Con los nuevos controles, se redujo la compra de dólares y el libre se hundió 9%

Con los nuevos controles, se redujo la compra de dólares y el libre se hundió 9%

Con el hipercepo como aliado esencial, el Banco Central (BCRA) empezó a poner freno al derrumbe continuado que muestran sus reservas internacionales desde hace 65 ruedas, al entonar su posición neta por segunda jornada consecutiva.

Adquirió otros casi US$100 millones, el 41% de los US$243,7 millones operados de contado en la plaza, lo que supone la mayor compra desde el 17 de mayo de 2017, es decir, en más de 29 meses. Esto posibilitó una recuperación aproximada del 1,6% en su tenencia propia de reservas (que ronda los US$10.000 millones) en dos días, aunque el total bruto contable de ese activo siga aún en retroceso. Y le permite a la entidad cumplir con el objetivo de «cuidar las reservas», reclamado por la oposición tras su triunfo en las elecciones.

Las compras le sirven además para ponerle un piso al valor oficial del dólar, que se mantiene cerca de los $60 a nivel mayorista (ayer cerró a $59,48) más allá de los vaivenes de su precio al público, que quedó en $63,42, aunque pasó a ser casi simbólico por la magnitud de la restricción impuestas a la demanda.

La porción más importante de la tenencia estratégica (la neta) de reservas se afirmó luego de que el BCRA pudo concretar la segunda compra de dólares consecutiva en la plaza local, lo que le permitió sumar casi US$160 millones en dos días.

Claro que, para lograrlo, tuvo que dejar fuera del mercado la demanda minorista de billetes (la más activa en las últimas semanas), mediante la poda de hasta 99% aplicada al cupo mensual de compras permitido hasta la rueda previa a las elecciones.

«Con un cepo de estas características, y la demanda importadora además planchada por la recesión, el Central pasó a ser casi el único comprador aprovechando la balanza comercial superavitaria», explicó el analista Santiago López Alfaro.

«Ver al BCRA comprando la oferta de dólares exportadora debería ser de ahora en más lo más normal, tomando en cuenta los estrictos límites impuestos a la demanda privada. Hay ahí una fuente de fondeo en la medida en que la brecha cambiaria no se desboque demasiado, incentivando el regreso de mecanismos de evasión del mercado formal que ya conocemos de otros tiempos», sostiene el economista Eric Ritondale, de la consultora EconViews, para quien además la recompra de reservas «ayudará a fortalecer un clima de transición constructivo».

La actividad que despliega ahora el BCRA en el mercado cambiario, al ubicarse del otro lado del mostrador que lo tuvo largos meses como principal oferente, también conlleva una señal de precio: si algo deja en claro es que toma los actuales valores a los que se negocia el billete en la plaza oficial como un piso, ya que, de otro modo, no estaría comprando.

La Nación