El campo -segmentado- empezó el paro y se prepara para un conflicto con el Gobierno

El campo -segmentado- empezó el paro y se prepara para un conflicto con el Gobierno

El campo comenzó a las cero de hoy el primer cese de comercialización de granos y hacienda contra la suba de las retenciones a la soja del 30% al 33% dispuesta por el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner . El paro se extenderá hasta el jueves y, si bien en el sector no tienen previsto continuarlo más allá de ese día, se preparan para un conflicto largo con el Gobierno si no se reduce la presión impositiva.

En rigor, en la dirigencia del sector no descartan nuevos ceses de comercialización e intensificar la visibilidad del conflicto con tractorazos y asambleas. En el medio, pese a que el presidente Alberto Fernández cortó la negociación con el ruralismo , en las entidades algunos sostienen que habría que volver a pedirle una audiencia al jefe del Estado.

Control de cargas en el cruce de Altos Fierro, ruta 36 (autopista Cordoba – Rio Cuarto), durante el paro del campo Control de cargas en el cruce de Altos Fierro, ruta 36 (autopista Cordoba – Rio Cuarto), durante el paro del campo Crédito: Diego Lima

Convocado por Confederaciones Rurales Argentinas ( CRA ), la Sociedad Rural Argentina ( SRA ) y Coninagro -mientras que la Federación Agraria , tensionada por una dura interna, dio libertad de acción a sus bases-, el paro sobrevino como una forma de dar curso a una presión de los productores para que se llamara a una protesta.

Los máximos dirigentes de esas entidades querían tratar de evitar el paro, pero se vieron desbordados por las bases. Además, aunque los dirigentes ya habían advertido al Gobierno que una suba de retenciones iba caer mal entre los productores, después de que se aumentaran en diciembre pasado de 24,7 a 30% las retenciones a la soja (además del 6,7 al 12% en trigo y en maíz, entre otros productos), Fernández ratificó la mayor carga tributaria y eso molestó más a los productores.

Donde más se sintió la presión por un paro fue en CRA, con pedidos de entidades confederadas como Carbap (Buenos Aires y La Pampa). Definido el cese de comercialización desde CRA, luego se sumó la SRA, donde primero había dudas. En un momento, en el ruralismo se pensaba que solo CRA y la SRA iban a protestar, pero luego se sumó Coninagro.

De acuerdo con fuentes consultadas, fue clave el rol de Carlos Iannizzotto, titular de esa organización, para facilitar definiciones sobre un paro en conjunto. De los dirigentes de la Mesa de Enlace, Iannizzotto fue el que más diálogo entabló con diversos funcionarios del Gobierno en el último tiempo. Y fue el que remarcó en varias oportunidades que no se afectará la paz social.

En tanto, la FAA dio libertad de acción a sus bases luego de que algunas de ellas, que tienen simpatía con el Gobierno, anunciaran que no se adherían a la protesta. Lejos de interpretar esta decisión de la FAA como una ruptura, en la Mesa de Enlace hicieron una lectura positiva en favor de la unidad y continuidad de la Mesa de Enlace. «Seguimos luchando todos juntos, eso es lo importante», dijeron en la Mesa de Enlace.

El Gobierno ofreció una compensación para 42.000 productores de soja que representan el 74% de los productores, pero el 23% de la cosecha. Esa segmentación sonó como música para un planteo histórico de la FAA por la aplicación de políticas diferenciadas para los pequeños productores. Sin embargo, cuando anunció la libertad de acción para sus bases, la FAA expresó que esa compensación «no representa el espíritu de frenar el desarraigo y que más productores queden fuera del sistema productivo».

Trascendió que dirigentes que en los últimos días hablaron con el ministro de Agricultura, Luis Basterra, percibieron el enojo del Gobierno por el paro. Le dijeron al funcionario que cayó mal la suba de las retenciones a la soja, cultivo que, le indicaron, significa el 70% de la facturación de los productores.

Las entidades convocantes al paro dijeron que la medida de fuerza no ocasionará subas de precios ni desabastecimiento . Los dirigentes quieren cuidar su imagen ante la sociedad, pero consideran que si no protestan después el Gobierno podría avanzar con alguna otra medida.

LA NACIÓN