Deuda: respaldo político al Presidente y dudas sobre el desenlace

Deuda: respaldo político al Presidente y dudas sobre el desenlace

Alberto Fernández eligió un ámbito de fuerte trascendencia externa para reiterar su posición en la negociación de la deuda: dijo ante el Consejo de las Américas que el Gobierno no puede mejorar su oferta y pidió a los acreedores que “ayuden” a la Argentina para salir de la crisis. El Presidente ratificó así el discurso oficial luego de que los principales grupos de bonistas expresaran su rechazo a la última propuesta argentina y volvieran a la carga con una contraoferta.

            Poco antes, el oficialismo había emitido varias señales de unificación de posiciones en este terreno, después de días marcados por la dura interna. Cristina Fernández de Kirchner expresó a través de Twitter su respaldo a la posición desplegada por el ministro Martín Guzmán. Y en la misma línea se pronunció el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.

            En paralelo, el Frente de Todos resolvió apurar en el Senado el proyecto de reestructuración de la deuda bajo legislación argentina en similares términos que los ofrecidos a los acreedores externos. Resolvió producir dictamen en la Comisión de Presupuesto y Hacienda sin margen para un tratamiento más amplio con la oposición.

            De todos modos, también como gesto político, Juntos por el Cambio expuso que acompañará el proyecto, aunque señaló que deberían ser realizadas algunas modificaciones al texto original. Martín Lousteau señaló el riesgo de que aprobada la ley rápidamente, los bonistas locales puedan quedar en desventaja si es mejorada otra vez la oferta a para la deuda bajo legislación extranjera.

            Existe entre los consultores económicos coincidencia en que las posiciones entre el Gobierno y los principales grupos de acreedores no son muy lejanas en términos de valor presente neto, en cuestiones legales y en la propuesta de nuevos bonos, entre los principales puntos.             Esa evaluación y la respuesta formal del Gobierno a los bonistas genera dudas sobre el desenlace, atado a una decisión política y no sólo técnica.