De China a La Boca: el arte disidente de Ai Weiwei llegó a PROA

Fundación PROA inauguró  la primera muestra del artista en el país que desembarcó  con más de 30 obras, entre las que se encuentran algunos hitos de su carrera como la instalación «Semillas de girasol».

“Ley de viaje”, la balsa inflable con 51 figuras humanas a bordo del artista chino disidente Ai Weiwei que pone el foco en la crisis humanitaria de los refugiados, ocupa la totalidad de la sala 4 de Fundación PROA. Como si esa mole de goma supiese el significado que se le adjudicó, tuvo un largo y demorado periplo hasta arribar a Buenos Aires, tanto que la inauguración de “Inoculación” se debió retrasar una semana.
Obra montada y final feliz, Fundación PROA inauguró ayer la primera muestra del artista chino en el país que desembarcó en La Boca con más de 30 obras y curaduría del brasileño Marcello Dantas. La institución cierra así su programación de 2017 con uno de los artistas más importantes, reconocidos y controversiales de la actualidad.
Entre los hits de Weiwei se puede ver la instalación “Semillas de girasol”, millones de semillas realizadas en porcelana con las que cubrió el piso de la Sala de Turbinas de la Tate Modern de Londres en 2010. Las semillas fueron pintadas a mano por decenas de trabajadores contratados especialmente por el artista. Un registro fotográfico de ese trabajo acompaña la obra que, a diferencia de la exhibición en el Reino Unido, no se podrá caminar por encima de ella ya que las semillas largarían un polvillo tóxico que obligó en 2010 a suspender la interacción.
Weiwei, formado en arte, cine y diseño en China y Estados Unidos, ha trabajado a partir de mediados de los 2000 en obras que cuestionan el régimen comunista chino lo que lo ha llevado a la cárcel y a ser, como se define él, “la persona más vigilada” de su país. En los últimos años ha extendido las fronteras de sus críticas focalizándose en la problemática de los refugiados al arribar a Europa. Durante 2017 presentó la película de su autoría “Human Flow” sobre el tema que se exhibió en el festival de cine de Venecia y recientemente en el de Mar del Plata.

Buenos Aires – Beijing – Miami

En 1995 el artista le puso el cuerpo a una performance que se convertiría con las décadas en su primera rebeldía: dejó caer un jarrón de la dinastía Han (206 a.c – 220 d.c) e inmortalizó el momento con tres fotografías donde se lo ve llevando a cabo la acción. Una versión de las tres imágenes hecha en piezas de bloques Lego en blanco, negro y gris se muestra en la sala 2 de PROA. La pieza ya tiene dueño: la compró el desarrollador inmobiliario argentino y mecenas artístico Jorge Pérez que en el pasado ha donado millones de dólares en efectivo y en obras al Miami Art Museum, renombrado en su honor Pérez Art Museum Miami (PAMM).
Aunque ayer no participó de la inauguración, Weiwei había visitado Buenos Aires en agosto último para comenzar a delinear la muestra. Barajó la posibilidad de realizar una obra especialmente para ser emplazada en algún lugar público porteño, pero finalmente no avanzó con el proyecto. En cambio, en la vereda de PROA se muestra la instalación “Forever bicycles”, bicicletas entrelazadas por las ruedas y el eje en alusión al principal medio de transporte en China, que congrega a curiosos y fotógrafos desde antes de la apertura.

“Inoculación” de Ai Weiwei puede visitarse en Fundación PROA, Av. Don Pedro de Mendoza 1929, hasta el 2 de abril.