El auge del dólar perjudica a la industria de EE.UU.

El auge del dólar perjudica a la industria de EE.UU.

Malos presagios para la economía de Estados Unidos. La industria manufacturera se está debilitando, debido a una menor demanda del exterior. El principal responsable es el billete verde: la escalada del dólar en los mercados está empezando a pasar factura y encarece las exportaciones.

Según las estadísticas, el índice manufacturero PMI elaborado por la consultora IHS Markit en agosto se situó en 50,3, el nivel más bajo desde septiembre del 2009 (es decir, el punto álgido de la Gran Recesión) debido al colapso de los pedidos para las exportaciones, que también cayeron al nivel más bajo de la década. Asimismo, otro indicador de la actividad industrial difundido ayer, el ISM, descendió al mínimo en tres años e indicó una contracción por primera vez en 35 meses.

Aunque no hay que ignorar el trasfondo de la guerra comercial global, que perjudica los intercambios (no sólo los que tienen lugar entre China y Estados Unidos), estos síntomas de debilidad de la economía estadounidense tienen su origen en gran parte en el mercado cambiario.

El euro se ha depreciado más de un 4% frente al dólar en lo que va de año y ya se cambia a menos de 1,10 dólares –ayer llegó a bajar hasta los 1,094–, algo que no ocurría desde la primavera del 2017. Lo mismo ocurre con el resto de las divisas. El yuan chino, coincidiendo con la escalada de las tensiones comerciales en las últimas semanas, ha caído hasta los 7,17 yuanes por dólar, su cambio más bajo en 11 años. En estas condiciones, es cada vez más caro para las firmas estadounidenses vender sus bienes en el extranjero.

“Los datos de agosto reflejan un verano tórrido para la industria manufacturera de Estados Unidos”, admitió el economista jefe de IHS Markit, Chris Williamson. “La clave es el deterioro de las exportaciones. Los niveles actuales indican que la producción está cayendo a un ritmo anualizado del 3%”, agregó.

Aunque este sector tan sólo representa el 11% de la economía estadounidense, esta situación no le gusta al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que en repetidas ocasiones se ha quejado del ascenso del dólar y por ello ha exigido al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, que baje los tipos de interés, como medida de estímulo a la economía y para que contribuya a frenar la revalorización del billete verde en los mercados.

Justo cuando está empezando la campaña para la reelección, el inquilino de la Casa Blanca no quiere correr riesgos: una recesión industrial y posibles despidos pueden incidir en su base electoral y abrir el melón de una crisis mayor. De hecho, en la actualidad las contrataciones de nuevo personal en la industria están totalmente estancadas.

Jerome Powell tiene previsto celebrar el comité abierto de la Fed los próximos 17 y 18 de septiembre. La presión a su alrededor aumenta, porque para aquel entonces el Banco Central Europeo (que se reunirá cinco días antes) podría haber anunciado alguna medida expansiva para la economía europea (tal vez un nuevo programa de compra de deuda). De ser así, el euro podría devaluarse todavía más respecto al dólar, con lo que el problema para la economía norteamericana se agravaría.

Los analistas de Rabobank sostienen que Trump y Powell están llevando a cabo el llamado juego de la gallina. La Casa Blanca acentúa su guerra arancelaria para presionar a la Reserva Federal a que rebaje los tipos de interés. Y, a su vez, la resistencia de la Fed a tocar el precio del dinero impulsa a Trump a subir los aranceles. Powell ya rebajó los tipos de interés un 0,25% el pasado mes de julio por primera vez desde el 2008 al alegar las tensiones comerciales. Pero como en estos niveles el diferencial respecto a la zona euro o Japón sigue siendo favorable a Estados Unidos, los capitales continúan viajando hacia el área dólar atraídos por una mayor rentabilidad, encareciendo su divisa.

El PIB de EE.UU. creció un 2% (anualizado) entre abril y junio, un porcentaje inferior al del trimestre anterior, cuando superó el 3%. ¿Quién ganará el juego de la gallina?

Los pedidos de bienes del exterior se debilitan ante la guerra comercial y la fortaleza del billete verde