Cara a cara: Massa en el centro, Milei contenido y un interrogante sobre su impacto en el final de campaña

El debate presidencial abrió y marcó el tono del tramo final de campaña. Sergio Massa expuso un papel estudiado para acorralar a su contrincante y logró mantenerse en el centro, sobre todo en el primer tramo temático. Javier Milei quedó enredado en el juego del ministro y candidato, aunque consiguió emparejar en la segunda tanda y evitó que su rival lo sacara del eje. Eso fue lo que quedó a la vista. Sin embargo, el interrogante pasa por su real impacto sobre el electorado, porque las evaluaciones se encuadran en una lógica de política tradicional que parece alterada.
Los equipos de campaña divulgaron consideraciones esperables en favor de sus candidatos y tratarán de explotarlo en los cuatro días que restan de campaña. Cerca de Massa sostienen que logró exponer las contradicciones y falta de sustento de las medidas del candidato libertario. Y cerca de Milei señalan que dio imagen anticasta y que el postulante oficialista hizo un discurso alejado de la realidad diaria del común de la gente.
Massa logró imponer una lógica de debate -con preguntas permanentes- que evitó las cargas de Milei, especialmente en materia económica. Y se despegó de su condición de oficialista, colocando incluso a Cristina Kirchner en el pasado. En cambio, no alcanzó el principal objetivo que se dejaba trascender desde su círculo, que era desestabilizar a al candidato libertario, intento para el que llegó a utilizar o sugerir datos personales.
Por su parte, Milei logró contener sus reacciones y su tono más áspero y hasta sobreactuado, a pesar de la munición utilizada por Massa. En esa línea, perdió espacio para la polémica y cedió protagonismo al ministro, un camino en el que desaprovechó profundizar sobre temas como la inflación, el escándalo del espionaje y otros puntos complicados para Massa.
La segunda mitad del debate mostró mayor equilibrio. Y el final, invirtió de algún modo los roles. Massa dejó de lado el tono confrontativo, con un cierre de perfil pensado para el votante moderado. Y Milei fue más directo y más enfático, con eje en la inflación, el deterioro económico, la corrupción y la casta.
Los intercambios dejaron chicanas y muchos momentos de tensión. Massa descalificó al candidato de LLA como ignorante del funcionamiento del Estado y standapero. Y Milei acusó al ministro de mentiroso y lo llamó “Pinocho”.
En ese contexto, hubo poco desarrollo de los temas en cuestión: economía, relaciones exteriores, seguridad, edudación y salud, derechos humanos y convivencia democrática. Un balance pobre si eran esperadas propuestas.