Ramallo: El coronavirus aplacó al dólar blue pero le dio nuevos bríos a otras opciones

Ramallo: El coronavirus aplacó al dólar blue pero le dio nuevos bríos a otras opciones

Por Rubén Ramallo

Con la puesta en vigencia del DNU que dispuso el aislamiento social preventivo y obligatorio hasta el próximo 31 de marzo el mercado el cambiario ingresó en una etapa pocas veces vista en el pasado.  

A diferencia de otros momentos en los que ante la gravedad de cada  situación en particular los gobiernos de turno decidían establecer feriados bancarios y cambiarios, en esta oportunidad la actividad continuará desarrollándose, aunque obviamente en forma muy acotada.

En tal sentido, la gran diferencia con el pasado es que hoy se cuenta con los canales electrónicos de los bancos, por lo que se puede realizar un gran número de operaciones, entre ellas comprar y vender dólares, con las restricciones propias del cepo, es decir hasta u$s200 por persona y por mes.

En este contexto, seguramente la opción que convocará la mayor cantidad de operaciones será el denominado dólar MEP, por lo que es previsible que su precio tienda a subir.

En este mercado el precio se fija a través de la cotización de ciertos bonos, que también están operando vía electrónica. Para poder hacerlo es necesario contar una cuenta abierta en alguna de las compañías que ofrecen el servicio.

Claro está que como en este caso todo es virtual, debe tenerse en cuenta que los montos involucrados deberán ajustarse a los límites que impone el BCRA para hacer transferencias online. Pero también existe una restricción aún mayor, ya que quien necesite cash dependerá de los máximos de extracción a través de los cajeros automáticos que fije cada banco.  

Para el mercado informal o del blue, el escenario es mucho más complejo, ya que la suma de todas las restricciones y las perspectivas de un largo paréntesis en el nivel de actividad prácticamente lo han paralizado.

De hecho, las primeras horas de la cuarentena muestran que los bosques llenos de arbolitos a lo largo de muchas calles del microcentro porteño y en otros centros comerciales se han convertido en verdaderos desiertos.  

Es que a la fuerte restricción vigente para la circulación de personas se suma el escaso efectivo en mano, por lo que todo hace presumir que el volumen negociado a diario se reducirá a la mínima expresión,  por lo que se perderá referencia de su precio, aunque tiene más chances de caer que de subir, como se observó en la rueda previa a los anuncios.