Duda el mercado del cumplimiento de metas con el FMI

Duda el mercado del cumplimiento de metas con el FMI

Desconfianza. Hay escepticismo por el alza del gasto por la inflación y los precios de la energía

Una inflación superior a la esperada; el alza de los precios internacionales de la energía y su impacto en las cuentas fiscales, y el valor del dólar y las tensiones que esto genera dentro del Gobierno acrecentaron la desconfianza que analistas privados ya tenían sobre el cumplimiento de las metas acordadas entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En su último viaje a Washington para las reuniones del Fondo y el G-20, el ministro de Economía, Martín Guzmán, había ratificado el cumplimiento de los objetivos fiscales, monetarios y de acumulación de reservas internacionales. El Palacio de Hacienda aseguró que, aun con fórceps, cumplió con las metas establecidas en el primer trimestre. Sin embargo, en un escenario interno y externo adverso, los economistas consultados por la nacion creen que al equipo económico le será muy difícil poder cumplir con los próximos compromisos.
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El ministro de Economía, Martín Guzmán, menciona el programa acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) como la principal ancla para reducir la inflación. Pero las metas que se fijaron hace menos de tres meses con el organismo ya comienzan a estar en duda entre los analistas privados.

El año pasado, el Gobierno eligió las tarifas de energía y el tipo de cambio como sus dos anclas para intentar contener la inflación, aunque sin éxito, ya que el IPC pasó de 36% en 2020 a 51% un año después. Esas dos variables comenzaron a moverse más rápido este año, con el objetivo de cumplir dos de las tres metas con el FMI: reducir el déficit fiscal y acumular reservas.

Medidas insuficientes

Pero, para los economistas, las medidas de Economía quedarán a mitad de camino de lograr ambos objetivos, sobre todo en el contexto de la guerra que disparó los precios de la energía, lo que impacta tanto en las cuentas fiscales como en las externas.

“En un escenario optimista, el año puede terminar con un déficit fiscal de 3% del PBI; en el escenario pesimista, hasta podría aumentar con relación al 3,1% de 2021”, dijo Andrés Borenstein, economista de Econviews, en referencia a la madre de todas las metas: la de reducir el rojo a 2,5% este año.

Guzmán había dicho que la principal variable de ajuste del gasto iban a ser los subsidios a la energía, que bajarían 0,6% del PBI. Pero la demora en subir las tarifas y la disparada del precio internacional del gas no solo complicaron ese recorte, sino que incluso aumentarían. La Fundación Capital estima un gasto en subsidios energéticos de entre 2,7% y 2,8% del PBI en el escenario optimista, lo que implicará un aumento con relación al 2,3% de2021.

“Con las tarifas todavía no está claro cuánto será el incremento promedio al final, pero con la inflación más alta, esa suba se diluyó un poco. Además, se hablaba que la aceleración inflacionaria iba a licuar el gasto, pero con todos los bonos que entregaron, eso no ocurrirá.

Por lo tanto, el tema fiscal no va a mejorar con relación al año pasado. En lo cambiario, se necesita algo más para acumular reservas, tal vez depreciar más el tipo de cambio, pero se ve difícil. Parte del problema es el precio del gas, que implica que se necesiten más dólares para importar la energía, pero todos sabemos que ese no es todo el problema”, dice Borenstein.

Déficit turístico

Como ejemplo, el economista señala la cuenta de turismo que, según sus proyecciones, dejará un déficit de US$500 millones por mes hasta fin de año. Sucede que cada vez hay más viajes de ciudadanos argentinos al exterior, pero los turistas que visitan el país venden sus ahorros en el mercado informal.

En lo que va del año, la entidad que preside Miguel Pesce solo logró comprar reservas por alrededor de US$820 millones, pese a que el agro liquidó 14% más que en el mismo período de 2021 y que el cepo a las importaciones es más restrictivo.

“En los 33 días hábiles que restan hasta fin de junio, el Banco Central debería adquirir más de US$74 millones diarios para comprar los US$2527 millones que le faltan para cumplir con la acumulación de US$2800 millones del trimestre”, dijo Sebastián Menescaldi, en el último informe de EcoGo.

“Creo que van a haber cambios en las metas, sobre todo porque las de septiembre y diciembre son provisorias y hay un marco macroeconómico distinto, con mayor inflación. Además, no se ve que el Gobierno tome medidas correctivas para cumplir con la meta; todo lo contrario, tomaron medidas para incrementar el gasto. La contracara es que, al tener inflación, parte de lo que gastan ahora lo financian después con inflación. Nosotros proyectamos un déficit de 2,9% para este año. Hay que ver si el FMI dejará o no tener ese desvío”, agregó.

Incertidumbre

Ayer, el BCRA dio un paso importante en esa medida al comprar US$110 millones . Sin embargo, los economistas miran con incertidumbre las compras de buques de gas natural licuado (GNL). En las estimaciones de la Fundación Capital, la Balanza energética será negativa este año en US$6300 millones.

Por el lado de la meta monetaria, que reduce fuertemente el financiamiento del Banco Central de 3,7% del PBI del año pasado a 1%, los economistas dudan que se pueda cumplir si el déficit del Estado no baja, sobre todo luego de que al Tesoro le costara el mes pasado tomar deuda del mercado. En lo que va del año, el BCRA ya le transfirió al Tesoro 0,4% del PBI, según la consultora Empiria, que fundó Hernán Lacunza, y proyecta para este año un financiamiento a través de la “maquinita” de 1,8% del PBI, el doble de la meta.

“Hicieron un acuerdo que era relativamente fácil de cumplir. El objetivo de financiamiento monetario es una nometa, porque en realidad hay otras fuentes que están por afuera de la emisión y no fueron consideradas en la definición de financiamiento monetario. La fiscal era fácil de cumplir en el primer semestre y lo van a lograr de manera muy justa; en la segunda parte puede ser que necesiten replantearla.

La meta de acumulación de reservas nunca la iban a cumplir; siempre jugaron a que les dieran un waiver, porque se les va a poner cuesta arriba cuando termine la liquidación del agro”, cerró Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma.

Fuente: La Nación