mejora respecto a la predicción de octubre de un crecimiento del 2,7% este año, con advertencias de que el mundo podría entrar fácilmente en recesión.

Para 2024, el FMI dijo que el crecimiento mundial se aceleraría ligeramente al 3,1%, pero esto es una décima de punto porcentual por debajo de la previsión de octubre, ya que el impacto total de las subidas más pronunciadas de los tipos de interés de los bancos centrales frena la demanda.

El economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, dijo que los riesgos de recesión habían disminuido y que los bancos centrales están haciendo progresos en el control de la inflación, pero que había que seguir trabajando para frenar los precios y que podrían producirse nuevas perturbaciones por una nueva escalada de la guerra en Ucrania y la batalla de China contra el COVID-19.

«Tenemos que estar preparados para esperar lo inesperado, pero bien podría representar un punto de inflexión, con el crecimiento tocando fondo y luego una disminución de la inflación», dijo Gourinchas a los periodistas sobre las perspectivas para 2023.

Fuerte demanda

En la zona euro se han registrado avances similares, con una previsión de crecimiento para 2023 del 0,7%, frente al 0,5% de las perspectivas de octubre, tras un crecimiento del 3,5% en 2022. El FMI afirmó que Europa se había adaptado al encarecimiento de la energía más rápidamente de lo previsto, y que la bajada de los precios energéticos había ayudado a la región.

El Reino Unido fue la única economía avanzada importante que el FMI predijo que entraría en recesión este año, con una caída del 0,6% del PIB, en un momento en que los hogares sufren el aumento de los costes de vida, incluidos los de la energía y las hipotecas.

China se reanima

El FMI revisó al alza las perspectivas de crecimiento de China para 2023, al 5,2% desde el 4,4% de las previsiones de octubre, después de que las medidas de confinamiento ligadas a la estrategia ‘cero-COVID’ en 2022 redujeran drásticamente la tasa de crecimiento de China al 3,0%, un ritmo inferior a la media mundial por primera vez en más de 40 años. Sin embargo, el impulso de la movilidad renovada de los chinos será efímero.

El Fondo añadió que el crecimiento de China «caerá al 4,5% en 2024 antes de establecerse por debajo del 4% a medio plazo, en un escenario de menor dinamismo empresarial y avance lento de las reformas estructurales».

Al mismo tiempo, las perspectivas de la India siguen siendo sólidas, con previsiones sin cambios de una caída del crecimiento en 2023 al 6,1%, pero un repunte al 6,8% en 2024, igualando sus resultados de 2022.

Gourinchas afirmó que, juntas, las dos potencias asiáticas aportarán más del 50% del crecimiento mundial en 2023.

Reconoció que la reapertura de China ejercerá cierta presión al alza sobre los precios de las materias primas, pero señaló: «en conjunto, creo que vemos la reapertura de China como un beneficio para la economía mundial», ya que ayudará a aliviar los cuellos de botella en la producción que han empeorado la inflación y al crear más demanda por parte de los hogares chinos.

Incluso con la reapertura de China, el FMI predice que los precios del petróleo caerán tanto en 2023 como en 2024 debido a un menor crecimiento mundial en comparación con 2022.

Riesgos el alza a la baja

Según el FMI, las perspectivas presentan riesgos tanto al alza como a la baja, ya que la acumulación de ahorros crea la posibilidad de un crecimiento sostenido de la demanda, especialmente del turismo, y la relajación de las presiones del mercado laboral en algunas economías avanzadas ayuda a enfriar la inflación, reduciendo la necesidad de subidas agresivas de tipos.

No obstante, enumeró más riesgos a la baja y de mayor envergadura, incluidos brotes más generalizados de COVID-19 en China y un empeoramiento de la agitación inmobiliaria del país.

Una escalada de la guerra en Ucrania podría disparar aún más los precios de la energía y los alimentos, al igual que un invierno frío el próximo año, ya que Europa se esfuerza por rellenar el almacenamiento de gas y compite con China por el suministro de gas natural licuado, dijo el Fondo.

Inflación

Aunque la inflación general ha bajado en muchos países, una relajación prematura de las condiciones financieras deja a los mercados vulnerables a repuntes repentinos si no bajan las lecturas de la inflación subyacente.

Gourinchas dijo que la inflación subyacente puede haber tocado techo en algunos países como Estados Unidos, pero los bancos centrales deben permanecer vigilantes y estar más seguros de que la inflación sigue una senda descendente, sobre todo en países donde los tipos de interés reales siguen siendo bajos, como en Europa.

«Así que solo decimos, miren, lleven la política monetaria ligeramente por encima de neutral como mínimo y manténganla ahí. Y entonces evaluaremos qué ocurre con la dinámica de los precios y cómo responde la economía, y habrá tiempo suficiente para ajustar el rumbo, de modo que evitemos un endurecimiento excesivo», dijo Gourinchas.

Fuente: Reuters