CaixaBank y Bankia estudian fusionarse para hacer frente al impacto e la pandemia

CaixaBank y Bankia estudian fusionarse para hacer frente al impacto e la pandemia

El Gobierno, que debe dar el visto bueno a la operación, señala que priorizará la recuperación de las ayudas públicas que recibió la antigua caja madrileña

Bankia y CaixaBank estudian su fusión dentro del proceso de consolidación del sector bancario para fortalecerse frente al impacto de la pandemia del coronavirus, según comunicaron este jueves por la noche ambas entidades a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. De confirmarse la operación, el Estado pasaría de poseer el 61,8% de Bankia, a tener el 14% de la nueva entidad fusionada, cuyo principal accionista sería Fundación La Caixa, que tendría en torno a un 30%, con la ecuación de canje teniendo en cuenta las cotizaciones actuales de ambos bancos. La operación debe contar con el visto bueno del Gobierno y daría lugar al mayor banco del país, con 650.000 millones de euros en activos en España, aunque sin la presencia internacional de Santander y BBVA.

Terremoto en el sector bancario español. La nacionalizada Bankia y CaixaBank negocian su fusión. Ambas entidades confirmaron a última hora del jueves las negociaciones adelantadas por la publicación digital Ara. Así, la entidad catalana CaixaBank indicó que “tras la autorización de su consejo de administración, se encuentra en negociaciones con Bankia para analizar una fusión entre ambas entidades, sin que por el momento se haya alcanzado ningún acuerdo al respecto, más allá de la firma de un acuerdo de confidencialidad para intercambiarse información para valorar la operación, en el seno de una due diligence, contando con asesores para la operación”.

Por su parte, la antigua caja madrileña, en un comunicado muy similar, confirmó “contactos con CaixaBank, con conocimiento y autorización del consejo de administración, para analizar una eventual oportunidad de operación de fusión entre ambas entidades”.

El grupo BFA-Bankia tuvo que ser rescatado en 2012 con una inyección de dinero público de 22.400 millones, de los que ocho años después apenas se han recuperado 3.300 millones a través de la venta de participaciones y de los dividendos distribuidos por el banco. La fusión se vendría fraguando desde hace meses respondiendo a la necesidad de consolidación bancaria que han reclamado tanto el Banco de España como el Banco Central Europeo (BCE) para reforzarse ante los estragos que pueda estar causando la covid-19 en las cuentas de los bancos.

La entidad resultante estaría presidida por José Ignacio Goirigolzarri, actual presidente de Bankia, mientras que Gonzalo Gortázar, actual consejero delegado de CaixaBank, ocuparía el mismo cargo en la nueva sociedad.

El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, ya apuntó a una posible fusión ante la pandemia en la última presentación de resultados del banco en julio. “Hay ciertos incentivos para las fusiones. Lo veremos en los próximos meses. Caldo de fusiones hay”, fueron sus palabras. Por su parte, Goirigolzarri, en una entrevista el pasado mes de junio, aseguró: “Mientras la rentabilidad sea permanentemente baja y no se vean posibilidades de crecimiento, las fusiones son un incentivo. Como las paneuropeas son muy complejas, se mira a las nacionales. ¿Se puede dar una fusión? Sí, pero no estamos en ello y menos con esta crisis. Es un camino para ser más eficientes, pero también tiene un riesgo de gestión. Si la fusión se hace mal, se convierte en un problema como se vio en esta casa hace años”.

Visto bueno del Gobierno

La fusión debe contar con el visto bueno del Gobierno pues no en vano el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), a través del cual el Estado posee la participación en Bankia, depende de la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño. “El equipo del FROB está permanentemente analizando las condiciones de mercado con el fin de proteger el interés público de la participación en Bankia. Como es natural, desde el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital se tiene contacto frecuente con las principales entidades financieras del país. En el caso de que esas conversaciones y estudios concluyan en una propuesta de acuerdo de fusión, el FROB los analizará con completa objetividad desde la perspectiva de generación de valor y optimización de su capacidad de recuperación de ayudas” señalaron fuentes del Ministerio.

Las mismas fuentes añadieron que “el Gobierno tiene una prioridad en relación con Bankia: proteger el interés general de los ciudadanos españoles, maximizar el valor de la participación pública y reforzar la estabilidad financiera del país. Estos son los principios que guiarán cualquier decisión en este ámbito”.

Con la eventual fusión de CaixaBank y Bankia, ambas entidades retomarían el intento que realizaron en 2012 cuando Isidro Fainé y Rodrigo Rato, que dirigían ambas entidades, no consiguieron llegar a buen puerto una tentativa frustrada entonces por cuestiones políticas y discrepancias en la jerarquía de mando. Para CaixaBank, esta sería la segunda operación corporativa en tres años, después de que en 2018 culminara la integración del portugués BPI, y durante la última crisis, absorbiera Caixa Girona, Banca Cívica y Banco Valencia.

CaixaBank cuenta con un total de 4.460 oficinas y 35.600 empleados, mientras que Bankia opera actualmente con una red de 2.250 de sucursales y unos 16.000 empleados. En el primer semestre, la entidad catalana ganó 205 millones de euros (un 67% menos que un año antes), mientras que la antigua caja de ahorros madrileña obtuvo un beneficio neto de 142 millones, un 64% menos.

Sinergias ante el mal momento financiero y bursátil

Las sinergias originadas por la fusión podrían permitir grandes ahorros de costes en un contexto en el que la gran banca ha intentado poner un cortafuegos ante la crisis en forma de saneamientos y provisiones: las seis grandes entidades españolas acumulan 14.700 millones de euros en los seis primeros meses del año, reservas que causaron la abultada reducción de beneficios.

Y en la que la masa crítica cada vez se ha hecho más oportuna ante el largo horizonte de bajos tipos de interés que se arrastra desde la crisis anterior y que fuerza a mantener la actual. Tampoco es baladí el batacazo bursátil que han sufrido ambas entidades por el impacto económico del coronavirus. CaixaBank se ha dejado un 37% en lo que va de año, mientras que Bankia ha perdido un 47,2% de su valor bursátil. Al precio de cierre de la sesión del jueves, la participación del Estado en Bankia no alcanza ni los 2.000 millones de euros.

Esta misma semana, el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, puso el acento sobre el problema de mantener los altos costes estructurales en la actual situación de pandemia, lo que reducirá los márgenes de beneficios por debajo del 2% este año y en torno al 3% el próximo al tener que aumentar las provisiones. “La consolidación bancaria puede ser un instrumento útil para eso y debería llevarse a cabo de una forma relativamente rápida y urgente”, dijo.

Fuente: El País