BBVA-Sabadell: No se descarta que se oficialice la ruptura de las negociaciones

BBVA-Sabadell: No se descarta que se oficialice la ruptura de las negociaciones

El responsable del Sabadell quiere ser copresidente y que se eleve el precio ofrecido

La fusión de BBVA y el Sabadell está en el aire y a punto de romperse.

El banco de origen vasco no está dispuesto a ceder en las exigencias tanto de la entidad catalana como del BCE, que pasan por un aumento del precio ofrecido, que se estima en unos 2.500 millones de euros, y por nombrar en el grupo resultante copresidente a Josep Oliu.

En el Sabadell se considera que la propuesta económica es de derribo, a pesar de que es en metálico y no en acciones. En el organismo supervisor, por su parte, se teme que el caso Villarejo pueda salpicar a Carlos Torres y tenga que dimitir, por lo que requiere un plan de sucesión potente.

De ahí que quiera a Oliu en lo más alto de la cúpula ante tal escenario, algo que el propio interesado pretendía desde el primer momento. BBVA solo está dispuesto a que sea vicepresidente.

La fusión entre BBVA y Sabadell se tambalea. Las conversaciones para intentar alcanzar un acuerdo se han enquistado en los últimos días, hasta el punto de que no se descarta que próximamente haya una ruptura oficial, según fuentes conocedoras del proceso.

Dos son los motivos principales que, por ahora, parecen insalvables y que han encallado la negociación. Uno es el precio al que BBVA adquirirá el Sabadell. El otro, el reparto de poder en la nueva cúpula del grupo resultante.

El banco que preside Carlos Torres está dispuesto a abonar la adquisición en efectivo, una exigencia impuesta por el banco catalán, pero no está por la labor de elevar sustancialmente el importe, cerca de 2.500 millones, algo que la entidad que lidera Josep Oliu ve inaceptable, ya que su valor en libros alcanza los 12.700 millones. Considera que sería vender a derribo.

El banco de origen Vasco podria subir la cifra

El mercado, desde el lunes de la semana pasada -cuando BBVA anunció la venta millonaria de su filial en Estados Unidos y desveló las conversaciones formales para la integraciónviene anticipando que el precio podría rondar esta cifra, que supone una prima sobre el viernes anterior del 30%. Algunos analistas, sin embargo, sostienen que el banco de origen vasco podría subir la cifra teniendo en cuenta el botín que supondrá la desinversión en Norteamérica. Tras esta transacción, BBVA contará con un exceso de capital de al menos 7.100 millones de euros.

El otro punto de desencuentro es la configuración del consejo de administración y la alta dirección. En un primer momento, se barajó la poside bilidad de que Oliu fuera copresidente, mismo cargo que Torres, aunque con menores atribuciones. Posteriormente, el máximo responsable del Sabadell cedió ante las peticiones de BBVA y se mostró dispuesto a jubilarse y no ostentar ningún puesto en el nuevo grupo, a cambio, eso sí, de que la compra se hiciera en metálico y no a través de canje de acciones.

Ahora, tras las presiones del BCE, BBVA ha ofrecido una vicepresidencia no ejecutiva a Oliu, con el objetivo de enderezar las conversaciones, pero en el organismo supervisor lo consideran insuficiente, algo que comparte también la dirección del Sabadell, por los riesgos de la integración y del denominado caso Villarejo. Por el momento, según las mismas fuentes, Torres se ha enrocado y no quiere compartir poder con Oliu, por lo que se vuelve casi al punto de partida.

De esta manera, y si las posturas se mantienen, será difícil que la fusión salga finalmente adelante y se cree un nuevo gigante financiero en España, que pisaría los talones a CaixaBank-Bankia. En estos momentos, la piedra está en el tejado de Torres y en lo que ceda. Además, el consejero delegado de BBVA, Onur Genç, es partidario de que el grupo invierta parte del dinero que se obtenga en Estados Unidos en Turquía, con la compra de un 50% de Garanti que aún no posee y está presionando para ello.

BCE-BBVA

El BCE está tratando a BBVA de una manera diferente que al resto del sector, por los riesgos que entraña la trama de espionaje supuestamente encargada por el banco a Villarejo entre 2004 y 2017. El regulador teme una imputación de Torres y que este tenga que dimitir.

Por ello, está exigiendo que haya un plan de sucesión claro y potente, que limite los efectos de un acontecimiento de tal magnitud. Oliu, con más de tres décadas en el sector financiero, sería en este escenario un sustituto claro del presidente de BBVA, por lo que sería necesario que tuviera atribuciones específicas de gestión en el nuevo organigrama desde el primer momento. Al BCE no le gustaría que el turco Onur Genç escalara a lo más alto, por su procedencia y las relaciones que mantiene con el régimen de Erdogan.

Hay que tener en cuenta que BBVA ya está imputado en la causa espionaje, que investiga la Audiencia Nacional, y que el anterior presidente, Francisco González, está en la lista de acusados. Torres fue mano derecha de este último desde 2015 hasta finales de 2018, periodo en el que el banco se sirvió de los trabajos del excomisario de la Policía.

Declaración de Béjar Hoy, precisamente, acude a declarar uno de los exdirectivos que ha alcanzado un acuerdo con la Audiencia Nacional para desvelar todo lo que sabe sobre el caso. El exresponsable de riesgos y expresidente de la Operación Chamartín -de la que BBVA es máximo accionista-, Juan Béjar, está citado por el juez para responder a sus preguntas. Como González está imputado y fue uno

No se descarta que en los próximos días se oficialice la ruptura de las negociaciones

La entidad vallesa, que cayó ayer en bolsa un 5,4%, considera que la oferta es de derribo

de los primeros directivos que el banco destituyó de sus cargos tras hacerse público el escándalo de los pinchazos telefónicos y los seguimientos masivos a políticos, empresarios y periodistas.

Torres, en todo momento, se ha mostrado tranquilo y ha asegurado que no tenía conocimiento de este tipo de prácticas irregulares. Y que, por tanto, no estará salpicado por la trama.

De romperse las negociaciones al Sabadell no le quedaría más remedio que intentar de nuevo una fusión con KutxaBank o explorar la vía de una integraciones paneuropea con una entidad del Viejo Continente, algo que el BCE vería con buenos ojos, ya que está alentando este tipo de transacciones. Eso sí, las conversaciones podrían aún enderezarse.

La posibilidad de que no haya entendimiento provocaron una rápida caída de la cotización en el mercado del banco vallés, que se dejó un 5,4% a cierre de la sesión, hasta los 0,4 euros por título.

En cuanto a BBVA, su superávit de capital lo podría utilizar para aumentar su presencia en Turquía, donde posee ya el control de Garanti con casi el 50% del accionariado.

Según distintas fuentes, BBVA y el Sabadell llevan al menos desde el pasado verano analizando un proyecto común, pero hasta la semana pasada no confirmaron el análisis oficial de su posible boda, a raíz de la venta del primero de su negocio de Estados Unidos por 9.700 millones.

Las conversaciones entre ambos se impulsaron después de que CaixaBank y Bankia concretaran su integración, en septiembre. En principio, todo apuntaba a que los consejos de administración estudiaran y revisaran un posible pacto a mediados de diciembre, pero el calendario se está torciendo y ya no hay nada claro sobre la mesa.

BBVA y Sabadell crearían un conglomerado con 936.000 millones de activos (algo más de 800.000 millones descontando el negocio de Norteamérica). En España su tamaño rondaría 600.000 millones, muy cerca de la nueva CaixaBank.

El Sabadell tendría que explorar una integración con Kutxabank o con un grupo europeo

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