Ramallo: ¿Cuáles son las monedas de América Latina más afectadas por el coronavirus?

Ramallo: ¿Cuáles son las monedas de América Latina más afectadas por el coronavirus?

La expansión del coronavirus, que ya fue declarado como pandemia por la OMS tiene un impacto económico para la mayoría de los países del mundo similar al de un shock externo de enorme magnitud.

Hasta el presente, el punto más alto de la crisis se vivió el pasado lunes, cuando a la incertidumbre generada por el avance de la epidemia a nivel global se sumó el derrumbe del precio del petróleo, que registró la mayor caída diaria en los últimos 30 años, a partir de la disputa entre Rusia y Arabia Saudita.

Como consecuencia de la suma de ambos factores, las bolsas de todo el mundo, pero en particular las de los países emergentes, sufrieron fuertes pérdidas, que en los días  comenzaron a convivir con subas y bajas de las cotizaciones.  

Otro síntoma de enorme relevancia que pone en evidencia la gravedad de esta situación es la depreciación de las diferentes monedas de la región, como consecuencia de la fuga de capitales a destinos más seguros por la incertidumbre que genera.

Es más, con su aparición no hace otra cosa que acelerar una tendencia que ya se venía observando en los últimos meses del año pasado, según la cual todas las monedas de la región se depreciaron con respecto a la divisa estadounidense.

En este contexto, las monedas que llevan la peor parte en lo que va del año son en orden decreciente el peso colombiano, que perdió casi 19% frente al dólar, seguido de cerca por el real brasileño y el peso uruguayo, que cayeron un 16,8% y 16,2%, respectivamente.

En tanto que el peso chileno se depreció un 13,5% y el mexicano otro 12,6 por ciento. En cuanto al peso argentino  en igual período “apenas” sufrió una baja del 4,6%.

De más está decir que ante el fuerte avance del dólar en los países vecinos, en particular Brasil, que prácticamente cuadriplicó lo sucedido en Argentina, tiene su efecto inmediato sobre la competitividad de las exportaciones argentinas.

Ello se puede cuantificar a través del denominado índice de tipo de cambio real, que en este período se desplomó un 14%, afectado más que nada por lo sucedido con el Real, ya que el vecino país es nuestro principal socio comercial, pues abarca el 30% del total.

Este menor avance en la cotización del tipo de cambio se debió en gran medida al permanente monitoreo que lleva a cabo el Banco Central, a partir de la denominada “flotación administrada”, que desde el cambio de gobierno el 10 de diciembre pasado tiene como principal objetivo alcanzar la estabilidad de los precios internos, aún a costa de perder reservas.

Pero a partir de la situación internacional, queda preguntarse cuál será el rumbo que elegirá la autoridad monetaria: si mantiene la actual política de dejar que el tipo de cambio se aprecie para convertirlo en un ancla antiinflacionaria o comenzar a acompañar a las monedas de la región para no perder aún más competitividad, en especial con respecto a Brasil. Un interrogante al que solo el tiempo le dará su respuesta.