De las vacunas al maíz: el Gobierno busca cerrar frentes conflictivos provocados por señales propias

De las vacunas al maíz: el Gobierno busca cerrar frentes conflictivos provocados por señales propias

Alberto Fernández reaccionó rápidamente y frenó el debate que se había abierto alrededor de la vacunación contra el coronavirus, un tema especialmente sensible y de alto impacto social. Casi al mismo tiempo, habilitó la negociación para revertir la limitación a las exportaciones de maíz. Y envió señales más reservadas a los referentes de la CGT, preocupados por el futuro de las obras sociales luego de que Cristina Fernández de Kirchner alertara sobre una reforma del sistema de salud que por ahora se desconoce.

El Presidente y su círculo más cercano quedaron sorprendidos en el inicio de la semana por las declaraciones de la viceministra de Salud, Carla Vizzotti, sobre la posibilidad de alterar el plan de aplicaciones de la vacuna Sputnik V. La idea de masificar la primera dosis y postergar la segunda no tendría además asidero por las características de la vacuna rusa.

Las declaraciones de la funcionaria sorprendieron además porque es la referencia de mayor confianza presidencial en el área de Salud, más allá de que el ministerio está a cargo de Ginés González García. El Presidente dejó trascender su descalificación de tal alternativa y Vizzotti se desdijo de hecho a través de las redes sociales.

Ese rápido freno, según señalaron fuentes del Gobierno, fue aplicado con explicaciones sobre una “imprudencia” de Vizzotti en una materia delicada y sobre una hipótesis que no estaría vinculada a la Sputnik V sino a otras vacunas. La decisión presidencial buscó no dejar sin retorno a la funcionaria, pero fue privilegiada la necesidad de no agregar dudas y polémicas alrededor de la estrategia para enfrentar la expansión del virus.

La cuestión de la salud también registró una advertencia de la CGT frente a lo que interpreta como una posible ofensiva por el control de las obras sociales. Las primeras inquietudes de los jefes sindicales fueron divulgadas apenas la ex presidente planteó sin precisiones el objetivo de una reforma del sistema nacional de salud.

La conducción de la CGT se reunió fuera de programa para analizar el tema y mostró en la misma línea a los sectores conocidos como gordos, independientes, barrionuevistas y algunos no alineados, como los metalúrgicos. Otros, como el moyanismo, atento a otras negociaciones con el Gobierno, mantuvieron bajo perfil, aunque son celosos del manejo de las obras sociales.

Desde el Gobierno, el mensaje habría apuntado a bajar la intensidad de las prevenciones. No se descarta un contacto directo del Presidente con los dirigentes de la CGT.

En otro plano, el Gobierno buscó una salida al conflicto con las entidades agropecuarias por las restricciones a la exportación de maíz. En medios oficialistas destacaron que lograron un compromiso con entidades de la “cadena del maíz” para monitorear la provisión al mercado interno. Y agregaron que se pudo avanzar sin tratar oficialmente con la Mesa de Enlace, cuyas entidades rechazaron de diferente modo el freno a las ventas al exterior.

Tres de las cuatro entidades nucleadas en la Mesa realizaron un paro de tres días. Así lo decidieron Confederaciones Rurales, la Federación Agraria y la Sociedad Rural. En cambio, Coninagro rechazó la medida del ministerio de Agricultura pero participó de las conversaciones.

Esa fisura fue destacada en ámbitos del oficialismo, aunque el levantamiento de las restricciones a la exportación de maíz quedó instalado como una marcha atrás frente a la protesta.