Beldi: Dólar blue, jueces y policías cueveros

Beldi: Dólar blue, jueces y policías cueveros

Uno de los jueces, muy mediático en su momento, allegado al Gobierno anterior y que se retiró antes de que las causas por corrupción se le cayeran encima, es uno de los proveedores de moneda local y su cliente más importante es un financista que fue perseguido hasta el cansancio por el mismo juez que ahora es su proveedor.

Por Luis Beldi

No es un secreto que el dinero cuesta menos en el mercado marginal que en un banco. Tomar un crédito en una entidad financiera puede significar tasas de más de 70% anual y un largo trámite de armado de carpetas. En cambio, descontar un cheque a largo plazo en las cuevas, cuesta menos de 63% y no hay preguntas ni firmas, ni solicitudes de por medio.

El tema es que el mercado paralelo está abarrotado de pesos que provienen de ingresos no declarados, dinero en negro. Entre los principales proveedores se encuentran algunos jueces y funcionarios policiales.

Uno de los jueces, muy mediático en su momento, allegado al Gobierno anterior y que se retiró antes de que las causas por corrupción se le cayeran encima, es uno de los proveedores de moneda local y su cliente más importante es un financista que fue perseguido hasta el cansancio por el mismo juez que ahora es su proveedor. El dinero los unió y olvidaron ese pasado de persecuciones resonantes. El juez aprendió la lección cuando estaba en actividad y allanó una oficina de un amigo del Gobierno que operaba con la mesa de dinero del hijo del dueño de un importante supermercado.

En la cueva del financista se descontaron hasta cheques de la Fundación Madres de Plaza de Mayo a través de Sergio Schocklender.

Hoy los une el mercado financiero y junto a algunos funcionarios policiales son abastecedores de liquidez para descontar cheques a tasas que no sobrepasan 8% mensual, impuesto al cheque incluido.

Los policías que merodean el mercado, obtienen el dinero de una manera curiosa. En algún allanamiento a alguna figura importante, le secuestran el dinero y todo objeto que sirva para incriminarlo en alguna causa. Luego, junto a un juez o fiscal arreglan la causa para que recupere rápidamente la libertad. ¿El precio? El dinero incautado -si es una suma satisfactoria – por la que el detenido firma un recibo como que la recibió a satisfacción, pero no la retira.

Esta es una de las tantas historias de se submundo, donde tres jueces llegaron a ser dueños de una financiera.

Tras ellos hay un mundo de sensaciones donde no faltan importantes yates, haras de caballos y helicópteros.

En la época de Néstor y Cristina Kirchner, se escondían tras la forma de cooperativas que se destacaban porque en su recepción tenían los retratos del matrimonio presidencial y un bandera argentina. Una forma de hacer patria.

Ilustración Rankia