Carne bovina: Un sector prioritario de la economía argentina

Carne bovina: Un sector prioritario de la economía argentina

Se necesita un esfuerzo sistémico y mancomunado tanto del sector público como de los distintos integrantes de la cadena de valor para una correcta integración del precio del animal desde el kilo vivo hasta el mostrados

Según los estándares en boga, una ingesta de 120 kilos anuales de proteínas cárnicas es lo recomendable para una alimentación saludable. En Argentina, alrededor de 55 kilos per cápita, como mínimo, debería ser de bovina. El precio en los mostradores, por lo tanto, es el determinante al momento de poder acceder a su consumo, pero la producción debe acompañar la demanda, tanto externa como interna, para que esto sea posible.

Por ello, en «El precio de los alimentos en una economía...», se sostenía que «la ganadería, como explotación comercial, tiene tal magnitud en nuestro país que algunos académicos afirman que su historia es la de Argentina» y que «su importancia se verifica en que después del alza del dólar y de los combustibles, el precio de la carne es el que más impacto tiene en la vida comunitaria y familiar».

Posteriormente se hacía una somera caracterización del mercado interno: 

Los sectores de alto y medio poder adquisitivo consumen el animal liviano (ternera, vaquillona y novillito), mientras que los restaurantes orientados al turismo y otros demandantes sofisticados adquieren el novillo pesado de exportación, y los sectores populares, por su parte, aunque complementan con el novillo, hacen de la «vaca buena» su principal ingesta.

Ahora bien, cuando esa clase de vacuno comenzó a ser masivamente vendida al exterior (especialmente desde la incorporación de la República Popular China como país comprador relevante) durante la gestión Cambiemos ocurrió lo inevitable: la demanda externa se realizó a expensas de contraer la doméstica, vía el aumento de los precios internos.

En el último año, sequía de por medio, la situación se había revertido, hasta las últimas semanas, cuando su incremento generó…

Tensión en el mercado

En tal sentido, en el gráfico pueden observarse las subas de precios, por categoría bovina, en el mercado.

Se aprecia que la de mayor variación fue la «vaca buena», con un 87% entre el 1° de febrero de 2022 y el 31 de enero de 2023, pasando de $185 a $346 por kilo vivo.

Asimismo, el «novillo» es quien le sigue en incremento interanual, con un 79,6%, al pasar de $260 a $467 por kilo vivo. Por su parte, el «novillito» experimentó un alza de 78,6%, trasladándose de $280 a $500 por kilo vivo. Finalmente, la «vaquillona» fue la de menor aumento en términos interanuales, con 69%, yendo desde $284 hasta $480 por kilo vivo.

Ante esta realidad, se necesita…

Superar un «dilema» hasta hoy irresoluble

Consistente en cómo obtener:

Mayor producción,

Rentabilidad en la cadena (1)

Menores precios al consumidor en los cortes masivos.

Pues bien, algunas decisiones de política económica generan consecuencias extremadamente difíciles de revertir.

La venta de carne bovina a la China, casi de forma excluyente en la clasificación «vaca», es una de ellas.

En este marco es que se deben abordar las reflexiones del papa Francisco, cuando señala que «es necesario un esquema mental capaz de unir tensiones y encontrar salidas superadoras ante los dilemas que enfrenta una nación en su búsqueda de ser». Esto significa, en el caso que nos ocupa, recuperar las proporciones de una sana ingesta de carne vacuna en todos los estratos poblacionales que lo deseen, y a su vez sostener los nuevos mercados de exportación alcanzados.

Sector prioritario de la economía argentina

Esta doble direccionalidad solo se podrá lograr mediante un accionar encaminado a un fuerte incentivo en la actividad, cuyo encuadre sea declarar la ganadería bovina como «sector prioritario de la economía argentina», tendiendo a fortalecer el proceso en ciernes de expansión de la frontera pecuaria (externalidad positiva de la predominancia de los granos y de las oleaginosas en la Pampa húmeda) (2), debiendo continuarse con la creciente mejora en las pasturas (3) y la innovación productiva generada a partir de la utilización de «tecnologías convenientes» (4), un sistema de oferta de créditos ad hoc que fomente la inversión en el sector y que facilite el desarrollo de un mercado de capitales tanto spot como de futuros

un esfuerzo sistémico y mancomunado tanto del sector público como de los distintos integrantes de la cadena de valor (5) propenso a garantizar los objetivos propuestos a partir de una correcta integración del precio del animal (desde el kilo vivo hasta el mostrador) entre los cuartos delanteros y traseros en los diversos mercados.

Como enseñan las «sanas» decisiones empresariales, un negocio que encuentra rentabilidad porque se «agita» la demanda a partir de subsidios estatales, ¡no es permanentes!; por lo tanto, es deseable que se evite su implementación.

La unidad prevalece sobre el conflicto

Finalmente, una vez más encontramos en la sabiduría de Su Santidad, al proclamar que «la unidad prevalece sobre el conflicto», la clave que permita la resolución de la problemática descripta y aporte una línea de acción, al interior de un Modelo de Desarrollo Permanente y Sustentable (Modepys) con orientación a la producción.

Lic. Guillermo Moreno

Lic. Pablo Challú

Lic. Walter Romero

Agradecemos la participación de Marcos von Ifflinger.

[1] Es imprescindible, en esta instancia de búsqueda de rentabilidad en los distintos eslabones de producción y comercialización de la cadena bovina, un análisis exhaustivo de los costos incurridos por cada una de las unidades empresarias participantes.

[2] La expansión de la frontera pecuaria ha permitido incorporar a la producción ganadera zonas por siglos no utilizadas, aunque es dable resaltar que en algunos casos fueron las originantes. Allá por el 1600, el Gobernador Hernandarias del Paraguay y del Rio de la Plata juntamente con la Orden Jesuita introdujeron, desde Asunción y hacia el sur, ganado vacuno en Corrientes, Chaco, Santa Fe, Córdoba, Rio Grande do Sul y la Banda Oriental.

[3] Como el caso del “Gatton Panic” (Panicum maximum), pastura mega térmica (originaria de Zimbabue y mejorada en Australia) que demostró una excelente adaptación a los suelos del norte argentino.

[4] Concepto largamente desarrollado, entre otros, por el Lic. Jorge Zaccagnini. Para su ampliación remitirse a publicaciones de “Infoworkers”.

[5] Criadores de Reproductores (Cabañas), Criadores de Terneros/as, Invernadores, Feed-lots (engordadores   a   corral), Frigoríficos (consumeros y exportadores), Matarifes y las Cadenas (mayoristas y minoristas) de comercialización (internas y externas), entre otros.

Fuente: BAE