El bitcoin en caída libre

El valor del bitcoin viene en caída libre. Tras superar los US$19.000 a mediados de diciembre, la más popular de las criptomonedas cerró anoche en US$6.940, con una caída acumulada de más del 17% en las últimas 24 horas. El desplome se produce en sintonía con la decisión de 4 grupos financieros (el británico Lloyds Banking Group y los estadounidenses JP Morgan Chase, Bank of America y Citi) que le impiden a sus clientes usar tarjetas de crédito para comprar esa clase de activos digitales. No es lo único: el viernes pasado, Corea del Sur prohibió el anonimato en las transacciones con bitcoins por sospechas de lavado y otras actividades ilegales.
El futuro del bitcoin, así, es incierto, tanto o más que su cotización. Desde su origen a la fecha, su valor sufrió muy bruscas subas y bajas sin motivos aparentes. Ya son varios los países que limitaron, regularon o directamente prohibieron su “libre” circulación, entre ellos Bangladesh, Bolivia, Ecuador, Islandia, India, Rusia, Tailandia y Vietnam. El último en engrosar esa lista fue Corea. No es lo único: analistas financieros, inversores y expertos advirtieron que el bitcoin no tiene fundamentos lógicos. Recientemente, Nouriel Roubini, uno de los que anticipó la última crisis financiera, cree que las criptodivisas “son como la típica burbuja financiera” y que “hasta ahora, el único uso real ha sido facilitar las actividades ilegales como el tráfico de drogas, la evasión fiscal, la elusión de contro- les de capital o el lavado de dinero”, escribió en un artículo publicado en Project Syndicate.
Lanzada en 2009, el bitcoin se postuló como una alternativa del dinero tradicional. En rigor, son bloques de códigos binarios encriptados (blockchains) generados por programadores a través de una red, y que se compran y se venden en Internet. Se trata, dicen sus impulsores, de una “tecnología libre de regulaciones de los bancos centrales y los gobiernos, cuyo valor es definido únicamente por la oferta y la demanda.
Con fe religiosa, sus defensores dicen que el bitcoin es la dinero del futuro, que le da poder a los usuarios y que emerge en paralelo con negocios disruptivos del tipo Uber y Airbnb. “Bitcoin es absolutamente emocionante”, ironizó el célebre economista de la Universidad de Yale Robert Shiller: “Eres rápido. Eres inteligente. Has descubierto lo que nadie más comprende. Estás con eso. Y tiene este sentimiento antigubernamental y antirreglamentario. Es una historia maravillosa, si fuese verdad”, dijo.
Más duro y concreto fue el Nobel de Economía Joseph Stiglitz al pedir directamente su prohibición.
“¿Por qué la gente quiere bitcoins? ¿Por qué la gente quiere una moneda alternativa? La verdadera razón es para participar en actividades viles: lavado de dinero, evasión fiscal”, sostuvo.
FUENTE: Clarín