Chicago parece reflejar una mejoría en la economía global

Chicago parece reflejar una mejoría en la economía global

La recuperación del consumo mundial de alimentos será el principal sostén para los precios agrícolas en 2021. 

Esta semana hemos visto como en el mercado de Chicago comenzó un lento proceso de recuperación en los precios de las principales materias primas. La mejoría llegó al trigo, el maíz y la soja.

Si bien se menciona a China como el factor de influencia en el mercado de la oleaginosa, vemos que la situación es mucho más amplia y no puede ser atribuible a un solo factor. De hecho, la suba en Chicago se está dando en todos los productos agrícolas y no sólo en la soja.

En cuanto al crecimiento de la economía, un indicador para analizar es el precio del petróleo, que cotiza cerca de los 40 dólares el barril, luego de haber perforado los 20 dólares un mes atrás.

De a poco, el mercado ha comenzado a acompañar la vuelta al crecimiento económico de los principales países consumidores. La mayor demanda de combustible es consecuencia de la flexibilización de la cuarentena y de las menores restricciones al movimiento de la población.

Italia está abriendo sus fronteras a los ciudadanos de la Unión Europea; en Estados Unidos, las empresas están comenzando a contratar a los empleados cesanteados y que habían ingresado al seguro de desempleo; China anunció que buscará crear nueve millones de nuevos puestos de trabajo.

Los actuales indicadores del crecimiento económico mundial para 2021 son todos muy positivos; tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (Usda) están proyectando fuertes crecimientos en el producto interno bruto (PIB) de todos los países y un aumento de la demanda y el consumo de productos agrícolas.

Será muy difícil poder proyectar los aumentos en los requerimiento de alimentos, en forma precisa producto por producto. Estamos todavía ante una situación inédita a nivel mundial, donde se están produciendo fuertes cambios en los hábitos de consumo, no solamente de alimentos sino de todos los bienes y servicios transables.

Efectos por revertir

En el caso del consumo de alimentos, hay varios ejemplos que pueden cuantificar cómo se vio afectada la demanda.

En el mundo hay 55 mil locales de comidas rápidas (fast food), que tienen a dos cadenas que venden hamburguesas vacunas y presas de pollo como jugadores de mayor peso.

McDonald’s consume por año 2,1 millones de toneladas de carne vacuna, mientras que la cadena de comida rápida de pollo Kentucky Fried Chicken requiere 1,3 millones de toneladas de carne aviar. Ambas tienen en la actualidad una menor actividad.

Al análisis de esta demanda que se ha achicado se deben agregar los miles de hoteles y de restaurantes localizados en zonas urbanas y turísticas que han permanecido cerrados por casi dos meses.

Además, las consecuencias de la pandemia se han visto reflejadas en las restricciones al comercio, la industria y en el menor movimiento de buques y restricciones al ingreso de granos a los puertos; junto con destrucción del turismo a nivel global.

El consumo global de alimentos está resentido, con un efecto negativo sobre las cadenas de comercialización y de suministros de materias primas.

Si se tiene en cuenta la cantidad de eslabones que conforman las estructuras de consumos diversos se hace difícil dimensionar sus consecuencias.

Como factor de impacto positivo está la fuerte recuperación que se proyecta en el crecimiento económico en cada uno de los países del mundo. El mejor desenvolvimiento a futuro de los consumos puede ser uno de los principales fundamentos alcista en el precio de las commodities agrícolas para 2021.

Fuente: Agrovoz